domingo, noviembre 26, 2017

Nueva jornada de capacitación para el Proyecto Ángel de Spei Mater


SpeiMater organiza los próximos 15 y 16 de diciembre unas nuevas jornadas de capacitación de personas para el Proyecto Ángel. Se trata de “un proyecto de la Iglesia para defender la vida”, según apuntan desde la entidad. Y es que a través de él se realiza acompañamiento, atención y asistencia a la mujer embarazada y tentada al aborto. El Proyecto Ángel, tal y como explican, “son las manos de la Iglesia que se acerca a la persona con la caridad de Cristo y ofrece con generosidad y libertad lo mejor que tiene: el encuentro con Jesucristo”.
En este proyecto hay tres figuras: el rescatador, que interviene para que se lleve adelante el embarazo; el facilitador, que busca los recursos sociales necesarios y el ángel, que acompaña a la madre como lo haría una amiga o hermana. En estas jomadas, que se celebrarán en la Casa Cuna
Santa Isabel, se dará la formación necesaria para poder implicarse en este proyecto siendo una de esas tres figuras. El equipo de formación de las jomadas está dirigido por Ma José Mansilla, presidenta de SpeiMater.
Este curso está dirigido a sacerdotes y laicos que quieran formar parte del proyecto y también a laicos que por su actividad profesional necesitan este tipo de formación. También para sacerdotes que se encuentran personas en su entorno vinculadas con embarazos imprevistos.
SpeiMater está también presente en la diócesis con el proyecto Raquel, que atiende a mujeres que han abortado, y con la red de Parroquias por la vida, donde se reza especialmente por la vida y por las personas atendidas en los otros dos proyectos.
+ Info Teléfono: 601.478.393



Paraula Pag. 4 Valencia, domingo 26-XI-2017

Anexos para descargar y copiar:








miércoles, noviembre 22, 2017

Leslie Blackwell pasó del activismo abortista a la lucha provida


Abortó dos veces y buscó ayuda en la Nueva Era y las drogas: sólo en la Iglesia encontró consuelo
Leslie es conocida por llevar un cartel en las marchas provida que dice: ‘Lamento mi aborto’

22 noviembre 2017
El Papa Francisco habla en muchas ocasiones que la Iglesia debe ser un ‘hospital de campaña’ para atender a tantas personas heridas por el pecado e innumerables sufrimientos. Con el aborto se cumple perfectamente esta petición del Papa, pues muchas mujeres que han arrastrado durante años situaciones terribles tras haber abortado han encontrado descanso, perdón y también la fe.
Leslie Davis Blackwell es un ejemplo de cómo la Iglesia ha actuado como sanadora de unas terribles heridas provocadas por el aborto. Esta periodista estadounidense pasó de ser una activista proaborto, que llevaba incluso pegatinas a favor de abortar en su coche a impartir charlas por todo el país explicando el daño que hace a las mujeres acabar con la vida de su hija.
Sabe bien de lo que habla porque no abortó una vez, sino que lo hizo hasta en dos ocasiones. Y su cambio de vida le ha costado perder la amistad con gente que ella consideraba cercana y que sea considerada como una loca por parte de su familia.
El éxito laboral antes que los hijos
Desde muy joven Leslie soñaba con tener una carrera importante en la televisión como presentadora. Haría lo que fuera para conseguirlo y en 1980 con tan sólo 20 años se quedó embarazada justamente antes de que la ofrecieran un trabajo como presentadora de un programa matutino en la televisión local. Ella lo vio como una oportunidad para iniciar su carrera y en vez de rechazar el trabajo para ser madre decidió abortar a su hijo.Ni se lo pensó.
Llenar el vacío con fiestas
«Mi nueva carrera televisiva era mucho más importante que el embarazo incómodo que estaba creciendo en mí. Tenía que deshacerme de él», contó en la Marcha por la Vida de Washington en 2014.
Ella recordó haber sentido un ‘vacío’ tras el aborto pero rápidamente se refugió en su carrera. Leslie afirmaba ‘al disfrutar de mi nuevo estatus de celebridad local, iba de fiesta en fiesta, viviendo al límite, autodestruyéndome’.
El segundo aborto
Un año después se quedó embarazada de nuevo. ‘Me quedé en shock. ¿Cómo había podido pasar? ¿Cómo podía ser tan estúpida? Me angustié por la elección que tendría que hacer, no quería volver a visitar el horror’.
Sin embargo, volvió a abortar. ‘Estaba vacía, me odiaba’, cuenta al semanario Our Sunday Visitor. Este segundo aborto provocó mucho daño pero con una vida apresurada y más trabajos en medios intentó olvidar. Tras el aborto, la relación con el hombre que la dejó embarazada se rompió completamente.
Refugio sin éxito en la Nueva Era y en el activismo abortista
Sin embargo, al no conseguir la paz se refugió en la Nueva Era para intentar aplacar su culpabilidad así como tomando algunas drogas. Pero esto tampoco le servía y así fue como intentó justificar sus dos abortos convirtiéndose en una activista proaborto.
Mientras tanto, se casó por la Iglesia Episcopal, dejó tiempo atrás su fe católica, y hasta tuvo dos hijos pero siguió sin enfrentarse al dolor de los dos abortos.
El momento de la conversión
Con este odio que manifestaba en su lucha proabortista y de ataques a la Iglesia Católica pasó muchos años hasta que su padre falleció en 2008. Ese momento fue muy duro para ella y su tía Betty, ferviente católica, fue la que le consoló y le habló del amor de Dios.Poco a poco, se fue transformando el odio contra la Iglesia y ella cuenta que gracias a la Virgen María y la Divina Misericordia, volvió de nuevo a la fe católica.
Este fuerte encuentro con Dios que le devolvió la fe le iluminó con fuerza que había matado a dos personas y fue entonces cuando acudió a Rachel´s Vineyard (El viñedo de Raquel), un ministerio de ayuda espiritual para personas que han abortado.
Una mezcla de retiros, y grupos de apoyo que tienen como garantes a sacerdotes han ayudado ya a miles de mujeres en 25 países. Blackwell por fin se pudo perdonar en un proceso que duró tres años.
Activista en la defensa del no nacido
Este proceso la convirtió además en una apasionada defensora de la vida. ‘Mi familia pensó que había tenido un colapso. Pensaron que yo estaba loca y culparon a mi tía Betty. El infierno se estaba desatando a mi alrededor. El primer año después de mi conversión fue brutal’.
En la actualidad comparte su historia de sanación del aborto y conversión a todo el que lo pide y es representante en el estado de Virginia (EEUU) de la campaña Silent No More Awareness, donde habla de los males del aborto en su vida.
‘Ahora digo la verdad, los dones del Espíritu Santo me han cambiado radicalmente’, agrega. No le ha importado perder amigos, de los que cuatro de cada cinco han abortado. ‘Están incómodos a mi alrededor, pero algunos han venido discretamente a hablar conmigo sobre eso’.
‘La verdad me ha liberado’, concluye


viernes, noviembre 17, 2017

No he dejado de arrepentirme toda mi vida. ¡Los echo tanto de menos!



“Yo dije que no, dos veces, y no he dejado de arrepentirme toda mi vida. ¡Los echo tanto de menos! No lo pensé. Nadie me advirtió. Quería huir y morirme, no sabía que la muerte vendría después del aborto: el vacío, la soledad, el sentimiento de un útero desgarrado, y con éste, un corazón roto. Has sido elegida para ser madre de este niño: disfrútalo de verdad. Quiérelo, cuídalo, cuídate. Contempla esta obra maravillosa, siéntete especial; has sido tú la elegida para ser madre de este niño.”


Experiencias desgarradoras como la expresada por esta mujer en la carta que dirige a una chica que quiere abortar son las que viven las mujeres atendidas en el proyecto Raquel, uno de los proyectos de Spei Mater implantado en la diócesis de Valencia desde hace un año y que atiende a las personas que han sufrido las consecuencias de un aborto.

Desde el verano de 2016 se ha atendido a doce personas, de las cuales una parte ya ha completado el itinerario de sanación. Se trata de un proceso muy experimentado en el que la consejera (si la persona atendida es mujer) o el consejero (en el caso de que se atienda a un padre, compañero o sanitario que hubiera colaborado al aborto) transmiten a estas personas que tanto están sufriendo por un aborto, “el amor y la misericordia que Dios les tienen”, según señalan Vicente Codoñer y Mª Carmen Contell, responsables del proyecto. En este sentido, añaden que “la oración y los sacramentos de la penitencia y la eucaristía son los verdaderos nutrientes de los pasos y etapas, algunas de carácter psicológico, de este proceso sanador”.

Por otra parte, en este primer año de vida 35 personas que han querido ser consejeros del proyecto han asistido a una formación impartida en la parroquia Santiago Apóstol de Valencia. Se trata de sesiones que tienen lugar un sábado por la mañana al mes de “intenso trabajo y oración”, explican los responsables. Esta formación se ha retomado este curso.

Asimismo, se ha formado también un seminario de psicología en el que una decena de psicólogos vinculados al proyecto Raquel profundizan en determinados temas que pueden presentarse en personas implicadas en un aborto como son adicciones, dificultades familiares, entre otras.

A lo largo de este curso desde el proyecto Raquel también quieren seguir profundizando en la formación sobre todo “en aspectos relativos a la antropología adecuada de san Juan Pablo II, la maduración persona o las heridas del corazón. Además, hay prevista otro curso de capacitación, el primer paso para ser consejero del proyecto. Pero lo más importante para el proyecto, como destacan sus responsables, “es continuar con la atención a personas que necesiten la ayuda”. Una ayuda, inciden gratuita y confidencial.

Proyectos de Spei Mater
Spei Mater cuenta con otros dos proyectos además del proyecto Raquel. Uno de ellos es el proyecto Ángel, que atiende a mujer que quieren abortar. También la red de parroquias por la vida, donde organizan celebraciones todos los meses donde se reza por la vida y por las personas que están atendiendo en los otros proyectos.

+INFO Proyecto Raquel 665.191.171 (España)