martes, noviembre 02, 2021

Psicosis colectiva e individual y la salvación de Cristo (I)

 

Psicosis colectiva e individual y la salvación de Cristo (I)



De los tropecietentosmil vídeos que recibimos cada día todos por WhatsApp me he fijado en uno en concreto que me ha parecido puede dar lugar a muchas reflexiones «Psicosis colectiva: cómo nuestra sociedad cayó mentalmente enferma (y cómo escapar de este delirio)» de Jorge Benito https://www.youtube.com/watch?v=8Ccpobip-Fs

Por una parte, su análisis de la manipulación de las masas me parece excelente. Después da soluciones para salir de ese esclavitud de la manipulación y del reino del fanatismo ideológico. Aquí su respuesta a mi entender deja mucho que desear frente al análisis anterior, no importa: es que sin Cristo nada tiene sentido y en Él la encontraremos.

Explica primeramente el objetivo: creación de un sistema de tiranía global donde el poder lo abarque todo. No hay policía para vigilar a 6000 millones de personas luego para lograr una tiranía global la batalla esta en el individuo particular, que los individuos pierdan su individualidad y se adhieran a una mentalidad de grupo. Ahí está el quid de la cuestión y la repuesta, la batalla siempre ha estado en el corazón del hombre.

Tres disparadores que el poder usa para manipular al individuo o convertirlo en masa aborregada:

  • Miedo

  • Confusión

  • Deseo de seguridad

El origen es un grave problema que amenaza a la sociedad, ese problema es obviamente fabricado, para inducir el temor a un peligro inminente.

Después se usa la propaganda para confundir al individuo lo cual aumenta el miedo, noticias constantes y contradictorias entre si. Esto se hace a través de «olas de terror», etapas donde la tensión aumenta exponencialmente seguidas de pequeños momentos de relajación seguidos nuevamente de mayor tensión.

Después el poder presenta una única solución al problema y el pueblo le suplica que la aplique. Por supuesto que para implementar esta solución necesita de medidas excepcionalísimas que destruyen la libertad del individuo, pero no importa, porque ya cuenta con el beneplácito de las masas que le suplican que le arrebate sus derechos para acabar con la amenaza inminente.

Hay un elemento más que utiliza: aislar al individuo y restringir sus relaciones sociales, lo cual le hace más susceptible a ser manipulado. Le lleva a un estado de infantilización que le hace ceder el control de su vida y sus decisiones a otros.

Bien, no creo que tenga yo que decir lo evidente de como describe a la perfección la situación actual, pero si apuntar que esto que sucede a nivel colectivo sucede también a nivel individual, que es como he dicho donde la batalla principal tiene lugar.

Me recuerda mucho al proceso de victimización de una víctima de maltrato o de abuso sexual: el arma del miedo, el alternar periodos de violencia y tensión con periodos de paz y hasta de luna de miel, la técnica del aislamiento para someter a la víctima…

Pero me falta una que el autor de no menciona, pero que me parece una de las más importantes si no la más, la inversión de la culpa. El abusador convence a la víctima de que es culpable, es culpable de sus abusos, es culpable de que la tenga que pegar porque su mal comportamiento o es culpable de matar a su abuelo o de la nueva ola.

Sigue comentando que el individuo enajenado no solo no sabe que lo está, que solo sigue los mandatos prefabricados de su colectivo, sino que se siente superior, siente una superioridad moral a los miembros del grupo opuesto, los que están fuera son enemigos que amenazan con destruirlo todo y eso le autoriza a cometer toda seria de atrocidades justificadas por el bien común.

Esta ceguera merece también meditación. Nos preguntamos como una persona puede apoyar el aborto incluso hasta el noveno mes y no solo eso, sino que acusa a los provida de estar en contra de los derechos de la mujer. Esto es la «ceguera de la razón» o, más bien, la ceguera que produce el pecado, es como estar en una secta que te impide ver la realidad. Solo la luz de Cristo nos devuelve la visión, empezando por hacernos ver que estamos ciegos.

Merece la pena también comentar el bien común y los sacrificios por el bien común. El bien común no existe independientemente del bien de todos y cada uno de los individuos. El bien no se contradice, no puede ser bien para uno y mal para otro. El concepto de bien común no es un concepto cristiano y puede justificar cualquier cosa. Las civilizaciones antiguas sacrificaban niños por el bien común. Aunque las modernas también lo hacemos ¿verdad?

Es importante comprender lo que está pasando en nuestro corazón y lo que está sucediendo en la sociedad, pero esto solo es posible desde la luz de Cristo y solo encontraremos una respuesta desde Él. En el próximo articulo seguiré con este tema.


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