lunes, septiembre 13, 2004

Si pudiéramos verlo

Si pudiéramos verlo
Eulogio López
L A fotografía de la que les hablamos en este artículo, no es de ahora, se realizó el pasado mes de noviembre, y desde entonces no ha dejado de correr por Internet y ha sido publicada en distintos medios de comunicación. He aquí un resumen de lo publicado por el New York Times, un periódico abortero, pero menos ideologizado que algunos medios españoles:
La foto es de un bebé de 21 semanas, aun sin nacer, llamado Samuel Alexander Armas. A Samuel le está operando un cirujano llamado Joseph Bruner. Se le había diagnosticado una espina bífida y nunca sobreviviría si se le extraía de la matriz de su madre, Julie Armas, enfermera de Atlanta. El doctor Bruner, tras grandes estudios realizados en el Centro Medico Universitario de Vanderbilt, en Nashville, anunció que él sí podría llevar a cabo esta operación con el bebé... ¡dentro de la matriz de su madre!
Durante la intervención, el cirujano extrae el útero mediante una "seccion-C" y practica una pequeña incisión, a través de la cual es capaz de operar al pequeño Samuel. Pues, al tiempo que el doctor Bruner acababa de terminar la operación con éxito, Samuel saco su pequeñísima, pero totalmente desarrollada, mano a través de la incisión practicada y cogió la mano del atónito doctor Bruner. Este prestigioso cirujano declaró haber vivido el momento mas emotivo de toda su vida, al tiempo que sentía la mano de Samuel asiéndole uno de sus dedos, a modo de agradecimiento por obsequiarle con el regalo de la vida. El atónito doctor Bruner permaneció helado, totalmente inmóvil durante unos segundos, durante los cuales Samuel seguía agarrándole el dedo, lo que dio el tiempo suficiente para que el resto del personal de quirófano pudiese fotografiar el momento con toda claridad. Los editores del NY Times titularon la foto "Hand of Hope" (Mano de Esperanza). Samuel superó la operación y lleva una vida cien por cien normal hasta la fecha.


¿Cuál es la fuerza de esta foto? ¿Cuál es el enigma que se esconde a través del invisible aborto, esa práctica que ha acabado con la vida de 60.000 inocentes al año, sólo en España? ¿Cómo es posible que una generación, ya vamos por la segunda, se vuelva totalmente insensible ante la mayor masacre de los tiempos modernos, que es el aborto? La respuesta a las tres preguntas es la misma: que el aborto no lo vemos. Si lo pudiéramos ver, nadie podría pasar ante la clínica madrileña Dator -(casi 10.000 abortos al año), ubicada en pleno centro de Madrid, cerca del estadio Santiago Bernabéu-, sin sentir un escalofrío en la espalda. El aborto dejaría de ser rutina invisible para convertirse en pesadilla insoportable.
Algunas mentes delicadas consideran que este tipo de fotos no deben enseñarse. Son los mismos a los que no les gusta contemplar en la televisión a niños (eso les pasa por la nefanda costumbre de ver la televisión mientras comen) con el vientre hinchado por el hambre.
Y es que, si pudiéramos verlo, no existiría el aborto.



Adopcion Espiritual

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