viernes, junio 20, 2008

La maternidad se convierte en un recurso escaso en los países desarrollados

España ha recurrido a las adopciones y a los inmigrantes para solventar el creciente desequilibro demográfico.

Es preciso implementar medidas en favor de la familia.

Javier Táuler

Tenía 30 años. Era artista y por delante tenía una gran carrera profesional. Pero un hecho en su vida, la truncó para siempre. La británica Emma Beck decidió suicidarse tras el aborto de sus gemelos. En la nota que dejó en el lugar del trágico suceso se leía: "Nunca debí haberme sometido a un aborto. Ahora veo que habría sido una buena madre".

"En Europa se realiza un aborto cada 30 segundos", señala a LA GACETA Conrado Giménez, presidente de la Fundación Madrina. "Además, nuestro país es el lugar donde más se ha incrementado el número de interrupciones del embarazo en los últimos diez años, con un crecimiento del 75%, seguido de Bélgica (50%) y Holanda (45%)".

"Junto a esto", explica Giménez, "la "maternidad se ha convertido en un factor de desigualdad laboral. Ese clima ha provocado que la mujer no se pueda permitir el 'lujo' de una gestación. Ante este panorama, la solución a la que se ha recurrido ha sido la importación de maternidad. Bien con el recurso a las adopciones internaciones (el 6% de la natalidad). Bien a través de las madres inmigrantes residentes en nuestras fronteras (10% de la población). De hecho, se da la paradoja de que el gasto en adopciones está siendo casi parejo al dedicado a abortos desde 1990. Hasta 2010 está previsto que se destinen a adopciones 859 millones de euros. Y 905 millones en el caso de abortos".

Bajo índice de fecundidad
Otros dos factores a tener en cuenta son la fecundidad y el retraso de la maternidad. En la Europa de los 27, el índice es muy bajo (1,38). Un porcentaje que se encuentra bastante alejado del nivel de reemplazo (2,1 hijos-mujer). Sin embargo, aunque hay países que están saliendo de la crisis como Francia (1,94), Irlanda (1,88), Finlandia (1,80), Dinamarca (1,80), Gran Bretaña (1,80) y Suecia (1,77), España, con un índice del 1,34, es uno de los tres países que se encuentra en situación de natalidad crítica. En cuanto a la maternidad, la edad media de tener los hijos se ha retrasado 2,4 años en los últimos 20 años. Pero en España se ha retardado aún más, hasta llegar a los 30,84 años. "Todo esto ha provocado", comenta Giménez, "que la maternidad se haya convertido en un commodity —un recurso escaso, caro y limitado—, sólo al alcance de unos pocos".

"Aunque el panorama no es nada alentador", comenta Giménez, "es preciso implementar medidas para romper este círculo vicioso. La primera de ellas sería potenciar la maternidad nativa a través de medidas de conciliación. Junto a esto es de capital importancia proteger el vínculo madre-hijo. Y respetar la maternidad y la familia por encima del trabajo. Aspectos, todos ellos, que otros países con visión de futuro, como los nórdicos o Inglaterra, están realizando. Allí tienen claro que apoyar la maternidad es la mejor inversión para generar riqueza. "Desde luego", afirma Giménez, "la solución no está en el aborto. Las interrupciones voluntarias del embarazo, como ha señalado la OMS, no han de ser nunca un sistema de planificación. No son tampoco la primera alternativa y demuestran el fracaso de los sistemas de salud".




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