Componentes de la reconciliación y sanación post-aborto
Por Vicki Thorn
La secuencia de las etapas del proceso de sanación no es siempre la misma. Cada mujer es diferente en lo que concierne al modo en que enfrenta el proceso. Algunas mujeresempiezan solas y otras al comenzar la terapia. Otras nunca comienzan. Cuando hable con la mujer, es muy importante que le haga comprender que está pasando por una etapa de duelo. Estas mujeres a menudo saben instintivamente lo que tienen que hacer, pero quieren que alguien se lo diga y las guíe.
Es importantísimo recordar siempre que se trata de un duelo que no es reconocido por la comunidad, lo cual puede hacer que el asunto se complique. Se habla de duelo complicado, cuando la persona no progresa en la forma que se espera. Therese Rando, una especialista en el duelo, da una lista en su libro "The treatment of complicated mourning", de los factores que complican éste proceso. Entre ellos estáuna muerte repentina (incluyendo la de un niño), especialmente si es traumática, yla percepción de la persona que sufre, de que esa muerte pudo evitarse. También si la relación con la persona muerta era ambivalente, de enojo o dependencia hay un mayor riesgo. Otras pérdidas, el problema del estrés o la salud mental, y finalmente "la percepción de la falta de apoyo por parte de la persona en duelo" predisponen a la persona. Todos estos factores están presentes cuando la pérdida es debido a un aborto provocado.
El proyecto Rachel es la respuesta oficial de la Iglesia Católica a las heridas que causa el aborto. El ministerio existe dentro de la estructura de la diócesis y el mensaje del ministerio es de esperanza y sanación. La presencia de un ministerio de sanación refuerza la firme y profética enseñanza de la Iglesia, con respecto a la sacralidad de la vida humana y la maldad del aborto.
La diócesis necesita establecer una red que incluya un número telefónico y quizás una dirección email. Alguien tiene que ser responsable por responder a las peticiones de ayuda. Esa persona debe de estar disponible para escuchar a la mujer contar su historia y tener conocimiento, sobre quienes forman parte de la red para poder poner a la mujer en contacto con la persona que la puede ayudar. La red se compone de clérigos, religiosas, directores espirituales, profesionales de la salud mental y otras personas que puedan ayudar a la mujer individualmente. Esta red hace posible el ayudar rápidamente a la mujer que llama. Según va creciendo la red y se va desarrollando el ministerio, también habrán grupos de apoyo, retiros, días de reflexión y otros eventos para el crecimiento espiritual. Lo importante para iniciar este ministerio es establecer la red para poder ayudar rápidamente a la mujer.
El proceso modelo para la sanación se dirige a los asuntos que la mujer necesita resolver, según comienza asanarse. En todos los casos, estos asuntos tienen que ser atendidos y resueltos adecuadamente para que la mujer pueda progresar en su sanación. Existen muchos modelos de sanación; por ejemplo, en grupos, individualmente, a través del estudio de la Biblia, en grupos de apoyo de salud mental, retiros ydías onoches para la reflexión. Por lo tanto, cualquiera que sea el modelo que usted esté utilizando, es importante que usted conozca y comprenda estos pasos.
Cada mujer tiene su propio proceso de sanación. Frecuentemente les digo a las mujeres, que tienen que ir del punto a al punto b. Pueden ir directamente o no, pero de todas maneras es un buen viaje. Es su viaje. No hay expertos en lo que concierne a este viaje a la sanación, sólo somos acompañantes. Tenemos el mapa para enseñarle a ella el camino pero el viaje es de ella y ella es la única experta. Dios la guiará en este viaje de una manera adecuada para ella. Debemos respetar el modo en que escoge hacerlo. Algunas mujeres avanzaran más rápido, otras se tomarán más tiempo para procesar y tendrán que permanecer emocionalmente en el mismo lugar por un mayor período de tiempo. Les digo a las mujeres que si se estancan en el camino es por algún motivo y deben detenerse. Cuando llegue el momento de seguir adelante, ellas lo sabrán y las cosas progresarán de nuevo rápidamente. Les señalo que hay algo fuera de lugar en el siguiente paso de la sanación y que Dios está preparando el camino para ellas.
Es muy importante hacerles saber a las mujeres que el viaje y la manera en que avanzan dependen sólo de ellas. Las mujeres que han abortado son muy auto-críticas y vulnerables a sentirse fracasadas. Tienen dentro de sí una lucha interna muy fuerte debido a la desesperación. Se sienten indignas del amor de Dios y de su misericordia. Se juzgan a sí mismas muy rigurosamente, y a menudo esto es un obstáculo a la gracia de Dios. Se aferran a su dolor como una forma de castigo y temen que si se sanan y se sienten bien de nuevo, de alguna manera se han olvidado de su bebé.
Es importante recordar que la sanación post-aborto se compone de 2 partes: la parte espiritual (que incluye el sacramento de la confesión para las católicas) y la parte humana. Se trata de una madre que ha perdido un hijo de una forma traumática y antinatural. Ambas partes tienen que completarse para llegar a la sanación. Muchas mujeres se confiesan varias veces pero dicen que no se sienten perdonadas. Esto pasa porque tienen tanto dolor y tanta culpa, que no tienen lugar para la gracia de Dios. Tienen que lidiar con la pérdida humana también, además de la espiritual. Por tanto, la terapia de los laicos no sanará por completo a la mujer que necesita ayuda espiritual para sanarse de esa experiencia. Ambas necesidades, la humana y la espiritual deben ser consideradas.
Cuestiones personales
Piense bien sobre lo que le atrajo a este trabajo. A lo mejor ha enfrentado sus propias pérdidas. Asegúrese de haberlas trabajado bien antes de ayudar a otros, sino sus propias cuestiones pueden mezclarse con las de ellas. Acuérdese de que para hacer este tipo de trabajo o para sentirse atraído a hacerlo, no es necesario que haya sufrido debido a un aborto. Sin embargo examine qué es lo que hay en su historia que le ha atraído a hacerlo. Podría ser que alguien cercano a usted haya pasado por la experiencia del aborto, usted o alguien que ussted ama padece de infertilidad o fue adoptado o su mamá u otra persona cercana a usted abortó. Hay muchos motivos que pueden llevarle a querer hacer esta labor.
Es aconsejable que tenga un director espiritual, con el cual pueda compartir sus cuestiones personales. Este es un trabajo arduo. Necesitamos nuestros propios acompañantes, porque el dolor ajeno añade un gran peso a nuestro corazón. Es muy importante que recemos mucho. Cuando vemos por primera vez a la persona a la cual planeamos ayudar, lo más importante que podemos hacer es rezarle al Espíritu Santo para tener sabiduría y los dones necesarios para ayudarla.
Cuando sienta que su espíritu está saturado, aléjese, refrésquece, y tómese su tiempo. Así como Jesús subía a la montaña cuando la muchedumbre era mucha, así usted también deberá cuidar de sus necesidades espirituales y psicológicas. El mundo no se acabará porque usted se tome el tiempo para cuidar de ellas. Si sentimos que nos estamos agotando demasiado, tenemos que alejarnos del ministerio por un tiempo.
Debemos estar en constante oración mientras realizamos este trabajo. También debemos dejar que el dolor que escuchamos pase por nosotros como un rayo a través de un pararayos. Si absorbemos el dolor y la toxicidad de lo que escuchamos, esto nos enfermará. Algunas de estas historias tocarán nuestras fibras más íntimas o nuestro propio dolor. Si esto sucede debemos de pedir ayuda y compartirlo con un confidente o director espiritual. Noservimos a nadie, ni siquiera a nosotros mismos, si nosagotamos excesivamente.
Solo debemos recordar de las historias que oimos, lo suficiente como para poder ayudar a esas personas. Nunca me preocupo por tener que pedirles a las mujeres que me ayuden a recordar algunos puntos. De todos modos, a menudo no cuentan toda su historia la primera vez.
Si usted se cree un salvador del mundo, por favor no trabaje en este ministerio. Si cree que es la fuente de la sanación, este no es un trabajo para usted. Les hará daño a los que tratará de ayudar. Sólo Dios es el Salvador. Además, recuerde que Dios no abandona a nadie. Aunque no pueda trabajar con esta mujer y ella se tenga que ir, rece por ella y confíe en que Dios la ayudará a encontrar la persona adecuada.
El ambiente
Al prepararse para recibir a esa persona, rece al Espíritu Santo pidiéndole sabiduría y los dones que necesitará para ayudarla. Muchas veces se sorprenderá de la sabiduría con que usted hablará. Y acuérdese siempre, que la sanación depende de Dios y de ella.
Esta mujer llegará a usted de diferentes maneras; deberá decidir dónde recibirla. Los hospitales y las clínicas no son buenos lugares para recibirla o para tener sesiones de sanación ya que le traerán malos recuerdos. Le recuerdan el aborto y se sentirá insegura y amenazada.
Los lugares adecuados son las casas de retiro, conventos, lugares de peregrinación, casas parroquiales o centros. Busque un lugar donde tenga privacidad para ella que se sienta libre y pueda llorar y expresarse libremente. Es importante que usted sepa cuál es el lugar culturalmente apropiado para poder ayudarla. Si usted es un seglar, la ayudará de un modo diferente a como la ayuda un clérigo.
Proporciónele un lugar cómodo donde poder sentarse. Preséntese de una manera culturalmente correcta, quizás dándole la mano. Utilice las formas socialmente aceptadas. Ella es muy sensible y puede que perciba algo, como un pequeño desprecio, una prueba de que está siendo juzgada y no bienvenida. Quizás pueda ofrecerle un vaso de agua mientras conversan. Ella necesita sentirse segura en su presencia. Por tanto, asegúrese de que ella se sienta cerca de la puerta durante la entrevista.
Ella también estará evaluándole a usted y tratando de saber si usted es la persona adecuada para ayudarla en este proceso de sanación y si podrán trabajar juntos. Ella sabe que usted es una persona confiable que trabaja con el Proyecto Raquel pero quiere saber también si es lo suficientemente fuerte como para ayudarla con sus cargas emocionales, mientras Dios sana su corazón herido. Se preguntará si usted es la persona que dice ser, si puede confiar en usted. Quiere saber lo que piensa de ella.
No podemos trabajar con todas las personas. A veces las personalidades están en pugna. Pero simplemente al hacerse presente paraella una o dos vecesescuchándola, la habrá ayudado enormemente aunque no continúe la relación. Confíe en que aún en el peor día, cuando crea que ha dicho algo inapropiado, aún eso Dios lo utilizará.
Este es un ministerio de absoluta confidencialidad y anonimato
Comience preguntándole cómo puede ayudarla. Deje que la historia se desenvuelva. Dígale que ha comenzado el proceso de su sanación y que en ese proceso están incluidos el perdón y la reconciliación. Cuando esté lista, podrá enfrentar la ira que siente contra otras personas y con la gracia de Dios, perdonarlas. El perdón es un regalo que nos damos a nosotros mismos y los demás no necesitan saber lo que estamos sintiendo.
Este es también un ministerio de reconciliación. La reconciliación tiene que ocurrir cuando una vieja relación ha sido violada o destruida. La reconciliación reconstruye esas relaciones y las convierte en algo nuevo a través del perdón. Todas esas relaciones tienen que cambiar y este es el crecimiento que la libera. En el proceso de sanarse ella se reconcilia con Dios, con su bebé y consigo misma.
La historia
Frecuentemente sucede que la mujer nunca le ha contado a nadie la historia de su aborto. Este puede ser un momento muy doloroso para ella durante el cual llorará. Permítale que llore. Resístase a la tentación de tocarla y consolarla, ya que ella lo interpretaría pensando que quizás lahistoria que usted le está contando es demasiado difícil de escuchar y usted quiere que deje de llorar. Las lágrimas que ella vierte vienen de Dios y están lavando su alma. Déjelas que fluyan y no trate de impedirlas. Algunas mujeres solamente lloraran durante las primeras una o dos visitas. Está bien. Cuando ella esté lista le contará su historia. El regalo más importante que usted le da es escucharla. No haga muchas preguntas, tal vez ninguna la primera vez. Deje que ella fije el ritmo. Continuará cuando esté lista.
Invítela a que permita que Dios la sane.Esa es una oración diferente a "quiero que Dios me sane" y al grito de angustia. Al darle a Dios el permiso para sanarla, le está abriendo la puerta a su gracia. Hay una pintura muy vieja que muestra a Jesús tocando a la puerta del corazón. Si usted la mira cuidadosamente descubrirá que la puerta no tiene cerrojo. Sólo puede ser abierta desde adentro. Las mujeres llevan dentro tanto odio a sí mismas después de un aborto, que aunque claman a Dios también se mantienen a distancia de él. Mantienen la puerta de su corazón cerrada porque tienen miedo a la ira de Dios y creen que no merecen su amor. Es conveniente recordarles que ninguno de nosotros somos dignos de su amor. Todos somos pecadores. No existe una sola persona que no haya "abortado" la voluntad de Dios en nuestras vidas, de alguna manera. Jesús murió en la cruz por nosotros. Su sacrificio fue por amor a la humanidad. El perdón y la misericordia nos son dados libremente pero necesitamos abrirnos para poder recibirlos.
Ella debe poder relatar su historia con todo su dolor y su ira. Quizás tenga que hacerlo más de una vez. Recuerde que la persona que está deprimida probablemente está llena de ira reprimida. Puede que ellase haya sentido atrapada por la falta de dinero o abandonada por sus seres amados durante esta experiencia; primeramente por el padre del bebé y quizás también por su propia familia. Debe dejarla explorar la ira que siente, al trabajar con ella. Ella piensa que no tiene derecho a sentir ira pero la ira no resuelta impedirá su sanación.
Procesando la ira
Según ella va contando su historia, puede invitarla a expresar su ira. Tendrá que decirle que no se trata de tener derecho a estar enojado. La ira es una emoción que simplemente "existe". No es algo bueno o malo. Pero si no la reconocemos y la resolvemos, envenena nuestra vida. Explíquele que la ira no resuelta se convierte en amargura si no se procesa. Es como una espinita que puede causar envenenamiento sangíneo e infección si no se le remueve.
Este es también el momento para hablar tiernamente sobre el perdón. El perdón es un regalo que nos damos a nosotros mismos cuando decidimos abandonar el dolor y la ira. La otra persona no necesita saber que la perdonamos. Existe un libro sencillo muy bueno titulado "Forgive and forget: Healing the wounds we don't deserve" por Lewis Smedes que podría ser útil. (Está disponible en inglés en Amazon.)
Hay un simple ejercicio que ella puede hacer y que la ayudaráa perdonar a las otras personas, una vez que ella ha descubierto la ira que siente. Explíquele que los seres humanos nos quedamos cortos al perdonar. Necesitamos toda la ayuda posible y por tanto tenemos que pedirle a Dios la gracia para poder perdonar.
Es necesario reconocer la herida, sacarla y mirarla, por muy horrible y dolorosa que sea.
Invítela a que escriba cartas a todas las personas con las que está enojada. Nunca les dará estas cartas, son sólo para su beneficio. Dígale que cuando escribimos es diferente que cuando hablamos. Pienso que es porque nuestro brazo esta más cerca de nuestro corazón que nuestra cabeza. Cuando escribimos expresamos lo que está en nuestro corazón. Las cartas que ella escriba deberán ser honestas y expresar todos sus sentimientos. Son sólo para ella, por tanto puede escribir lo que ella siente. Pueden ser cartas largas o cortas. Unas veces se demoran mucho en escribirlas y otras veces las escriben rápidamente. Una vez que ella escrito sobre lo que está sintiendo, invítela a tomarse el tiempo para re-leer la carta un par de veces. A menudo se pueden discernir muchas cosas leyendo la carta. Si quiere compartir su carta o cartas con usted ella se las debe leer. Usted no debe de ser la persona que las lea. El leerlas en voz alta es parte de la catarsis emocional para la sanación.
Ella ha estado rezando por la gracia del perdón. Una vez que ha escrito sus cartas y las ha leído para meditarlas, está lista para el próximo paso. Según ella vaya escribiendo las cartas, invítela a pensar en una manera simbólica para destruírlas, lo cual significará que dejará ir su ira.Las puede quemar y esparcir las cenizas, echarlas al mar, a un río, o enterrarlas. Después que ella perdone a otras personas, comenzará a pensar que quizás Dios ya puede perdonarla, su bebé la perdonará y ella misma también se perdonará a sí misma.
Al pasar por este proceso, ella estará trabajando en varias facetas a la misma vez o en una sola a la vez. No importa.
Duelo por los niños
El aborto destruye la identidad de una mujer como madre. Durante la sanación Dios restaura su corazón de madre.
No todas las mujeres que llegan a nosotros buscando ayuda están listas para hablar de la pérdida de su bebé. Mire lo que dicen al contar su historia:
"Tuve un procedimiento, un aborto, maté, maté a un ser humano, maté a un niño, maté a mi hijo."
La mujer que no haga una descripción como ésta quizás no esté lista para hablar sobre la realidad de lo que le sucedió a su hijo. La mujer que habla acerca de "su hijo" está emocionalmente lista para enfrentar la pérdida. Si usted tiene ante sí una mujer que no está lista, no le hable de su bebé o su hijo. Quizás le estaría dando demasiado información. Por el contrario, suavemente pregúntele cómo puede ayudarla. Escuche lo que ella dice le está molestando y ahí es dónde usted puede comenzar. Déjela que ella sea quien le dirija y escuche hasta que haya un cambio en la forma en que se expresa acerca del asunto. Dependiendo de la descripción que dé, nos daremos cuenta si está preparada o no para comenzar el proceso de sanación. Deje que sea ella la que establezca la pauta.
Eventualmente la mujer tiene que llegar a un cierre en su relación con el o los niños abortados. Pregúntele si ha pensado en sus hijos, si sabe si eran del sexo masculino o femenino, si les puso un nombre. Algunas mujeres le dirán inmediatamente que era un varoncito o una niñita y otras se mostrarán confundidas o inseguras. O quizás les molestará la pregunta. Piensan que el conocer el sexo de su hijo abortado lo empeorará todo pero asegúreles que esto no sucederá.
Cuando le preguntes a la mujer si conoce el sexo de su hijo probablemente recibirá una de tres respuestas:
"Sí, siempre he sabido que era varón y su nombre es Juan." "No tengo idea de qué sexo era pero si hubiera nacido tendría ahora 18 años." Suavemente dígale que conoce el sexo de su hijo, según parece. Puede hablarle acerca del hecho de que lleva células de ese bebé en su cuerpo, si esto le parece apropiado.
Puede que ella diga : "No tengo idea de qué sexo era" De nuevo, suavemente dígale que llevará células de cada bebé que concibió por el resto de su vida. (Esto se llama "microquimera".) Invítela a que piense sobre esto y rece al respecto. Recuérdele que en las Escrituras Dios a menudo le habló a su pueblo en sueños. (Si San José no le hubiera prestado atención a sus sueños, la historia de la salvación sería diferente.) Dígale que ella quizás haya tenido un sueño o lo tendrá; otras veces sólo se trata de intuición femenina. Dígale que ella podrá saber en qué momento podrá darle un nombre a su bebé. Si ella sueña con él, quizás también vea a otros bebés abortados espontánea o deliberadamente. A menudo se despierta de ese sueño, conociendo el nombre de esos niños. Una vez que ha compartido con usted el nombre, refiérase siempre al niño con ese nombre. Es un gran consuelo para ella el poder escuchar que otra persona dice el nombre de su bebé.
Se le debe animar a que llore su dolor. Kathleen Gray y Anne Lasaunce en su libro "Grieving reproductive loss", dicen que "el duelo es un proceso de sanación que consiste en aquellos componentes esenciales que sonnecesarios para poder consolar, restaurar y renovar el cuerpo, la mente y el espíritu, de aquellos que están llorando y pasando por el duelo."Hable con ella acerca del duelo y explíquele que es un proceso que lleva tiempo. A veces parece que avanza tres pasos y retrocede dos; cada persona es diferente. Puede prometerle que si se embarca en ese viaje, se mejorará. Recuerde que pueden haber ocurrido varias pérdidas además de los embarazos; su sueño de ser madre y a veces la pérdida del padre de la criatura.
Ayúdela a reconocer que ese hijo perdido era único y lo que significó para ella ese embarazo. Recuerde que el primer embarazo es algo muy importante para la mujer. La pérdida de esa experiencia podría tener efectos que duran mucho tiempo.
Pasos hacia la resolución
Anímela a que le ponga nombre a subebé. Si es cristiana, quizás podrá orar con ella para que haga el compromiso con Dios de continuar buscando su sanación.
anímela a que le escriba una carta a su bebé, diciéndole todo lo que necesite decirle, como por ejemplo, pedirle perdón. Si decide compartir con usted esa carta debe leérsela ella a usted en alta voz. Se podrá quedar con la carta o a lo mejor decide ponerla en algún lugar que tenga un gran significado para ella. Quizás quiera enterrarla cerca de la tumba de alguien de su familia a quien amaba. Algunas mujeres deciden quemar la carta y echar las cenizas en un lugar especial. Si ella ha abortado varios hijos, podría decidir escribirles una sola carta para todos ellos inicialmente y después quizás escribirle una carta a cada hijo abortado. El escribir esa carta a menudo la ayuda a sentirse perdonada por su hijo. Las mujeres que han sido abusadas quizás tengan dificultad en creer que su hijo podrá perdonarlas. De ser así, sugiérale que tome papel y lápiz y escriba una carta como si su bebé se la estuviera escribiendo a ella. Esto podría parecerle extraño a ella pero si lo puede hacer, le traerá un gran alivio.
ayúdela a hacer un rito de duelo por su pérdida, usando objetos simbólicos como fotos y ropa de bebé. Es decir, lo que sea necesario para hacer al bebé más concreto. Según las creencias religiosas de ella, decidirá si es apropiado o no celebrar un servicio funeral en privado o una misa de sanaciónque incluya al bebé y a todas las demás personas que fueron afectadas por el aborto. Ella podrá utilizar la carta que escribió durante ese evento.
quizás ella quiera comprar algo que conservará tal como una medalla, una estatua, un arbolito o cualquier otra cosa que le recuerde le recuerdea subebé. (Si decide comprar un arbolito y plantarlo, asegúrele que si la planta muere, lo único que eso significa es que tendrá que comprar otra. Las mujeres les dan un significado a las plantas y si éstas mueren, quizás pensarán que su sanación no ha ocurrido.) Si ella tiene talentos especiales, también podría escribir una canción o un poema; o producir una obra de arte, para utilizarla como un componente del rito de sanación.
De acuerdo a sus creencias, ayúdela a establecer un vínculo espiritual con su bebé. Frecuentemente las mujeres se preguntan dónde estará su bebé. Si es una mujer cuya fe religiosa le lleva a creer en la Comunión de los Santos,ayúdela a ver que el niño todavía permanece unido a ella y a su familia como intercesor ante Dios. Yo personalmente opino que el bebé quiere que su familia se sane, para que después de la muerte todos puedan estar unidos en el Reino de Dios. Los niños sacrificados al aborto son los "santos inocentes" de hoy en día. Pienso que estos niños están con Dios, comprenden lo que les pasó a sus mamás y son poderosos intercesores por toda su familia.
Sanación espiritual
Cuando nos encontramos con una mujer que busca ayuda, debemos determinar sus creencias religiosas, las cuales tenemos que respetar a lo largo del proceso. Yo siempre les pregunto: "¿Eres miembro de alguna iglesia?" Muchas mujeres se sienten confundidas por esta pregunta y de ese modo yo les explico que quisiera saber si fueron instruídas en alguna religión específica o están asistiendo a alguna iglesia. Yo necesito saber lo que ellas creen acerca de Dios, sobre el perdón yacerca de dónde se encuentra ahora su hijo.
Desde la primera vez que hablemos, ella necesita escucharnos hablarle de Dios y de su misericordia, si está abierta a ello. Si ella tiene fe, probablemente esté convencida de que Dios la va a juzgar y condenar. Ella piensa que no es digna del perdón de Dios y siente que tiene una herida en el alma. Lainvito a permitir que Dios la sane. Permitirlo no es lo mismo que gritar "sáname Señor" o decir "quisiera que Dios me sanara". Muchas mujeres le suplican a Dios que las sane pero por el otro lado lo mantienen alejado sintiéndose indignas de su perdón. Este es el momento de hablarle sobre el regalo que Jesús nos dio con su muerte en la cruz. Murió para liberarnos, no porque somos dignos sino precisamente porque somos pecadores. Recuérdele las palabras que se dicen antes de la comunión en la Iglesia Católica: "Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme." En ese momento yo les digo que no existe una sola persona que no haya "abortado" la voluntad de Dios en su vida, de algún modo. Al darle el permiso a Dios para que entre a sanarla, le ha abierto la puerta a Dios y su gracia. Dios nunca actúa en contra de nuestra voluntad. Cuando la mujer entrega su voluntad a Dios, esto le permite a Él actuar poderosamente en su vida.
Después invito a la mujer a orar con las Sagradas Escrituras si está abierta a hacerlo. Le hablo acerca de la oración ignaciana y le enseño cómo imaginarse que es uno de los personajes de esa historia en las Escrituras y dialogar con el Señor. Esta es una oración de imaginación y puede ayudarla a escuchar la voz de Dios en su corazón, de una manera muy personal.
Pasajes de la Biblia que recomiendo
A continuación le doy a la mujer algunas sugerencias para orar con las Sagradas Escrituras. La invito a leer el Nuevo Testamento un par de veces, hasta que se familiarice con él. Entonces, le pido que se haga parte de la historia como uno de los personajes y dialogue con el Señor.
La invito también a escuchar en el silencio de su corazónlo que el Señor quiere decirle. Esta será una oración de quietud, ella sólotiene que ponerse en la presencia del Señor y escuchar. Hay una expresión que diceque nuestra oración debe ser : "Habla Señor, tu siervo escucha", en lugar de "Escucha Señor, tu siervo te habla." Permitir que la palabra de Dios entre en nosotros, nos conmueve en lo más profundo de nuestro corazón.
Uated le podría decir a ella: "El Señor te va a guiar a través de tu viaje a la sanación, si le das el permiso para hacerlo. Entrégale todo tu dolor y tu auto-recriminación a Él; Dios está lleno de ternura y quiere darte su misericordia y su sanación."
Lucas 8, 43-48, Mateo 9, 20-22, Marcos 5, 25-34 - La mujer que tenía una hemorragia.
Esta mujer sabía que si tocaba el manto de Jesús se sanaría. Jesús le responde sanándola y llamándole hija, una forma íntima de dirijirse a ella. Las mujeres que aconsejamos son como esta mujer. Han estado sangrando emocional y espiritualmente por muchos años. Saben que Dios es la respuesta.
Juan 4, 7-41 - La mujer del pozo
Esta es una historia encantadora. La mujer es una samaritana y Jesús ni siquiera estaba supuesto a hablar con ella, y mucho menos a pedirle agua. Sin embargo, lo hace. Y después le habla acerca del agua de la vida eterna y pienso que ella debe de haberse extrañado porque estaba a la orilla del pozo y tenía un balde. Con mucha suavidad Jesús le muestra la realidad de su vida y al hacerlo ella se da cuenta de que quizás él es el Mesías y corre a contarles a otras personas acerca de él. Deja atrás su recipiente, que simboliza la carga de su quebranto. Las mujeres que buscan sanación experimentan durane ese proceso, que Dios poco a poco les va revelando la verdad acerca de sus vidas.
Lucas 7, 36-50 - La mujer que le lava los pies a Jesús con sus lágrimas.
Hay dos versiones de este pasaje bíblico. Una de ellas es: "a aquella que ha amado mucho se le perdona mucho." La otra dice: "el gran amor que ella ha mostrado prueba que sus muchos pecados le han sido perdonados." Ambas versiones son ciertas. Alguien ha dicho que el pecado es un regalo a la inversa. Muchas mujeres que abortan lo hacen por un mal entendido sentido del amor. Estaban buscando un amor y una intimidad que las llevó a relaciones ilícitas. O quizás decidieron abortar para quitarle un peso de encima a su compañero, porque él se lo pidió o para no avergonzar a su familia. La segunda versión de este pasaje de la Biblia también nos habla de la verdad expresada por Juan Pablo II en su encíclica El Evangelio de la Vida, sección 99, en donde nos dice que las mujeres que sean sanadas del aborto, "Podréis estar con vuestro doloroso testimonio entre los defensores más elocuentes del derecho de todos a la vida. Por medio de vuestro compromiso por la vida, coronado eventualmente con el nacimiento de nuevas criaturas y expresado con la acogida y la atención hacia quien está más necesitado de cercanía, seréis artífices de un nuevo modo de mirar la vida del hombre."
Juan 8, 1-11 - La mujer sorprendida en adulterio.
La mujer es llevada ante Jesús en el momento en que los hombres están listos para apedrearla. Jesús la protege y le dice que nadie la ha condenado ni él tampoco lo hará: "Ve en paz y no peques más." Es cierto que a menudo las mujeres que han abortado han sido duramente juzgadas. Es Jesús, la fuente de la misericordia, el que las protege y libera. Ojalá que según ella ore con esos pasajes bíblicos experimente el amor y la misericordia de Dios.
En el Viejo Testamento en Ezequiel 34: 11-16 (Dios, el Buen Pastor), los salmos 51, 106 y 139 la inspirarán. También podrá experimentar sanación al rezar la Coronilla de la Divina Misericordia.
El sacramento de la reconciliación
Aun después de muchas confesiones, algunas mujeres que se han provocado un aborto no se sienten perdonadas. Dígale que debido al aborto tiene dos heridas: una espiritual y otrahumana. Tiene que sanarse de la herida humana también. Explíquele que cuando estamos llenos de tristeza y remordimiento no dejamos que la gracia de Dios actúe. Una vez que comenzamos a liberarnos de esas emociones, empezamos a sentir el perdón de Dios. Algunas mujeres confiesan su pecado pero siguen con el dolor del aborto porque piensan que ese es su castigo. Si usted se encuentra con una mujer que está haciendo eso, delicadamente recuérdele que Dios quiere liberarla. Su pecado desaparecerá, como cuando apagamos una vela.
Cuando la mujer confiesa su pecado, el sacerdote necesita actuar con delicadeza y dejarle saber que ha escuchado lo que le ha dicho. Entonces debe decirle que ella debe de ser muy valiente para habérselo contado. Este es un buen momento para hablarle de la herida espiritual y la humana.Si hay tiempo, el confesor puede hablarle de su hijito y guiarla para que pueda sanarse. Si no hay tiempo suficiente, solamente le dará la información sobre el Proyecto Raquel para que ella tome el próximo paso. Si él es un sacerdote que ha sido capacitado para atender a mujeres que han abortado, puede ofrecerle más ayuda si le parece apropiado o decirle que hay personas que han sido especialmente capacitadas y que la pueden ayudara través de todo el proceso de sanación.
Podría existir una gran diferencia entre una mujer que acaba de abortar y otra que tuvo la experiencia hace muchos años. Quizás la que se practicó el aborto recientemente tiene menos deseo derectificar que aquella que se lo practicó hace mucho tiempo. Pero recuerde, ha pasado poco tiempo desde que experimentó esa pérdida y las circunstancias que la llevaron a abortar todavía están presentes en su vida. Todavía ella no ha visto las ramificaciones de su decisión. (Estudios recientes han demostrado que quizás no podemos integrar por completo las experiencias de nuestra vida hasta que tengamos alrededor de 25 años.) Sin embargo, ya ella sabe que cometió un pecado y viene buscando el perdón de Dios. Debemos honrar su deseo.
Si usted ha continuado ayudando a esa mujer que abortó recientemente, observará que había ido a confesarse al comenzar su viaje a la sanación, esperando poder librarse de la mancha de su pecado. Puede ser importante darle otra oportunidad para confesarse, después que haya pasado por el proceso de sanación.Ahora esa confesión será una ocasión para celebrar con júbilo el amor de Dios y su misericordia, en lugar de para deshacerse de su pecado. Según ha crecido espiritualmente al sanarse, es de esperar que ahora pueda comprender mejor lo que realmente es la sanación. A veces este proceso de sanación es una buena oportunidad para evangelizarla. A menudo las mujeres no entienden bien lo que enseña la Iglesia y lo que Dios nos dice. Después que ella ha podido recibir la ayuda de un sacerdote u otra persona, es de esperar que comprendamejor y aprecie más su fe.
El sacerdote le puede proponer a la mujer la celebración de una ceremonia con lecturas bíblicas y quizás también música que ella puede escoger, para dar gracias a Dios por su misericordia. El sacerdote podría darle a ella un pequeño regalo tal como un rosario o una medalla. ¡Se trata de una verdadera celebración! A veces Dios mueve al confesor a compartir con ella algún pensamiento, o ella quizás pregunte si puede traer un simbolismo. Un sacerdote amigo mío me contó que una mujer que él ayudó en su sanación y que estaba embarazada de nuevo después de haber dado a luz a varios varoncitos, le preguntó que si podía traer la batita que le compró a su hija antes de practicarse el aborto. El sacerdote la puso en el altar y durante el período de oración, la devolvió a la mujer y le dijo : "Megan, la niña abortada quiere que su hermanita recién nacida use esta batita." Tres meses después la mujer lo llamó para darle las gracias de nuevo y decirle que María, su bebita, se había puesto la batita.
Es de esperar que después de haber pasado por el proceso de la sanación, rezado con las Sagradas Escrituras y haberle escuchado a usted hablarle del amor y la misericordia de Dios, ella haya podido recibir y aceptar el amor de Dios y su perdón.
Cierre
Ya sea usted sacerdote o sólo un acompañante en el proceso de la sanación, una vez terminado éste debe de tener un cierre en la relación. Es apropiado que le agradezca haberle permitido acompañarla en su viaje y le diga que ella fue muy valiente. Hay cierta información que necesita compartir con ella ahora.
- anímela a que continúe su viaje espiritual a través de la participación en la liturgia, recibiendo los sacramentos y orando regularmente. Es a veces fácil para una mujer perder su espiritualidad porque anda buscando otra experiencia extraordinaria cuando de hecho, la vida se vive rutinariamente.
dígale que a veces oirá una voz que la condena por lo que hizo y le dice que es indigna de la misericordia de Dios. Esta nunca es la voz de Dios, pero es tan real para ella como la voz de usted. Es la voz de la tentación, tratando a arrastrarla otra vez a la desesperación. Prepárela para que cuando le suceda haga una oración tal como : "Jesús en vos confío". Si ella trata de ignorar esa voz ésta será cada vez más insistente y difícil de resistir y pondrá dudas en su mente con respecto al perdón de Dios y su sanación. Experimentará lo que llamamos "dolor en la penumbra". Esto es normal y sucede cuandoalgo que ella experimenta le recuerda al hijo que lleva en su corazón. Ese algo podría ser la boda de una sobrina porque sabe que nunca tendrá esa experiencia con su hija, debido a que la abortó. Esto no significa que ella no se haya sanado. Solo significa que el aborto es una herida que permanece porque cambió su vida para siempre. Les demuestra a las mujeres que la sanación postaborto es como una cirugía de corazón abierto: Dios restaura su corazón de madre pero siempre queda una herida grande que de vez en cuando duele.
Finalmente, el significado del aborto cambia cuando suceden otras cosas en la vida de la mujer y puede ser que ella sienta el dolor de nuevo en algún momento. Si eso sucede, solo necesita buscar a alguien con quien hablar y podrá resolverlo.
El auto-perdón
La mujer debe perdonarse a sí misma. Perdonarse consiste en suspender el propio juicio y caminar libremente en el perdón que Dios le ha otorgado. (Si ella ha sido víctima de abuso sexual esto será muy difícil para ella porque en su mente, después de haber pasado por la experiencia del aborto ha ido de ser víctima a ser victimaria.) Es mejor que el auto-perdón surja con naturalidad pero a veces esto no sucede. Una de las preguntas que usted le puede hacer a una mujer en esa circunstancia es, ¿qué le diría a otra mujer en la misma situación? Ella siempre responderá compasivamente a esa pregunta; entonces su papel es hacerle ver que tiene que sentir la misma compasión por sí misma. A la mujer que es muy dura consigo misma yo a veces le digo: "Sabes, me parece que estás caminando peligrosamente cerca al pecado del orgullo - Dios te ha perdonado pero parece que tú sabes más que Dios y continúas despreciándote a ti misma."
Hay algo que la mujer puede hacer que la ayudará a perdonarse a sí misma. Invítela a que pase un tiempo mirando hacia su interior y visualizando para poder conocer mejor a esa mujer que era ella cuando abortó. ¿Qué la llevó a hacerlo? Ahora ella es una mujer más madura y sabia. Pregúntele qué le sucedió que la hizo recurrir al aborto. ¿Era una mujer joven, asustada, abusada, egoísta? ¿Enfrentaba dificultades econónicas? Se trata de hacer una evaluación honesta. Entonces ella le escribirá una carta a la mujer o joven que era ella en aquel momento en que abortó. En la carta dirá lo que ella ha aprendido y llegará a la conclusión de que con la ayuda de Dios y de su sacerdote o consejero se podrá perdonar a sí misma. A veces las mujeres son movidas rápidamente a perdonarse durante este proceso y de ser así pueden terminar la carta diciendo: "te perdono." La carta fue dirigida a la mujer que era (quien quizás hasta tenía otro nombre),y firmada porla mujer que es ahora. Ella necesita leer la carta un par de veces porque a menudo se dará cuenta de alguna verdad al hacerlo. Después puede quedarse con la carta, quemarla o ponerla en algún lugar que represente para ella la liberación, con respecto a su auto-recriminación y condenación.
El regalo de la vida
Después de experimentar la sanación, muchas mujeres desean involucrarse en alguna actividad que les permita dar al mundo algo de lo que han recibido. Ayúdela a encontrar la mejor manera de hacerlo. Necesita determinar qué es lo más apropiado para ella en este momento de su vida. Puede que le sea posible vivir su matrimonio y su maternidad con sus otros hijos de un modo nuevo. O quizás se siente llamada a ayudar a una vecina anciana o aayudaren su iglesia.
Algunas mujeres quieren hablar en público de su experiencia pero guíelas muy cuidadosamente en esto. Ayúdela a determinar sus motivos. ¿Quiere hacerlopara reparar por lo que hizo? ¿Se está tratando de castigar a sí misma buscando ser avergonzada al hablar públicamente? ¿Por qué desea hacerlo? Es necesario que su familia más íntima ya sepa que ella abortó y no le preocupe que ella lo revele.(Los medios de comunicación hacen posible que la historia que cuente una mujer sea conocida en muchos lugares.) Sus hijos adolescentes puede que estén de acuerdo en que ella hable públicamentepero quizás después se sentirán avergonzados, cuando sus amigos se enteren de lo que hizo su mamá. Hay que tomar en cuenta también a los niños pequeños. Quizás esa información es más de lo que ellos pueden asimilar. Las mujeres pueden contar su historia anónimamente en cartas que pueden ser publicadas, inclusive en boletines de las iglesias o folletos. Es importante que ninguna persona sea dañada en este proceso.
Conclusión
Las preguntas claves que una mujer tiene que resolver después de batallar con un aborto son:
¿me perdonará mi hijo?
¿me perdonará Dios?
¿me perdonaré a mí misma?
Para poder llegar al fin de su proceso de sanación, ella necesita saber la respuesta a estas preguntas. Además, necesita saber dónde está su hijo, con quién estáy si está bien. Estas son las preguntas que ella tiene en su corazón. Su maternidad quedó tronchada por el aborto. Es buena idea recordarle al finalizar el proceso que habrá momentos en que sentirá tristeza al recordar a su hijo y que esto es normal. No significa que no ha sido sanada. Una madre jamás olvida al hijo de su corazón y esas lágrimas serán la señal de que se ha sanado.
Recuerde que habrán diferencias culturales entre las distintas mujeres, basadas en su fe o su origen étnico. A las mujeres católicas la encíclica El Evangelio de la vida del Papa Juan Pablo II les habla de sus heridas de una hermosa forma pastoral, asegurándoles que su sufrimiento tendrá un significado y que su hijo está con Dios. Por favor estimúlela a trabajar en el componente espiritual de su duelo, con un líder religioso de su misma fe. Si no se siente cómodo para comenzar a trabajar con ella, sugiérale que acuda a otro consejero y dele el nombre de alguien con quien ella se pueda sentir cómoda.
Es muy importante respetar siempre la fe religiosa de ella. Este ministerio se ha elaborado para ayudar a la mujer a sanar de la herida del aborto, a través de la gracia y la misericordia de Dios. Dios será quien la guíe en su jornada espiritual.
NOPARH, P.O. Box 070477, Milwaukee, WI 53207-0477.
El website está en: http://www.noparh.org/
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