lunes, marzo 28, 2005

Recibe Terri Schiavo últimos sacramentos

Callan los padres y el esposo de la mujer sobre su condición, pero uno de los dos sacerdotes que visitaron la habitación del hospital donde se encuentra dijo que "su muerte es inminente"

10:07 Terri Schiavo recibió los últimos ritos y la comunión de Pascua -una gota de vino, pero no pan- mientras manifestantes que exigen que se le vuelva a insertar un tubo de alimentación a la mujer prometieron llevar el caso hasta las puertas de la Casa Blanca.

Ni los padres de Schiavo ni su esposo ofrecieron nuevos detalles sobre su condición, pero uno de los dos sacerdotes que visitaron la habitación del hospital donde se encuentra dijo que "su muerte es inminente".

"Nosotros somos la voz de Terri. En estos momentos, Terri está luchando por su vida", dijo el domingo el reverendo Patrick Mahoney. El prometió realizar una protesta frente a la Casa Blanca el lunes.

"Todos están dispuestos a escribir el obituario de esta mujer, excepto una persona. Y esa persona es la propia Terri Schiavo", dijo el lunes Paul O'Donnell, un monje franciscano y vocero de la familia, a las puertas del hospital.

Schiavo sonrió, alzó sus manos e hizo algunos sonidos guturales en la noche del domingo cuando era visitada por su padre, Bob Schindler, y por un amigo, que estaban hablando acerca de cómo le gustaba a ella salir a bailar, señaló O'Donnell.

Los padres de Schiavo "están lidiando con la realidad", dijo O'Donnell en una entrevista con la cadena de televisión NBC.

"Ellos saben que su hija está muriendo. Ellos saben lo que está a punto de ocurrir".

Los padres de la mujer pudieron al menos atribuirse una victoria en la Pascua: su esposo, Michael, permitió que recibiera el vino de la comunión.

Mientras su hermano, su hermana y un cuñado observaban, el reverendo Thaddeus Malanowski sostuvo la mano derecha de Terri mientras él y el sacerdote del hospital, el reverendo Joseph Braun, colocaban una gota en su lengua. Malanowski también la ungió con los santos óleos, ofreció una bendición, y la absolvió de todo pecado.

"Ella recibió la sangre de Cristo", dijo Malanowski. Añadió que no pudo darle un trozo del pan de la comunión pues su lengua estaba demasiado seca.

Schiavo, ahora de 41 años, sufrió una lesión cerebral aparentemente irreversible en 1990 cuando su corazón se detuvo brevemente por un desequilibrio químico, que se cree fue provocado por un trastorno alimenticio. No dejó testamento.

La sonda que la alimentaba fue retirada el 18 de marzo en una larga batalla legal entre sus padres y su esposo. El marido de Schiavo, Michael, ha dicho que ella no quería ser mantenida con vida en forma artificial. Sus padres creen que su hija podría mejorar. Se espera que sólo sobreviva una semana o dos después de retirarle el tubo.

Hay todavía pendientes otras dos apelaciones a nivel estatal. Pero esas apelaciones son ante la Corte de Apelaciones del Distrito Segundo, que ha rechazado previos esfuerzos del gobernador Jeb Bush para que Terri Schiavo vuelva a ser conectada con un tubo de alimentación.

En declaraciones al canal de cable CNN, Bush dijo que no puede ignorar numerosos dictámenes a nivel estatal y federal contra una intervención del ejecutivo. "Yo no tengo poderes ... que me permitan intervenir una vez se ha adoptado una decisión", señaló.
AP
El Universal online
Pinellas Park, Florida, EU
Lunes 28 de marzo de 2005

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