Cirze Tinajero y Cynthia CastañedaUna de las maneras más eficientes para preservar la vida y evitar el aborto es la persuasión directa a las mujeres cuya probabilidad de cometerlo es mucha.
Es precisamente este objetivo la prioridad de los Centros de Ayuda a la Mujer (CAM). Para los CAM el buscar maneras de ayudar a las mujeres para que puedan tomar mejores decisiones en torno a la vida y el aborto, es su principal finalidad.
Esta misión se torna mucho más difícil cuando la situación de la mujer es particularmente delicada y ella no está preparada para ser madre. Es entonces cuando hay que poner especial cuidado e interés para evitar que, en su desesperación, vea como única salida la comisión del aborto.
Es un hecho que las consecuencias del aborto son tremendamente negativas. Los efectos tanto fisiológicos como psicológicos son tan crudos e impactantes para la mujer, que muy difícilmente se pueden superar.
Es por esto que el trabajo de este tipo de organizaciones resulta tan valioso; con acciones como las que las CAM realizan, es posible salvar no sólo una, sino dos vidas.
El rumbo de la vida de la mujer puede variar completamente cuando se logra evitar el aborto. Este es el caso de Karla, una mujer que tuvo la valentía de escuchar consejos. Una joven que tenía 16 años de edad.Se encontraba en segundo año de preparatoria cuando se enamoró de su vecino, Alonso, un hombre 10 años mayor que ella.
Karla y Alonso empezaron su noviazgo, a pesar de que la familia de él creía que era una locura y que Karla no era más que otra “mocosa, tonta y boba”.
Doña Alejandra, la mamá de Karla, a pesar de que no le encantaba la idea de que su hija anduviera con un “señor”,trataba de apoyarla.
Durante varios días, doña Alejandra veía a su hija rara, y por sus experiencias como enfermera sospechaba que Karla estaba embarazada.
Doña Alejandra no sabía qué hacer, una parte de ella le decía que no se entrometiera en la vida de su hija, mientras que otra le decía que no podía quedarse con la duda de qué estaba pasando con ella. Después de pensarlo mucho, decidió que llevaría a Karla a hacerse análisis de sangre.
Los resultados fueron positivos, Karla estaba embarazada, y la más sorprendida era la futura mamá, a diferencia de la futura abuela. Doña Alejandra le dijo a su hija que en su opinión sólo había una opción: tener al bebé.
Sin embargo, Karla opinaba lo contrario, ella no quería al bebé. Afirmaba aún le faltaba mucho por experimentar, que su vida no se iba a detener para cuidar y educar a otro ser humano.
Alfonso, al enterarse de que sería papá, simplemente le dijo a Karla que hiciera lo que ella quisiera, que la apoyaría tanto en el aborto como en tener al bebé, y se desligó de la decisión.
Incluso Karla le pidió a su mamá que empezara a investigar en el hospital donde ésta trabajaba, qué doctor podía hacerle un aborto. A doña Alejandra no le agradaba la idea, pero sentía la responsabilidad de apoyar las decisiones de su hija.
Al pasar los días, Karla empezaba a tener dudas: ¿era correcto matar a otro ser humano? Finalmente decidió pedir el consejo a sus amigos más cercanos, pero esto no ayudó mucho. Sólo terminó más confundida de lo que ya estaba, pues las opiniones fueron muy polarizadas. Hubo quienes le dijeron: “¡¡¡abórtalo ya!!!”, mientras que otros: “pobre bebé, serás un asesina”.
Los papás de Alonso no se quedó fuera de la situación, y creían que lo mejor era que abortara, ellos no querían que su primer nieto fuera de una muchachita tonta. Incluso le dijeron a Karla que ellos pagaban el aborto y todo lo que fuera necesario.
Para Karla todo indicaba que la opción correcta era abortar, que de esta manera no tendría que cambiar su vida. La decisión ya estaba tomada; sin embargo, doña Alejandra quería jugar su última carta.
Una tarde, después de que Karla llegara de la escuela, se sentó a platicar con ella y le dijo que el aborto no era la única opción, que si decidía tener al bebé ella la apoyaría en todo, que las dos podrían salir adelante, que sería difícil, pero que la satisfacción y amor que sentiría al momento de abrazar a su hijo sería inigualable.
Karla se dio cuenta que no quería ser una asesina, que prefería una vida difícil y pasar por algunos sacrificios, que cargar en su conciencia con la muerte de un ser inocente.
Alonso aceptó la decisión y tuvieron al bebé. Todo sonaría perfecto, pero cuidar, educar y sostener a un bebé, en este caso a una niña, no es nada sencillo. Y el haber formado a una familia por la situación y no por decisión, trajo serios conflictos, hasta llegar al punto de que Alonso decidió abandonar a su familia.
A pesar de que Karla ya no contaría con Alonso, ella sabía que con el apoyo de su mamá, con esfuerzo y amor, todo podría mejorar.
Ya han pasado dos años desde que Alonso las abandonó. La hija de Karla ya está en el último año de kinder, y Karla afirma que, a pesar de todos los problemas a los que se ha enfrentado –como seguir estudiando y trabajar al mismo tiempo–, ser mamá es lo mejor que le pudo haber pasado.
La historia de Karla nos muestra que si uno piensa que es un error embarazarse cuando no se debía, se debe estar consciente de que el error fue la acción que originó el embarazo, pero nunca el bebé. No obstante, ello no significa que sea el fin del mundo. Todos los seres humanos nos equivocamos a veces.
También hay que recordar que no hay mal que por bien no venga, incluso si tu pareja no te respondió como esperabas, esto nos muestra que es un hombre que no vale la pena y lo mejor es que esté lejos de ti.Un hombre de verdad sabe enfrentar las consecuencias de sus acciones, no sólo por un rato, sino por siempre, y respeta la dignidad de la mujer y la vida de otro ser humano.
Abortar sólo es una salida fácil, tener a tu bebé es una experiencia de amor que te hace grande como persona.
Leído en Yo influyo
Adopcion Espiritual
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