viernes, junio 09, 2006

Los «bebés medicina», práctica «éticamente inaceptable»; afirma una comisión episcopal suiza


«Eugenismo vergonzoso, envuelto con buenos sentimientos».

ZURICH, jueves, 8 junio 2006 (ZENIT.org).- Los «bebés medicina» constituyen una práctica éticamente inaceptable, afirma una nota publicada este miércoles por la Comisión de Bioética de la Conferencia Episcopal de Suiza ante el primer caso conocido en la confederación helvética.

En enero de 2005 nació, en Ginebra, el primer «bebé medicina» de Suiza: una niña concebida a través de fecundación artificial, fue seleccionada en un laboratorio de Bruselas para convertirse en donante (compatible) de médula ósea de su hermano, enfermo de 6 años.

«Si bien no es prudente criticar la intención subjetiva de los padres que han sufrido y que se han alegrado con la curación de su hijo, hay que reconocer que la técnica de los "bebés medicina", constituye una forma inquietante de eugenismo», considera el documento.

«Para que naciera esta niña "bebé medicina" --aclara la nota-- el laboratorio de Bruselas de la señora Hilde van de Velde ha producido deliberadamente entre 20 y 30 embriones humanos con el objetivo de seleccionarlos. Uno de ellos ha tenido la suerte de sobrevivir. Pero los demás han sido eliminados y destruidos como vulgar mercancía».

El documento explica que esta práctica es intolerable por dos motivos.

En primer lugar porque nos encontramos ante «embriones humanos producidos y eliminados voluntariamente».

«Un fin noble (curar un enfermo) no justifica matar embriones, que son individuos de la especie humana --señala--. Aquí el embrión ya no es tratado como un fin: es instrumentalizado y considerado como una mercancía. Esta práctica constituye un regreso de humanismo, particularmente insidioso pues se camufla con la emoción suscitada por el niño enfermo y con el sufrimiento de los padres».

En segundo lugar, explica, la selección de seres humanos constituye un acto de «eugenismo».

«El eugenismo --aclara-- es una práctica odiosa, que consiste en seleccionar a los niños que van a nacer en función de criterios utilitarios que no respetan su dignidad intrínseca».

«En este caso, una instancia exterior, médica y técnica, decide quien merece vivir y quien merece morir. Este embrión ha merecido vivir porque es genéticamente compatible con el receptor de la médula ósea, mientras que los otros embriones, numerosos, son asesinados por el único motivo de no contar con las características requeridas».

«¿No causa escalofríos el saber que algunos individuos humanos son aceptables y otros no?», pregunta la nota. «La práctica del "bebé medicina" es un eugenismo vergonzoso, envuelto con buenos sentimientos».
ZS06060807



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