Uno de los latiguillos recurrentes que repiten hasta el hartazgo los partidarios de la despenalización del aborto es que, al no estar legalizado el aborto, la práctica del mismo -fuera de los círculos «seguros» constituido por los hospitales o los centros de salud- se realiza en condiciones «inseguras» que suelen aparejar riesgos a veces mortales para las mujeres que abortan. Esta burda afirmación constituye en realidad una mentira falaz en un doble aspecto: en primer lugar, disimula o ignora la naturaleza esencialmente asesina del acto de abortar voluntariamente (en tanto acto mediante el cual se mata a un ser humano), y en segundo lugar formula directamente una afirmación mendaz. Respecto al primer aspecto, no nos vamos a referir mucho al mismo. Solamente recordaremos que la actitud de presentar como un problema médico-sanitario lo que en rigor de verdad es un acto criminal de raíz moral y política es la táctica aconsejada por John Davison Rockefeller III (hermano de David y Nelson, dedicado a estudiar la forma de detener el crecimiento poblacional mundial ya desde 1952) en el Informe presentado en 1972 al entonces presidente norteamericano Richard Nixon1: como este personaje creía que la prohibición del aborto obstaculiza el ejercicio de la libertad individual de la mujer y viola la justicia social (ya que la mujer pobre no puede matar en condiciones seguras a sus hijos no deseados, como si puede hacerlo la mujer pudiente o rica), proponía entonces medidas que los hospitales y clínicas fuera el ámbito en el que se llevaran a cabo la eliminación de los nascituros no queridos. En esta línea de propuesta antinatalista, sostenía que «la contracepción es el método que hay que elegir para evitar embarazos no deseados», y que el aborto «no debe ser considerado un sustituto para controlar los nacimientos, sino un elemento dentro de un sistema general de cuidado de la salud materna e infantil»2. Como se puede apreciar, para el gran magnate y plutócrata el aborto no es un crimen sino un derecho: «demasiados americanos deben recurrir al aborto para prevenir un nacimiento no deseado». Pero esta necesidad no es una cuestión científica ni médica, es una decisión inmoral y criminal que Rockefeller justifica exclusivamente sobre la base de su riqueza: como alguien no quiere al hijo en camino, Rockefeller piensa que tiene derecho a matarlo, para lo cual inventa e instituye el principio ético que afirma que «sólo deben ser traídos al mundo los hijos deseados»3. El aborto debe dejar de ser considerado un crimen sólo porque lo dice Rockefeller. Nuestros progresistas, revolucionarios y antiimperialistas sostienen que el aborto no es un crimen. ¿Saben que dicen lo mismo que Rockefeller ya dijo hace 40 años? Si el primer aspecto que hemos mencionado es en realidad un cruel y criminal encubrimiento ideológico de Rockefeller, mediante el cual ignora y disimula el carácter esencial y sustancialmente criminal del aborto, el segundo aspecto no es menos tramposo y falaz. Los partidarios de la despenalización del aborto recurren, entre otras, a la máxima autoridad «sanitaria» mundial, la Organización Mundial de la Salud, de la cual toman el remanido argumento que, basado en el más puro espíritu rockefelleriano, postula la distinción entre los abortos «seguros» en hospitales y clínicas y los abortos «inseguros» en el hogar o en lugares clandestinos. Pero resulta ser que esta distinción es una falacia total, tal como lo afirmó la Dra. Gunta Lazdane en mayo de 2004, en el transcurso de un encuentro del Global Population Forum celebrado en la ciudad de New York y organizado por dos entidades pro-abortistas: el Population 2005 y el Population Institute. En su exposición, la conferencista de origen danés sostuvo que «más del 20% de las muertes maternas son causadas por el aborto. Esto sucede también en esas situaciones en las que el aborto es legal. En consecuencia, nos debemos preguntar si el “aborto seguro” lo es realmente». En primer lugar, la conferencista mencionada es una médica; en segundo lugar, y tan importante como su ciencia y su profesión, es el cargo o la función que ella desempeñaba en ese momento como Consejera Regional europea del Departamento de Investigación y de Salud reproductiva de la Organización Mundial de la Salud, lo cual significa que la suya no era una opinión cualquiera, sino la de alguien que hasta ese momento participaba en la «cocina» de la remanida y hastiante política de «salud reproductiva»4. Podría ser que la OMS tenga razón y que la doctora en cuestión estuviera equivocada, pero llama la atención que una opinión como la suya haya sido «recompensada» con su defenestración. Tenemos derecho a suponer esta «represalia», por cuanto la Organización Mundial de la Salud no es un organismo neutro de las Naciones Unidas, sino que a través de las políticas sanitarias que elabora y traza cumple una misión política primordial: si la mayoría de sus miembros son médicos, no por ello dejan de responder a directivas políticas precisas emanadas de funcionarios y jefes que tienen sus vínculos y subordinaciones con el poder privado plutocrático mundial. Pruebas al canto: a) entre los organismos que respaldan, aportan y «colaboran» con la OMS se encuentran las dos instituciones que más bregan en el mundo por controlar el crecimiento poblacional, sobre todo en los países «en desarrollo»: la International Planned Parenthood Federation (IPPF), (la institución abortiva más grande del mundo, con su matriz en Londres y con 52 federaciones asociadas a lo largo del mundo, dirigida desde 2002 por Steven Sinding, ex Banco Mundial y ex Rockefeller Foundation) y el Population Council (de los Rockefeller). En buen romance: si las dos instituciones abortivas más grandes del mundo financian a la OMS, quienes dictan la política de ésta última son aquéllas, ambas controladas y dirigidas por los Rockefeller5. Para que no haya dudas respecto a la orientación pro-abortista del organismo, otras fundaciones que respaldan y aportan financieramente a la OMS son, por ejemplo, Bill and Melinda Gates Foundation y Dave and Lucille Packard Foundation, activas promotoras del control de la natalidad en América Latina. b) la responsable última de este Departamento de la OMS, custodio y garante de la política de salud sexual y reproductiva, es Jane Cottingham. ¿Quién es esta funcionaria? Es una de las fundadoras, en 1974, de ISIS-Women´s International Cross-Cultural Exchange (Isis-WICCE), en Ginebra (Suiza), un organismo que tiene como finalidad primordial «promover los derechos humanos de las mujeres». Desde 1991 trabaja en la OMS. La institución fundada por ella, la ISIS (nombre en honor de la diosa egipcia) es un organismo que recibe donaciones y subsidios, entre otros, de la tristemente célebre Fundación Ford (vinculada a la CIA y presidida desde 1996 por Susan V. Berresford, miembro de la corporación Rockefeller –ex Chase Manhattan- y de la Comisión Trilateral) y de la Fundación Heinrich Boll (de Alemania). Quiere decir entonces que la ¿Dra.? Jane Cottingham, responsable del área de Salud Reproductiva en la OMS, es apoyada y sostenida formal e indirectamente por el clan Rockefeller. Para decirlo en pocas palabras: el clan Rockefeller no sólo controla la Organización Mundial de la Salud –a través de aportes del Population Council y de la IPPF-, sino que controla y dirige el Departamento de Investigación y Salud Reproductiva, a través de aportes del Population Council y del accionar de su Directora, vía Fundación Ford. En definitiva, a través de la OMS y sus dependencias, el clan Rockefeller promueve el colonialismo sanitario y el holocausto demográfico, ya que decir que anualmente se producen 50 millones de abortos en el mundo es afirmar que estamos en presencia de una cruel cacería de los seres humanos más inocentes y indefensos de todos, promovida y causada por el delirio y la irracionalidad voraz de la plutocracia internacional y de la oligarquía parasitaria financiera, verdaderos enemigos de la raza humana, de nuestros pueblos y de nuestras Patrias. Lamentablemente las últimas leyes sancionadas por «nuestros» representantes legislativos han sido acordes con los lineamientos «sanitarios» colonialistas de la OMS. Ejemplo evidente de ello lo constituye el hecho que la esterilización quirúrgica aprobada no requiere la autorización del cónyuge, cuando quien la pide es casada o casado. Según la OMS, el status marital o conyugal representa en estos casos «una barrera que impide que las mujeres obtengan acceso a servicios que ellas necesitan en orden a mantenerse saludables». Demás está decir que este pedido constituye una vieja aspiración de los Rockefeller. Al proceder de este modo, algunos de nuestros legisladores han seguido las directivas de la OMS y, en última instancia, se han sometido al proyecto antinatalista criminal de la familia Rockefeller. Pero este sometimiento al imperialismo internacional del dinero no ha sido casual: previamente han sido «adoctrinados» por un carnicero con título universitario (que se alegra cuando se aborta un niño y que se entristece cuando la Justicia lo impide, además de haber sido colaborador civil del Proceso de Reorganización Nacional -intervención militar de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina- a partir de 1977), quien en «un retiro espiritual legislativo» organizado por un ex furibundo menemista les ha «recomendado» seguir los lineamientos antinatalistas de las pautas de la salud reproductiva y de los derechos sexuales y reproductivos inventados por John Davison Rockefeller III y difundidos por sus hermanos. Otro ejemplo de este sometimiento servil es el hecho que a partir de la ley de esterilización quirúrgica el Estado subsidia la mutilación genital de los pobres, pero no subsidia, por ejemplo, las cirugías cardiovasculares que los pobres necesitan6. ¡Qué llamativo! Los únicos subsidios estatales para los pobres que John Davison Rockefeller III acepta son los destinados a la mutilación genital, a la provisión de insumos anticonceptivos y a la realización de abortos a petición. Las últimas leyes aprobadas en nuestro país marchan en la dirección indicada por los grandes oligarcas, lo cual nos hace pensar si los legisladores que impulsan y aprueban estas leyes tan «rockefellerianas» al servicio del Nuevo Orden Mundial (promovido a su vez por este imperialismo privado angloamericano), no estarían incurriendo en alta traición a la Patria. En este sentido, pareciera que gran parte de nuestros legisladores están haciéndonos transitar a pasos agigantados hacia un nuevo sometimiento colonialista en beneficio de la oligarquía parasitaria mundial; en definitiva, parecen estar recreando una nueva política británica (hoy angloamericana) en el Río de la Plata. ¿Será que está naciendo en nuestra Patria el Frente Gorila para la Victoria… de Rockefeller, lo cual incluye, entre otras cosas, aprobar las leyes que este clan pretende y ser aceptados en las reuniones en Recoleta del Consejo para las Américas? * ¿SE PUEDE HABLAR DE DERECHOS HUMANOS y, al mismo tiempo, MUTILAR A LOS POBRES Y ASESINAR A LOS NIÑOS INOCENTES EN EL VIENTRE DE SUS MADRES? * ¿SE PUEDE SER LIBRE Y DIGNO, tanto a nivel nacional como personal, SIGUIENDO EL IDEARIO POLÍTICO DE LOS ROCKEFELLER Y EJECUTANDO SUS POSTULADOS ANTINATALISTAS? ¿SE PUEDE SER LIBRE y, al mismo tiempo, COLONIA DE LOS ROCKEFELLER? * ¿SE PUEDE ALCANZAR LA GRANDEZA DE LA NACIÓN Y LA FELICIDAD DEL PUEBLO instaurando como política de estado el «HOLOCAUSTO DEMOGRÁFICO»? El Frente Gorila para la Victoria del Nuevo Orden Mundial, subsidiado por la CIA, Rockefeller, la Embajada Británica en Buenos Aires y el Foreign Office, ya ha comenzado a instaurar el ideario neonazi del siglo XXI, para el cual los pobres deben ser eliminados de la faz de la tierra. Nos queda a los argentinos responder como corresponde en esta hora, siguiendo el ejemplo de la gesta reconquistadora de 1806, a la nueva invasión angloamericana colonialista, para restaurar la independencia, la soberanía y la justicia social que supo brillar en momentos estelares de nuestra historia patria. O los argentinos (unidos a nuestros hermanos de los otros pueblos que habitan entre nosotros) dejamos de ser colonia, o la bandera flameará sobre las ruinas de nuestra Nación.
OMS: “EL aborto legal causa el 20% de las muertes de las madres” «Nos debemos entonces preguntar si “el aborto seguro” es verdaderamente tal». La afirmación es de Gunta Lazdane, consejera regional europea para la investigación y la salud reproductiva de la OMS (Organización mundial de la salud). ESTADOS UNIDOS, Washington (AsiaNews/C-Fam) - «Más del 20% de las muertes maternas son causadas por el aborto. Esto sucede también en esas situaciones en las que el aborto es legal. En consecuencia, nos debemos preguntar si el “aborto seguro” lo es realmente». La afirmación es de Gunta Lazdane, consejera regional europea para la investigación y la salud reproductiva de la OMS (Organización mundial de la salud). La Dra. Lazdane ha pronunciado su ponencia en el transcurso del Global Population Forum, un encuentro internacional desarrollado recientemente en Washington. El Global Population Forum ha sido promovido por el Instituto de Población y por el Población 2005, un cartel que lucha por la salud reproductiva (muchas veces una metáfora que esconde la opción por el aborto como método “en defensa de la salud” y por la contracepción). Entre los dirigentes de Población 2005 hay ex responsables de la UNFPA (el Fondo de las Naciones Unidas para Población), además del subsecretario general de la ONU, H. E. Anwarul Chowdhury. La admisión de Lazdane debilita el argumento más difundido a favor de la legalización global del aborto. En muchas partes del mundo, entre ellas Italia, los partidarios del aborto declaran con frecuencia que sólo el aborto ilegal es inseguro y atribuyen las muertes maternas a los abortos no seguros. De este modo, los grupos pro-abortistas han pedido a sus gobiernos que declaren legal el aborto. Sobre la base de este razonamiento, también la OMS querría reclamar la legalización del aborto a nivel planetario, afirmando que los gobiernos «deberían establecer políticas y leyes sobre el aborto que tengan en cuenta el interés de la salud y del bienestar de las mujeres y no que se basen en medidas punitivas y criminalizadoras». Pero si Lazdane no se equivoca y los abortos legales son también «no seguros», estos argumentos pierden indudablemente su importancia. Otros expositores presentes en el Forum han expresado la tradicional orientación abortista y anti-católica. Alfonso López Juárez, ex jefe de la Asociación de Planificación Familiar, de México, ha definido a la Iglesia Católica y a la derecha religiosa como «fanáticos». Además, Juárez ha agregado que «no hay nada de pecaminoso en el campo de la sexualidad si se evita el embarazo o las enfermedades de transmisión sexual». Fuente AsiaNews Infórmese en www.diario7.com.ar |
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