Janet Morana
11 de noviembre de 2010 (Notifam) – El mes pasado, la señora Kathryn B. guió en automóvil unas 600 miles y se sobrepuso a su casi debilitante ataque de nervios para llegar hasta al Memorial Nacional para los No Nacidos en la ciudad de Chattanooga en el Estado de Tennessee en los Estados Unidos de América, donde contó su historia sobre la decisión que tomó hace 19 años de abortar a su bebé.
“Realmente pensé que la decisión era, de alguna manera, de carácter humanitario,” dijo la residente de la ciudad de Cleveland. “Como cordero llevado al matadero, yo firmé el formulario.”
Lo que siguió fue auto-recriminación y arrepentimiento, dolor inconsolable y una carga insoportable de sentido de culpabilidad, y “una herida que nunca se sanaría.”
Luego ella leyó el libro “Mujeres silenciadas: Cómo se explica el sufrimiento de la mujer que aborta”, cuya coautora, la doctora Theresa Karminiski Burke, es también la fundadora del Viñedo de Raquel. Entonces Kathryn encontró la manera de perdonarse a sí misma. Ahora ella es una de las más de 9,000 mujeres y hombres que están dispuestos a decir que se arrepienten de sus abortos, y que forman parte de la Campaña No Más Silencio, una entidad que fue fundada hace siete años. Ella es también una de las miles de personas que comparte su historia en público en toda la nación, a menudo cuando las cámaras la están grabando, tal como sucedió cuando se encontraban en Tennessee.
Pero ahora hay una nueva campaña por el sitio cibernético de la Twitter en que se le pide a las mujeres que digan ‘Yo tuve un aborto’ y que resuman su experiencia en 140 palabras o menos. La campaña fue comenzada por la señora Steph Herold, una activista pro-aborto que lanzó un sitio cibernético para honrar al abortero, el doctor George Tiller, quien mató niños hasta el noveno mes de gestación. El nombre dado por la señora Herold a su página cibernética de ‘Yo tuve un aborto’ es ‘Yo soy el doctor Tiller’ y su meta es quitarle la estigma al aborto. En un cartel montado en el sitio cibernético se dice que los comentarios por la Twitter son también un modo para “silenciar” a los hombres y mujeres de la Campaña No Más Silencio. Pero ellos ya nunca más permanecerán silenciados. Y tampoco se puede contar la historia sobre un aborto en pocas palabras.
“Las mujeres que han sufrido la pérdida de sus hijos por aborto son las víctimas de un trauma indecible – una violencia espantosa de la que no se habla,” dijo la señora Burke. “¿Por qué es que las personas que escriben notas por la Twitter se sienten tan confiadas luego de un aborto, se sienten tan intimidadas y altamente provocadas por las historias de otras mujeres que revelan que el procedimiento del aborto es un acto destructivo de carácter emocionalmente desgarrador?”
Como parte de su labor a favor de las cientos de mujeres que abortaron en todo el mundo y que han acudido a los retiros del Viñedo de Raquel para ser sanadas, la señora Burke ha visto el modo en que muchas de nuestras hermanas han sufrido la secuela del aborto.
No importa cuál sea su posición con respecto al aborto, ella explica, pues “lo importante es ofrecer aceptación de sus historias con tolerancia y simpatía. Ellas tienen algo imperioso que enseñarnos sobre la opresión contra la mujer, la discriminación, y una sociedad que rechaza las mujeres y los niños en sus vientres; sobre un planeta donde las mujeres son obligadas a ser arrasadas en nombre de la libertad; sobre una tiranía que viola el instinto femenino, la feminidad, y el rol único de la mujer en la procreación.”
Muchas mujeres se han arrepentido de sus abortos, lo cual es un hecho que hasta el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha reconocido. ¿Por qué es que los grupos pro-aborto alegan ser la voz de la mujeres en América y nos dicen que debemos ‘escuchar las voces de las mujeres”, pero entonces no le dan reconocimiento a las voces de las mujeres que son parte de la Campaña No Más Silencio? Estos grupos quisieran que las mujeres que pertenecen a esta campaña se mantengan calladas sobre su arrepentimiento. Sin embargo, estas mujeres quieren llegar a donde se encuentren las mujeres que están considerando el aborto para decirles: “Conozcan nuestras historias.” La experiencia siempre triunfa sobre la retórica. Son tantas las mujeres arrepentidas de sus abortos, quienes también una vez dijeron lo mismo que dicen las mujeres que ahora envían notas por la Twitter, alegando que hicieron lo correcto en abortar. Con el paso del tiempo, los verdaderos sentimientos salen a relucir. El aborto no es una decisión que empodera a la mujer. El aborto causa la muerte de su niño y – quieran o no – una parte de ellas mismas también muere.
Mi colega, la señora Alveda King, está a cargo de la rama para los afro-americanos de Sacerdotes por la Vida, y habla con franqueza sobre sus dos abortos para la Campaña No Más Silencio. Ella conoce íntimamente el dolor del aborto, y ella ha visto el modo en que el aborto ha hecho entrada dentro de la comunidad de los afro-americanos. Ella se encuentra entre aquellos que propulsan los derechos reproductivos de la mujer, lo que no incluye “el derecho a decidir.”
“Tenemos que reconocer que las mujeres se convierten en madres desde el momento en que quedan embarazadas,” dice la señora King. “El bebé en el vientre materno es un dependiente, pero es completamente e individualmente un ser humano quien es nutrido y protegido por su madre. Todo programa que interese ofrecer asistencia a las madres tiene que comenzar con el momento en que comienza la maternidad, lo cual es el embarazo.”
La señora Burke está de acuerdo con lo dicho por la señora King. “No se le dará reconocimiento a los verdaderos derechos y la libertad de la mujer hasta que se valore nuestra capacidad reproductiva, y hasta que nuestros niños sean amados por la sociedad y por los hombres que son sus padres biológicos,” ella dijo. “La violencia contra la mujer nunca terminará hasta que la sociedad reconozca el beneficio de la concepción de la vida, en lugar de insistir en que su destrucción es necesaria. La alegada salud reproductiva por aborto es una mentira, una falsedad, que amenaza a las mujeres y los niños con la violencia y el abandono. La primera causa de muerte durante el embarazo es el asesinato. El aborto libre ha creado una mentalidad a favor de la muerte como una solución a una responsabilidad no deseada – no solamente para el bebé, sino para la mujer que no quiere ejercer su “derecho a decidir.”
Así como las mujeres que llegaron al Memorial Nacional para los No Nacidos el mes pasado para montar sus placas conmemorativas con los nombres de sus bebés, para ser colocados en la pared del memorial, la señora King sabe que la maternidad no termina con un aborto.
“Las mujeres nunca olvidan los bebés que entregaron,” ella dijo, “sin importar cuán persuasivas eran las razones en aquel momento.”
Mientras las notas por la Twitter de la campaña “Yo tuve un aborto” continúan llegando, se ha visto que también están llegando un número creciente de notas de mujeres que no han tenido abortos pero que quieren que las opciones estén disponibles. Las personas pro-vida que escriben notas con sus opiniones al respecto reciben comentarios desdeñosos por personas pro-aborto, varias de las cuales se han comprometido en enviarle donativos a una entidad pro-aborto, cada vez que alguien escriba una nota pro-vida. (Como si ellas no fueran a enviar, en todo caso, donativos a dichas entidades.)
La señora Georgette Forney, presidenta de la organización conocida como Anglicanos por la Vida, y cofundadora de la Campaña No Más Silencio, ha enviado sus propias notas por la Twitter, compartiendo su historia que incluye relatos de citas con los psiquiatras y del uso de pastillas anti-depresivas.
“Esto constituye la explotación típica de la mujer ante un embarazo difícil… se piden fondos para los abortos en lugar de pedir fondos para los centros de ayuda a la mujer.”
Y contrario a lo que muchas de las notas por la Twitter dicen, al no tener una idea de lo que significa optar por un aborto, la señora Forney sí puede decir: ‘Yo tuve un aborto.” Ella, al igual que un incontable número de mujeres, siempre se arrepentirá de ello.
Yo reto a todas aquellas personas que mandaron notas por el sitio cibernético de la Twitter de “Yo tuve un aborto”, que visiten el sitio cibernético de la Campaña No Más Silencio, lean los testimonios de las miles de mujeres que han abortado, y obtengan la sanación que está a su alcance.
La señora Janet Morana es la directora ejecutiva de Sacerdotes por la Vida y cofundadora de la Campaña No Más Silencio. Este artículo fue publicado en el periódico estadounidense The Washington Times y ha sido republicado con su autorización.
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