miércoles, noviembre 23, 2005

Quieren tirar los bebés para la Basura!



Gracias Baldini por la traducción:

“En el caso de una ley intrínsecamente injusta, como aquella que admite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito conformarse con ella, ni participar en una campaña de opinión a favor de una ley de tal naturaleza, ni darle la aprobación con el propio voto.” (JUAN PABLO II , Evangelium Vitae, nº 73).

“Los preceptos morales negativos, es decir, aquellos que declaran moralmente inaceptable la elección de una determinada acción, tienen un valor absoluto para la libertad humana: valen siempre y en todas las circunstancias, sin excepción. Indican que la elección de determinado comportamiento es radicalmente incompatible con el amor a Dios y con la dignidad de la persona, creada a la su imagen: por eso, tal elección no puede ser rescatada por la bondad de cualquier intención o consecuencia, está en contraste insanable con la comunión entre las personas, contradice la decisión fundamental de orientar la propia vida para Dios.” (JUAN PABLO II , Evangelium Vitae, nº 75).

Nuno Sierras Pereira

24. 01. 2004

1 - El chantaje emocional

El pueblo portugués ha sido, los últimos meses, sometido sistemáticamente a un chantaje emocional cuyo objetivo consiste en crear un complejo de culpa que lo paralice e imposibilite de proteger adecuadamente la vida y dignidad de los bebés aún no nacidos. De hecho, la repetición constante del estribillo “quieren mandar las mujeres para la prisión”, no tiene otra finalidad sino la de suscitar un tumulto emotivo que ocupe todo el imaginario de modo de impedir una reflexión serena y la formulación racional de un juicio verdadero. Esta perturbación tiene fundamentalmente dos efectos. El primero, crea la falsa imagen de que aquellos/las que justamente defienden las madres y los respectivos hijos/las aún no nacidos, son unos villanos impiadosos (la finalidad consiste no sólo en diabolizarlos ante los otros, pero también ante sí mismos); el segundo oculta la realidad, es decir, por un lado, ignora las vidas humanas inocentes e indefensas, amenazadas de muerte, y por otro, camufla el propósito de liberalizar el aborto provocado.

El sentimiento doliente de culpa hace que los protectores de la vida y dignidad de cada ser humano jueguen a la defensiva, que casi pidan disculpa por que tengan la posición que tienen, que no llamen las cosas por su nombre, que censuren escritos de sus correligionarios, que se acusen y degraden mutuamente, que den continuamente voz a los necrófilos (amantes y fiscales de la muerte), que sean subsirvientes en relación a ellos, que los aplaudan, que se desanimen y desistan de la lucha, que se victimicem los verdugos, haciendo de ellos/las los protagonistas, etc.



2 - Las víctimas intercambiadas

Cualquier persona que mate, consciente y deliberadamente a otra persona inocente, aún más se a eso si dedica, sufrirá, tarde o pronto, de aquello que se denomina de sindrome de Macbeth (aunque los motivos porque lo hace difieran de los de este rey). Este trauma, que también se podría llamar de Caín necesita de una larga terapia, que no dispensando la justicia tiene que recurrir mucho a la misericordia Y, sin embargo, cuando se discute y debate el homicidio, la matanza o el genocidio no se habla principalmente de quien mata, pero sí de quien es asesinado. La compasión y la decisión determinada de socorrer para proteger no se dirigen a los verdugos, sino a las víctimas. De hecho, que diríamos de alguien que ante los crímenes de los nazis los socorriera en su defensa, haciendo tabla rasa de los judíos? - A veces, como dijo S. Bernardo de Claraval (Sermón 13 sobre el Cántico de los Cánticos), citando la Sagrada Escritura, es preciso partir las mandíbulas del malvado para arrancar la víctima de sus dientes (esto no significa que después no se busque también tratar de las barbillas del algoz predador. Fue lo que aconteció, por p.ej., con Alemania, después de la segunda Gran Guerra) -. Ora, en la cuestión del aborto provocado es precisamente eso que la gran mayoría de la Comunicación Social hace: da voz e imagen a los abortistas, abortófilos y abortadores , y desconoce sobradamente no sólo a los defensores de los niños aún no nacidas, sino también las principales víctimas, los pequeñinos bebés asesinados y lanzados a la basura, o quemados en incineradoras.



3 -La importancia de mostrar la verdad

Cuando despuntó la lucha contra la esclavitud en USA, muchos pensaron que inmediatamente iría a movilizar multitudes. Sin embargo, se mantuvo mucho tiempo en una dificultad hasta que se comenzó a mostrar fotografías de los esclavos, de la miseria en que vivían, de las torturas la que eran sometidos, etc. Fue entonces, y sólo entonces, que se dio el punto de viraje. La guerra del Vietnam sólo acabó cuando las imágenes de las víctimas que la Comunicación Social difundió denunciaron las consecuencias crueles de la guerra. Quien se recuerda de la independencia de Timor sabe bien el papel imprescindible que en ella tuvieron los sonidos y las imágenes. Los medios de Comunicación Social están perfectamente conscientes del poder que tienen y como debe ser usado cuando se trata de defender los débiles contra los poderosos y los violentos, y, sin embargo, no hay memoria de que hayan exhibido, siquiera una sólo vez, fotografías o películas de bebés descabezados, mutilados, espotejados (¿? sin traducir) y degollados por aborto. Nunca revelaron como los arrojan para los alcantarillados, para los vertederos o como los queman en hornos (la semejanza entre los hornos crematorios para incinerar bebés y los que eran usados en los campos de concentración nazis es horripilante) – cf. Brian Clowes, PhD, Facts of Life, pp. 14-15, Human Life International, 1997, pp. 404). No espanta, pues, que el Papa haya denunciado: “... la verdad es que estamos ante una objetiva conjura contra la vida en la cual están también implicadas Instituciones Internacionales, empeñadas en animar y programar verdaderas y propias campañas para difundir ... el aborto. No se puede negar, finalmente, que los mass-medía son frecuentemente cómplices de esa conjura, a que abonen en la opinión pública aquella cultura que presenta el recurso ... al aborto y a la propia eutanasia como señal del adelanto y conquista de la libertad, mientras describen como enemigas de la libertad y del adelanto las posiciones incondicionalmente a favor de la vida.” (JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, nº 17). Se trata, de hecho, “... de una guerra de los poderosos contra los débiles”. (JUAN PABLO II , Evangelium Vitae, nº 12).



3 - El sentido de la ley
Suponiendo que sólo los hombres roban automóviles sería un absurdo pedir la descriminalização del hurto, ululando: quieren mandar los hombres para la prisión. Y esto no sólo por tratarse una generalización indebida (la mayoría de los hombres no roba automóviles), sino porque la finalidad de la ley consiste en evitar que se sustraiga el medio de transporte ajeno. La hipotética ida para la prisión podrá ser un efecto, una consecuencia de la injusticia practicada, pero quien quiera la ley, no la desea, como es obvio, para “mandar los hombres para la prisión” (cosa idéntica se podría decir en relación al crimen nefando de pederastia). Lo mismo acontecería si quiénes hurtaran fueran solamente mujeres. Que toda y cualquier mujer no es, necesariamente, el ser inmaculado que nos quieren hacer creer se verifica fácilmente, por p.ej., visitando la prisión de Quites. Y que todo y cualquier hombre no es, necesariamente, un innoble infame y perverso se verifica mirando hacia la vida de tantos santos. Mucho me asombra, los días de hoy, que aquellos que no creen, de modo ninguno, en el Dogma de la Inmaculada Concepción crean devotamente que todas las mujeres, con excepción de la Virgen Maria, son inmaculadas, sin mancha, impecables. Esos son los mismos que niegan la existencia de Satanás, pero creen firmemente que todos los hombres son demonios, malvados impuros e inmundos.

Si hasta el insulto y la bofetada son crímenes, con la consecuente penalización, como es que la muerte bárbara y cruel de un bebé pequeniño puede no serlo? Es indispensable que en relación al homicidio/aborto haya “una legislación preventiva, disuasiva y aún represiva: preventiva, porque es preciso prevenir una agresión irreparable contra una vida humana expuesta a la eliminación por parte de los más fuertes; disuasiva, porque importa disuadir la madre de decidir abortar y ofrecerle soluciones alternativas, eficaces y cordiales; represiva, porque en una sociedad democrática cualquier atentado a la libertad de los otros, y por mayoría de razón a sus vidas, debe ser punido, teniendo en cuenta las eventuales circunstancias atenuantes o agravantes.” (M. Schooyans). Las dimensiones dissuaivas y preventivas de la ley eran reconocidas por M. Luther King, en los siguientes términos: “La ley no puede obligar un blanco a amarme pero puede evitar que él me linche”. “Los decretos ... no pueden cambiar el corazón, pero pueden limitar la crueldad”. Mutatis mutandi lomismo se aplica a la cuestión del aborto.



4 - El uso y abuso de las mujeres
Que aquellos que reivindican la liberalización del aborto tienen solamente una preocupación retórica por las mujeres se verifica, entre otras cosas, por el género de iniciativas que toman: si quieres abortar te pagamos una ida España; si quieres tener el hijo/la no cuentes con nosotros, no te damos un céntimo. Por el contrario, aquellos que defienden la vida y dignidad de cada ser humano se han desdoblado al largo de los años, con una generosidad insuperable, en iniciativas de apoyo a las madres en dificultades, a los niños desamparados, a las mujeres que abortaron. Los primeros ofrecen la muerte de los hijos/las, los segundos la posibilidad de abrazarlos, amamantarlos, amarlos y cuando eso ya no es posible son ellos que curan las heridas y laceraciones provocadas por el acto de abortamento en los que estuvieron envueltos, en especial en las mujeres (“Un pensamiento especial querría reservarlo para vosotras, mujeres, que recurristeis al aborto. La Iglesia está al corriente de los numerosos condicionalismos que podrían haber influido sobre vuestra decisión, y no duda que, en muchos casos, se trató de una decisión difícil, tal vez dramática. Probablemente la herida en vuestro espíritu aún no está sanada. En la realidad, aquello que aconteció, fue y permanece profundamente injusto. Pero no os dejéis caer en el desánimo, ni perdáis la esperanza Sabed, antes,comprender lo que se verificó e interpretadlo en toda su verdad. Si no lo hicisteis aún, abríos con humildad y confianza al arrepentimiento: el Padre de toda la misericordia os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la Reconciliación. Daros cuenta de que nada está perdido, y podréis pedir perdón también a vuestro hijo que ahora vive en el Señor. Ayudadas por el consejo y por la solidaridad de personas amigas y competentes podréis contaros, con vuestro doloroso testimonio, entre los más elocuentes defensores del derecho de todos a la vida.” JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, nº 99).

Para los primeros, la mujer es una bandera a ser usada; para los segundos, una persona a ser amada. Las ideologías necrófilas hacen lo que Lúcifer siempre hizo: presentan una ilusión, un espejismo, una apariencia de excelencia y liberación para inmediatamente enmarañar y desgraciar. El Maligno transfigurase en Ángel de Luz. En nombre del proletariado se hicieron revoluciones que lo oprimieron yestafaron. En nombre de las mujeres se quiere una descriminalizaçión del aborto que sólo puede terminar en una tragedia inmensa para elloas mismas.



5 – El peligro sutil
Este uso y abuso de la mujer como bandera concluye en otro peligro tanto más nefasto cuanto sutil. De hecho, acontece algo de semejante a lo que sucedió con algunas campañas irresponsables sobre la droga. Los toxicodependentes, por todos mimados, victimizados por un discurso lamechas (¿? sin traducir) se sintieron unos héroes/víctimas, unos sobreprotegidos, centro de todas las atenciones, sin culpa ni responsabilidad alguna, incapaces de cualquier grandeza, de la mínima libertad, con derecho a todo exigir. Así deshumanizados se hundieron aún más en sus problemas. Hoy la mujer que quiera aparecer en reportajes en los periódicos, hablar en la radio, mostrarse en la TELE, tener la compasión de las multitudes, ser por todos lamentada, mimada y aclamada sólo tiene que provocar un aborto – cuanto mayor la cantidad de los que haga sin arrepentimiento alguno, mayores son las hipótesis de ser vedette – para ser finalmente considerada una heroína. En nuestros tiempos una embarazada con grandes dificultades la última cosa en que pensaba, si llegaba a pensar, era en la posibilidad de abortar. En los días de hoy después de tanta enxurrada (¿?sin traducir) de propaganda, al mínimo obstáculo, la primera cosa en que cavila para resolver su problema real o imaginario es en la posibilidad de eliminar el niño. Un número muy significativo de mujeres “tiene la cabeza hecha”, estando, por eso, de algún modo despojadas de defensas El instinto maternal está siendo anestesiado por la hipnosis colectiva. Contrariamente a lo que se pregona la mayoría de abortos no son debidos a casos dramáticos (sin negar que estos también existen), sino a liviandades como “quita de aquí aquella paja”.



6 - Contra el aborto y a favor de la descriminalización?
La desfachatez de los propugnadores de la liberalización del homicidio/aborto va al punto de que digan que están contra el mismo, añadiendo que nadie hace un aborto de ánimo leve. Estos son los mismos que contra toda la evidencia humana y científica niegan, cuando les conviene (a veces se confiesan), que el ser humano comience en la concepción, en la fase unicelular. No se entiende, por eso, porque es que, por un lado, están contra el aborto y, por otro, porque es que ninguna mujer lo hace de ánimo leve. Si no hay vida humana, cual es el problema? Y si hay, como es posible aceptar que se mate a propósito una persona inocente para defenderse? Por qué no asesinar entonces a los padres para anticipar la herencia, o el compañero de trabajo para subir en el empleo, o al hijo/a de 16 años para tener una vida más holgada? Es que esencial y cualitativamente no existe diferencia alguna entre un bebé no nacido, o ya nacido, y un niño o un adolescente o un adulto o un anciano. Se trata siempre de la misma persona en diversas fases o etapas de su existencia. Cuidense los padres!, porque si se da a estos el derecho de matar los propios hijos por el homicidio/aborto, tarde o pronto tendrá que concederse a los hijos el derecho de asesinar sus padres por el homicidio/eutanasia.



7 - La muerte de la libertad y el fin de la democracia
Si la persona humana comienza en la concepción - “La distinción que por veces es sugerida en algunos documentos internacionales entre ser humano y persona humana, para después reconocer el derecho a la vida y a la integridad física solamente a la persona ya nacida, es una distinción artificial sin fundamento científico ni filosófico ... ” - (JUAN PABLO II, Discorso ay participanti ella ottava Assemblea Generale della Pontificia Accademia Per La Vita, L’Osservatore Romano, 1 Marzo 2002, p. 5) como es posible que el Estado no sólo legalice el homicidio/aborto, renunciando a tutelar el más débil, sino colabore en la ejecución a la muerte de los pobres niños inocentes e indefensos? Porque de lo que se trata en estas campañas abortistas no es, como se quiere hacer creer, de la hipotética prisión de algunas mujeres, pero sí la de transformar un crimen en un derecho: “... amplios sectores de la opinión pública justifican algunos crímenes contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual y, sobre tal presuposición, pretenden no sólo su impunidad pero aún la propia autorización de la parte del Estado para practicarlos con absoluta libertad y, más, con la colaboración gratuita de los Servicios de Salud.” (JUAN PABLO II , Evangelium Vitae, nº 4). El aspecto más subversivo y perturbador de esta tendencia consiste en reivindicar que esos crímenes contra la vida sean reconocidos y protegidos como verdaderos y propios derechos (cf. JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, nº 18).

Sin embargo esa pretensión de libertad absoluta es una mentira totalitaria - “Reivindicar el derecho al aborto y reconocerlo legalmente, equivale a atribuir a la libertad humana un significado perverso y inicuo: el significado de un poder absoluto sobre los otros y contra los otros. Pero es decir la muerte de la verdadera libertad. (JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, nº 20) – que tiene como consecuencia ineludible el fin de la democracia: Cuando la ley, votada según las llamadas reglas democráticas, permite el aborto, el ideal democrático, que sólo es verdaderamente tal cuando reconoce y tutela la dignidad de toda la persona humana, es traicionado en sus propias bases: Como es posible hablar aún de dignidad de toda la persona humana, cuando se permite matar de más débil y de más inocente? En nombre de que justicia se realiza de más injusta de las discriminaciones entre las personas, declarando algunas dignas de ser defendidas, mientras la otras esta dignidad es negada? De este modo y para descrédito de sus reglas, la democracia camina por la carretera de un substancial totalitarismo. El Estado deja de ser la «casa común», donde todos pueden vivir según principios de substancial igualdad, y se transforma en un Estado tirano, que presume poder disponer de la vida de los más débiles e indefensos, como el niño aún no nacido, en nombre de una utilidad pública que, en la realidad, no es sino el interés de algunos. (cf. JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, nº 20).



8 - El terror de la imposición
Algunos se quedan espantados y pasmados con el argumento de que no podemos imponer nuestro punto de vista a los otros y que, por eso, a pesar de que esté el aborto no lo prohibís pues nadie es obligado a provocarlo. Quién que no quisiera no lo hará y quien que quiera que lo haga y viviremos todos tolerantemente respetándonos unos a los otros. Todos... menos los bebés que son muertos por el camino. Para ellos no hay ninguna tolerancia. Son chacinados. Este raciocinio de los abortistas ya era usado por Stephen Douglas, uno de los mayores defensores de la sociedad esclavista, en USA. En un discurso en 1858, dice: “El principio supremo es el derecho que cada uno tiene que juzgar y decidir por sí sobre la rectitud o el error, sobre los beneficios o malefícios de un acto. Y el derecho de actuar libremente, el derecho a la libertad de pensamiento, de libre análisis de las cuestiones, es nuestro derecho más querido ... . Es preciso dejar que las personas decidan por sí mismas.”. S. Douglas no tenía esclavos y estaba “contra la esclavitud . No obstante, en sus discursos abogaba que quién no quisiera esclavos, no los tuviera; pero que no impusiera su moral a los otros. Hallaba intolerable la existencia de leyes que prohibieran los esclavos: la decisión de tenerlos o no, era, como hoy se dice, “una cuestión de la conciencia de cada uno”. La conciencia y la dignidad del esclavo no contaban. Él no era siquiera considerado persona. A. Lincoln derrotó Douglas mostrando que los derechos naturales y universales de cada ser humano tienen que ser siempre respetados y que la sociedad nunca puede aceptar los actos que contra ellos atentan, debiendo protegerse con leyes que los prohíban; mostrando que quién, “en conciencia”, esclaviza otro ser humano, comete un crimen. Como enseña el Santo Padre: “La tolerancia legal del aborto o de la eutanasia no puede, de modo alguno, hacer llamamiento al respeto por la conciencia de los otros, precisamente porque la sociedad tiene el derecho y el deber de defenderse contra los abusos que se puedan verificar en nombre de la conciencia y con el pretexto de la libertad.” (JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, nº 71).

Aquellos que luchan por la vida y dignidad de cada ser humano no imponen nada a los otros, quieren sí impedir que algunos impongan una muerte inhumana y brutal a las pequeños niños aún no nacidas.



9 – La mudez sepulcral de algunos católicos
Inmediatamente en el inicio de esta legislatura el BE anunció todo lo que ahora está a suceder, inclusive la complicidad de católicos en la embestida abortista. En la altura, hubo el cuidado de llamar la atención para el derecho. La Iglesia, considerada como Pueblo de Dios, tuvo pues mucho tiempo para prepararse. Pero andaba ocupada con otras cosas y dejó correr. Y, sin embargo, hay mucho que el Papa advirtió: “Es totalmente falsa e ilusoria la común defensa, que de hecho justamente se hace, de los derechos humanos — como por ejemplo el derecho a la salud, a la casa, al trabajo, a la familia y a la cultura, — si no se defiende con la máxima energía el derecho a la vida, como primero y fontal derecho, condición de todos los otros derechos de la persona.” (JUAN PABLO II, Christifideles Laci, nº 38).

Desde hace dos meses y medio, cuando la borrasca se hizo más violenta, algunos han hecho mucha cosa, pero muchos, en una apatía preocupante, no han hecho nada, sino bostezar o mismo dejarse convencer por los abortófilos. Ora, importa tener presente que la cuestión no es solamente si el día 3 de Marzo los partidos votan o no mayoritariamente la descriminalizaçióndel homicidio/aborto, o se consiguen avanzar o no para referendo. La cuestión es que debido a la propaganda sistemática estamos perdiendo la batalla cultural a favor de la vida y cada vez más personas se dejan seducir por la “cultura” necrófila.

No se entiende, por lo tanto, con raras excepciones, el silencio de grandes nombres de la cultura y de la política católicos, su ausencia en los medios de Comunicación Social. Tantos de ellos tienen el más fácil acceso a esos fórums y no aparecen, o si aparecen no hablan, o se se manifiestan hablan apenas, es decir, usan argumentaciones relativistas que acaban por hacer más apenas que bien.

La Comisión Nacional Justicia y Paz otrora tan interventora y corajuda en estas cuestiones, parece ahora complicarse por el silencio, con la embestida abortista. Parece ignorar que no “puede tener bases sólidas una sociedad que se contradice radicalmente, ya que por un lado afirma valores como la dignidad de la persona, la justicia y la paz, pero por otro acepta o tolera las más diversas formas de desprecio y violación de la vida humana, sobre todo se débil y marginalizada . Sólo el respeto de la vida puede fundar y garantizar bienes tan preciosos y necesarios a la sociedad como ... la paz.” (JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, nº 101). De hecho “no puede haber paz verdadera sin respeto por la vida, especialmente se es inocente e indefensa como a del niño no nacido.” (JUAN PABLO II, Discurso al Movimiento Defensa de la Vida, Italiano, 2002).



10 – Perros mudos
En la comunidad en que vivo, se aceptó la dádiva de un perro. Más precisamente, de un “pastor alemán”. La aceptación se debió, por un lado, a la cantidad de gatos que dormían, “enamoraban” y hacían sus necesidades encima de los automóviles estacionados bajo el tejado y, por otro, a los ladrones que durante la noche se paseaban, sosegadamente, por la casa despojándonos alegremente de lo poco que hay. Ora el don de un perro, animal de respeto, intrépido, vigilante, parecía la solución indicada para mantener felinos y salteadores a la distancia o, por lo menos, para que los despertarse , si hubiera amenaza de invasión, de modo que podamos tomar las medidas adecuadas a la circunstancia. Seríamos el rebaño confiado a la su guardia. Pero quê! Enorme ilusión! Los gatos van a la comida, aún dentro de la casa!, y él, quedo, contemplativo, en ayuno, en un embobamiento. Los gatos, esos, ciertamente, pasaron sobre la comida gratis y abundante porque ahora son una banda.

En cuanto a los delincuentes, al topar su llegada, el “pastor” ensancha las narices, arrebola las orejas, despierta la mirada, comienza inmediatamente en unos festejos, saltando, abanicando la cola, en unos corcovos de contento, haciéndose todo a las caricias... en un gran silencio mudo. Sólo más tarde, en la despedida, después del asalto consumado, es que entona unos breves y ligeros ladridos que, de tan corteses y gentiles se queda en la duda si se trata de una despedida cordial o si de un escrúpulo en el cumplimiento del deber. Otras veces suelta un ululo corto, casi inaudíble, como una tristeza por ver la casa robada o, posiblemente, un dolor, una añoranza, de los malhechores que huyeron.

Este perro es vastamente elogiado y loado por todos los gatos de la ciudad y aún del distrito. De tierras lejanas vienen a visitarlo, acariciarlo, festejarlo... Y la casa desvalijada, el “rebaño” en la penuria, las vidas en peligro.

Extrañamente las propiedades vecinas que tienen perros que ladran no son asaltadas y los animales no gozan de buen nombre entre los ladrones. Persisten aunque los denigran mucho. Nuestro perro, ese, se siente muy babeado y vanidoso con la ancha publicidad de que goza su buena reputación

Adopcion Espiritual

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