Muy probablemente mucho de las mujeres anímicamente tocadas que existen hoy en Occidente lo sea porque se han sometido a un aborto. Sin embargo, el Imperio de la muerte se ha cuidado mucho de marginar a los especialistas que tratan de que estas mujeres superen tan espantosa enfermedad. A razón de 80.000 abortos anuales que se perpetran en España, es fácil deducir que la patología post-aborto cunde, sin que la sanidad pública, y mínimamente la privada, se preocupe de poner en tratamiento a las víctimas -no me refiero a los niños abortados, que esos poca ayuda psicología pueden recibir, sino a las madres que los abortaron-. Lo mejor para que cunda la epidemia es negar la enfermedad.
En cuanto a bibliografía, el único libro publicado hasta la fecha en España se refiere a casos post-aborto extranjeros, y su lectura resulta sobrecogedora. Se titulaba "¿Por qué lloras, Miriam?". Pues bien, ahora tenemos otra obra, más próxima, no apta para paladares delicados, porque estamos hablando del mayor homicidio masivo, verdadero holocausto, de la historia. Y eso siempre deja huellas imposibles de ocultar.
Eulogio López
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