jueves, marzo 16, 2006

Esteban Santiago: La Ley de reproducción asistida.



A propósito de una entrevista

Acabo de participar en una entrevista de televisión. El tema, la nueva ley de reproducción asistida. Compartía conmigo la entrevista una escritora, excelente investigadora y catedrático de Bioquímica. El planteamiento me `pareció atractivo. Se hizo la grabación y una hora después se emitió. El entrevistador nos presentó “la noticia” con unos videos breves, de diferentes cadenas, y los comentarios correspondientes. Las preguntas, y las respuestas, surgirían así espontáneamente de lo que oíamos y veíamos.

Intentaré contar, brevemente, cómo nos fue en esa conversación que iba a saltar a las pantallas pocos minutos después. Sabía que mi contertulia es una gran conocedora de todo lo que pasa en ese mundo de las células madre, las que llaman embrionarias y las que están escondidas en los tejidos de cualquier adulto. Y además está al día de los enredos de las clínicas de fecundación in vitro y cuáles son sus intereses. Yo intento seguir el tema de cerca y sé que para obtener células madre embrionarias hace falta matar un embrión de pocos días de vida. Y sé también que no sirven para nada. Ni curan, ni curarán. En cambio, las células madre que están escondidas en nuestros tejidos, incluso en el adiposo, ya han demostrado que son útiles. Y estoy convencido de que seguiremos sacándoles un buen partido en la medicina regenerativa.

Me sorprendieron las noticias que nos mostraron al principio. Cantos al proyecto de ley. Embriones sin cuento de padres deseosos de tener un hijo… Promesas a padres deseosos de adoptar embriones sobrantes… Embriones para investigar… Diagnóstico genético preimplantatorio… Padres dolidos con un hijo enfermo a quienes se abren puertas de esperanza…

Salté y dije que esa ley es una ley injusta. Que es una ley que engaña. Que es un atentado contra el sentido común. Que cierra los ojos ante adelantos reales de la medicina. Y que es una mentira sentimental hacer creer a los padres que la única puerta para curar al hijo enfermo será ayudarles a generar un hijo sano después de haberles matado unos cuantos. Y me atreví a decir que en este turbio negocio los grandes beneficiados serán los que rigen las clínicas de fecundación in vitro.

¿Parejas estériles? Que la mujer vaya antes a un buen ginecólogo. Y si tiene algún problema en el endometrio, posiblemente tenga arreglo y no le hará falta ir a la clínica de fecundación. ¿Por qué en estas clínicas, una vez que inician el tratamiento hormonal, recomiendan a la mujer que se abstenga de relaciones sexuales? ¿Temen que la mujer quede embarazada antes de que ellos puedan actuar?

¿Por qué fuerzan las ovulaciones múltiples? Las estadísticas muestran que los óvulos múltiples son de peor calidad… Los resultados de clínicas que limitan el número de óvulos al implantable o implantables suelen ser parejos a los de otras que abusan de la ovulación múltiple. Además, en España suelen inyectar el espermatozoide. ¿Buscan una mayor eficacia? Si el óvulo fecundado mediante inyección se congela después, para posible uso, suele dar mal resultado. Mi contertulia nos contó que había hecho varias llamadas de exploración a unas ocho o diez clínicas de fecundación para ver qué respondían al manifestar el deseo de hacerse con un óvulo fecundado y adoptarlo. Contestación unánime. Señora, venga que le ofreceremos uno fresco, y que podrá elegir, y tendrá un mejor resultado… España, al parecer, es el paraíso de las donadoras de óvulos. Estudiantes, y en número creciente inmigrantes… Y esto atrae a mujeres alemanas, inglesas, italianas, americanas… deseosas de tener un hijo.

Se abren las puertas al diagnóstico genético preimplantatorio. Embrión temprano, de ocho células, al que se arrancan dos para analizarlas. Las clínicas de fecundación lo ofrecen a parejas fértiles que tienen miedo de generar un hijo enfermo. Poco sabemos aún de lo que pasa con el embrión al que han arrancado hasta un cuarto de sus células… ¿Se producirá alguna anormalidad mayor que la que se trata de evitar?

Un comentario al engaño sentimental a los padres con un hijo enfermo. No nos han dicho todavía qué enfermedades pretenden curar con el “niño medicamento”, el niño presumiblemente sano que llega, posiblemente, después de eliminar ocho o diez embriones, hermanitos del enfermo. Apliquemos el sentido común. Mucho más razonable sería encontrar esa compatibilidad en otro hermano, en algún primo, o tío, o incluso en alguien no relacionado con la familia…

Al parecer la ley permitirá la llamada “clonación terapéutica”, que no existe. Ha quedado ahora bien confirmado tras el fraude de Hwang, el veterinario coreano. Acabamos de enterarnos de que varias de las mujeres sanas a las que Hwang arrancó óvulos están hospitalizadas con fallo renal… De poco nos va servir este negocio… Bueno, posiblemente sí, a las clínicas de fecundación in vitro.

Antes de cerrar la entrevista vimos también un par de videos cortos de Telecinco sobre la sangre del “cordón umbilical” de la infanta Leonor… Las noticias diferían: en una decían que el cordón umbilical servía, y en otra que no. También dijeron, que si la sangre servía, no le serviría a la infanta. Esperemos que no le haga falta. Se me ocurre que podría salvar la vida de algún familiar, o de alguna otra persona, si fuera necesario. En la sangre del cordón umbilical encontramos células madre de “adulto”, de un adulto joven. Son un tesoro. Ya han arreglado enfermedades… Y empezamos a saber que han sido una buena ayuda en algún infarto de miocardio. Buena cosa será que esa sangre se guarde. Lo que sí parece que está prohibido es que se venda. Pero gastarse dinero para que se guarde ¿por qué no?

Esperemos que nuestros legisladores aprendan un poco, un poquito de medicina, y no nos engañen con “leyes avanzadas” que permiten matar y manipulan irresponsablemente –cuando no deliberadamente- las esperanzas de muchas personas, y, además, ensombrecen los verdaderos avances de la medicina

Esteban Santiago
Catedrático de Bioquímica
y Biología Molecular
Adopcion Espiritual

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