Abortando a gogó se tituló un artículo de opinión del escritor Juan Manuel DE PRADA, en el diario ABC. Con lenguaje llano explica el fracaso de las políticas del Ministerio de Sanidad, que parece no perseguir la sanidad sino la mortandad.
EL número de abortos en España durante el año 2002 alcanzó los 77.125; por supuesto, en tan estremecedora cantidad no se incluyen los miles de abortos clandestinos que se perpetran en condiciones de pavorosa insalubridad, tampoco los que se consuman mediante prácticas no quirúrgicas, más asépticas pero igualmente criminales (ingestión de pildoritas embrionicidas, etc.). La cifra escueta, que casi se ha duplicado en un plazo de apenas diez años, ha sido facilitada por el Ministerio de Sanidad, sin glosas que ayuden a entender la magnitud del horror. Juan Fernández-Cuesta, en la información que ayer publicaba ABC, tampoco se decidía a explicar la frialdad de los datos, aunque en algún pasaje de su artículo vinculaba el aumento de los abortos con el fenómeno de la inmigración, resaltando que son las regiones receptoras de mano de obra extranjera las que más decididamente se emplean en
Adopcion Espiritual
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