sábado, octubre 29, 2005

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Hace 20 años, Sarah Scantlin fue atropellada por un conductor ebrio y sufrió daños cerebrales que la dejaron confinada a un centro de atención médica, en estado casi vegetativo.

Hace 20 años, Sarah Scantlin fue atropellada por un conductor ebrio y sufrió daños cerebrales que la dejaron confinada a un centro de atención médica, en estado casi vegetativo.

Hoy, después de dos décadas de silencio y una notable recuperación reciente, ella empezó a hablar el mes pasado y los médicos no están seguros por qué.

Scantlin todavía padece constantemente los efectos del accidente. Ella cruza habitualmente sus brazos sobre el pecho, con los puños fijados debajo de su barbilla. Sus piernas sufren espasmos constantemente y su pie correcto se tuerce tanto que casi da la vuelta hacia atrás. Los músculos del cuello se tensan tanto que no puede tragar para comer.

Durante años, ella sólo podía pestañear - un parpadeo para "no" y dos parpadeos para "sí" - para responder a preguntas que nadie sabía con seguridad que ella entendía.

El mes pasado, Pat Rincón, la directora de actividades del centro donde Scantlin recibe atención, estaba trabajando con ella y un pequeño grupo de pacientes, tratando de conseguir que hablaran.

Rincón estaba de espaldas hacia Scantlin mientras trabajaba con otro residente. Ella justo había conseguido que ese residente contestara "OK" cuando de repente ella oyó a Sarah repetir también las palabras "OK, OK".

Los empleados trajeron a un terapeuta del habla e intensificaron su trabajo con Sarah. Ellos no quisieron darles esperanzas a los padres de Sarah hasta estar seguros de que no recaería, dijo Jennifer Trammell, una enfermera en el centro de cuidado Golden Plains.

Sarah Scantlin era una estudiante universitaria de 18 años el 22 de septiembre de 1984, cuando fue atropellada por un conductor ebrio. El hombre pasó seis meses en la cárcel.

El sábado, los padres de Scantlin organizaron una reunión para presentarla a sus amigos, miembros de la familia y reporteros.

Scantlin parecía agobiada por la atención a su alrededor. Vestida con un conjunto azul, ella habló poco, pero contestó preguntas principalmente con una sola palabra.

¿Está contenta de que puede hablar? "Sí", respondió ella.

"¿Qué le dice a sus padres cuando se despiden?"-- "Los quiero", dijo ella.

La familia dicen que Scantlin está enterándose del mundo exterior principalmente de las noticias y de las telecomedias que se ven en un televisor en su cuarto.

El sábado, su hermano le preguntó si ella sabía lo que un discompacto. Sarah dijo que sí, que sabía que contenía música.

Pero cuando él le preguntó cuántos años tenía ella, Sarah supuso que tenía 22. Cuando su hermano le dijo suavemente que ahora tenía 38 años, ella solo lo miró fijamente en silencio. Las enfermeras dicen que ella piensa que todavía vive en la década de 1980.

Su padre, Jim Scantlin, entiende que Sarah probablemente nunca dejará el centro de cuidado de salud ni se recuperará totalmente, pero agradece su mejora. "Este lugar es su casa... Ellos me han devuelto a mi hija", afirmó.


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