Científicos estadounidenses crean el primer corazón ‘bioartificial’ con células madre adultas
Investigadores belgas y españoles muestran también que es viable tratar la enfermedad isquémica periférica con células del propio paciente
Un equipo de investigadores estadounidenses suman un hallazgo más a la lista de éxitos obtenidos con la utilización de células madre adultas y consiguen hacer latir el primer corazón ‘bioartificial’ creado en un laboratorio a partir de este tipo de células.
Han demostrado la eficacia de sus investigaciones partiendo del tejido cardiaco y las células de ratas, pero “el objetivo sería desarrollar vasos sanguíneos u órganos completos que se generarían con las células del propio paciente”, asegura Doris Taylor, investigadora principal del grupo de científicos de la Universidad de Minesota que han realizado el trabajo.
A esta investigación se suma otra llevada a cabo en la Clínica Universitaria de Navarra, pionera en este tipo de estudios, en colaboración con la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica.
Dos grupos de investigadores de estas universidades han demostrado que la aplicación de células madre adultas es eficaz en el tratamiento de la enfermedad isquémica periférica.
Las embrionarias, contracorriente
Mientras tanto, a pesar de éstos y otros hallazgos obtenidos y de la eficacia demostrada con el uso de células madre adultas, de las que ya se pueden obtener células pluripotenciales, no parece que los defensores de manipular y destruir embriones para obtener células madre estén dispuestos a admitir que ‘nadan contracorriente’.
Un buen número de investigadores y responsables políticos, con el ministro Bernat Soria a la cabeza, siguen defendiendo los estudios con células madre embrionarias, pese a que nunca han demostrado ser viables terapéuticamente.
Se quedan sin argumentos, pero en lugar de aplaudir los avances de la ciencia en este campo parecen más preocupados por defender su estatus profesional que por potenciar la investigación con células madre adultas.
En laboratorio... y late
El método de trabajo empleado por los científicos de la Universidad de Minesota, bautizado como ‘descelularización’ y publicado en la revista Nature Medicine, consistió en extraer todas las células del corazón de una rata muerta y obtener un ‘andamio’ cardiaco al que preservaron usando agentes limpiadores.
Posteriormente, el equipo investigador inyectó células cardiacas de roedores recién nacidos en esa estructura cardiaca y las cultivó en el laboratorio en condiciones que simulaban la fisiología de un corazón con normal funcionamiento.
Cuatro días después de sembrar el tejido del corazón muerto con las células neonatales, éstas se habían multiplicado y diseminado por el órgano bioartificial, que empezó a contraerse, y ocho días más tarde latía con normalidad, para sorpresa de los investigadores.
“Lo que hemos logrado es utilizar los ladrillos biológicos de la naturaleza para construir un nuevo órgano [...] Cuando vimos los primeros latidos nos quedamos estupefactos”, afirmó por su parte el doctor Harald C. Ott, coautor del descubrimiento.
Los investigadores estadounidenses reconocen que su hallazgo es tan sólo un primer avance experimental y que se necesitarán muchos años para aplicar esta técnica en pacientes humanos, pero lo cierto es que su trabajo es la antesala a la fabricación de todo tipo de órganos bioartificiales para trasplantes.
“De momento, lo hemos logrado con corazones, pero pensamos que en el futuro podremos obtener cualquier órgano que necesite un enfermo [...] Abre la puerta a una noción de que se puede fabricar cualquier órgano: riñones, hígado, pulmones, páncreas, cualquiera... y esperamos poder hacerlo”, asegura la doctora Taylor.
La médula ósea, fuente regenerativa
Al mismo tiempo, las células madre adultas multipotentes derivadas de la médula ósea, denominadas MAPC, han demostrado su eficacia en la regeneración del tejido vascular y también del muscular en el tratamiento de la enfermedad isquémica periférica, según una investigación en la que participa la Clínica Universitaria de Navarra.
La enfermedad vascular periférica aguda consiste en la obstrucción de la circulación sanguínea en una determinada zona del organismo, como consecuencia de la oclusión de la arteria que lo irriga, con la consiguiente disminución del flujo de sangre.
Si no se trata a tiempo, la isquemia puede traer consigo complicaciones de diversa índole que, en el peor de los casos, pueden dar lugar a necrosis de tejidos, gangrena, incluso pérdida de la extremidad afectada.
Dos grupos de investigadores han desarrollado un trabajo en esta materia con modelos de ratón. Uno de los equipos de investigación procede de la Clínica Universitaria de Navarra y del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra (CIMA), y otro del Centro de Biología Molecular y Vascular de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
Los resultados del estudio se han recogido en un artículo publicado recientemente en la revista The Journal of Clinical Investigation, del que es autor el doctor en Biología de la Clínica Universitaria de Navarra y del CIMA Xabier López Aranguren.
Los directores de la investigación han sido los doctores Felipe Prósper, por la Clínica Universitaria y el CIMA, y Aernout Luttun y Catherine M. Verfaille, por la Universidad Católica de Lovaina.
El trabajo de investigación analiza el papel y potencial de dos tipos celulares diferentes en el tratamiento de la enfermedad isquémica periférica. El estudio se ha basado en la utilización de modelos experimentales de ratón a los que se ha tratado de esta dolencia vascular, mediante el implante de células MAPC o de células mononucleadas de la médula ósea.
“En definitiva, el estudio ha tratado de comparar la eficacia de ambas poblaciones celulares en el tratamiento de la isquemia periférica ya que en la actualidad se plantea la utilización de células de la médula ósea para el tratamiento de pacientes. En consecuencia, es importante determinar si puede haber diferencias en la eficacia de distintos tipos de células”, apunta el doctor Felipe Prósper.
Resultados satisfactorios
El hallazgo más importante obtenido de la investigación radica en que las células madre adultas MAPC aportan mayor eficacia cuando se inyectan sin prediferenciar.
“Y son eficaces no sólo porque contribuyen a aumentar la cantidad de arterias y venas que se generan en el nuevo territorio, sino también porque consiguen mejorar la regeneración del músculo, tanto directa, como indirectamente", asegura el doctor Prósper.
No obstante, “el músculo se regenera principalmente gracias a un fenómeno indirecto, no porque las células madre se diferencien en células musculares, sino porque contribuyen a que el músculo crezca más y mejor como consecuencia de la liberación de una serie de sustancias”, añade.
El estudio se ha efectuado, además de con poblaciones celulares procedentes de ratón, con células humanas. Del análisis de los dos modelos ha resultado que ambos tipos celulares tienen el mismo grado de eficacia, “de forma que los experimentos practicados con células MAPC de ratón y con el mismo tipo de procedencia humana son solapables, es decir, consiguen idénticos beneficios unas que otras”, concluye.
Publicado en Forum Libertas
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