miércoles, agosto 24, 2005

Las asociaciones provida trabajan para ayudar a madres y bebés.


Objetivo común: la defensa de la vida



MARÍA GARCÍA AYUELA. MADRID. Beatriz se quedó embarazada de su quinto hijo con 42 años, una edad en la que el feto puede sufrir malformaciones. Por eso tuvo que someterse a la amniocentesis, prueba obligatoria para las mujeres de su edad que deciden se madres. Al recibir las pruebas, le comunicaron que su hija iba a tener síndrome de Down, y acto seguido le presentaron los papeles rellenados para practicar el aborto, listos para firmar. Casi no tuvo tiempo para pensarlo, pero decidió rechazar la oferta. "La criatura que yo llevaba era mi hijo, vivía y me daba patadas. ¿Cómo iba a matarlo?", comenta. No se arrepiente de la opción tomada.

En el año 2002 se realizaron en España 77.125 abortos legales. Siguiendo la legislación actual, la Ley Orgánica 9/1985, existen tres casos despenalizados. El primer supuesto es por salud materna, al que se acogen el 97% de las mujeres que abortan. En el segundo caso, por violación, es poco frecuente que la mujer se quede embarazada, ya que ésta suele estar en estado de tensión y el violador normalmente se encuentra bajo los efectos del alcohol o de alguna droga. El 0,4% de las mujeres que abortan se encuentran en este caso. El supuesto legal eugenésico se da cuando el feto tiene deformaciones, y existen al año un 2,47% de casos. Para Beatriz, "eso es nazismo".

Tipos de aborto (No se han incluido fotografías por la crudeza de sus imágenes)

Existen varias formas de realizar el aborto. En el legrado se dilata el cuello del útero para permitir la inserción de una legra (utensilio raspador de borde cortante) en la matriz. Luego se corta al feto en pedazos y se raspa la pared uterina. Se aplasta la cabecita con unas pinzas y se saca. Se les da un número a cada parte del feto, "ha salido el numero 1" la cabeza.La mujer suele sangrar mucho con éste método. La enfermera debe reunir las partes del cuerpo de la criatura, un tetrico puzzle, indispensable para comprobar que no se han dejado nada dentro para que no sobrevenga ninguna infección posterior.

El método de succión consiste en dilatar el cuello del útero e introducir en la matriz un tubo que se conecta a un aparato succionador. El bebé es despedazado en pequeños trozos y la cabeza es extraida de la misma manera que la anterior si el feto es grande. Según Carlos Bordallo, autor del libro Vida y muerte en el seno de una madre, "los restos de niños abortados se utilizan luego en la industria cosmética". Se suele realizar entre la sexta y la duodécima semana, cuando el cerebro del niño está completo, todos los órganos funcionan y siente dolor. En imágenes tomadas mediante ecografía durante un aborto, se observa claramente como el feto intenta huir del aparato succionador.

Los ginecólogos suelen realizar esta intervención cuando el feto ha sufrido un aborto natural, algo frecuente. Pero que distinto es hacerlo, cuando el feto no está muerto, sino que es el "médico" el que lo ejecuta.

El aborto químico con prostaglandinas se suele utilizar en la segunda parte del embarazo. Las prostaglandinas provocan contracciones en la madre, que expulsa el feto.

La inyección salina se utiliza a partir de los cuatro meses de embarazo, cuando existe el suficiente líquido amniótico. Se introduce una aguja en el abdomen de la mujer, con la que se saca parte de dicho líquido y en sustitución de éste, se inyecta una solución salina. El feto tarda más de una hora en morir. Veinticuatro horas después, la mujer da a luz un niño muerto.

Un 98% de las féminas que abortan lo hacen en clínicas privadas. El perfil mayoritario de la mujer que interrumpe su embarazo en centros privados, según un estudio de la Clínica Dátor de Madrid, es de edad comprendida entre 20 y 29 años, soltera, que vive sola y no tiene hijos. Aunque 10.659 (11.170 en 2003) eran jóvenes menores de 20 años, y de éstas, 274 lo eran menores de 15, en el año 2002.

Otra alternativa

Para unos el aborto es un derecho de la mujer. Para otros, es un asesinato. Esto es lo que piensan las asociaciones provida, que defienden el derecho del "nasciturus" y ofrecen ayuda de todo tipo a las mujeres, antes y después de dar a luz.

Unidos por la vida es una asociación que nació en 1998, coincidiendo con un proyecto de ley para despenalizar el cuarto supuesto del aborto. Su objetivo es defender el derecho a la vida de todo ser humano desde su concepción, y de toda mujer a disponer de los medios materiales y asistenciales para salvaguardar la vida de su hijo. Para ello realizan campañas públicas de información y sensibilización, mediante conferencias, sobre las secuelas del aborto y del valor de la vida. Ofrecen ayuda psicológica a mujeres con embarazos no deseados y aquellas que sufren el síndrome post-aborto.

Actualmente están realizando la campaña "El jardín de los Ausentes". Pretenden conseguir las firmas necesarias para que se construya un monumento en memoria de las víctimas del aborto en las capitales de provincia. Ya se han constituido plataformas ciudadanas en Madrid, Cáceres y Salamanca. El proyecto comenzó el 20 de noviembre de 2004, día de la infancia, y terminará en el mismo día de 2005.
Esta agrupación apoya el proyecto de investigación, divulgación y terapia "No más silencio", que quiere mostrar a la sociedad que el síndrome post-aborto existe, y ofrece ayuda a las mujeres que lo padecen. Esta iniciativa la han puesto en marcha un grupo de mujeres que creen que "el aborto es el mayor factor de riesgo en la sociedad porque produce secuelas horribles en la mujer", como afirma Pilar Gutiérrez, directora del proyecto.

La asociación universitaria Médicos por la Vida nació en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid en 1997. Surgió por la inquietud de "un grupo de jóvenes cansados de ver la desinformación de los estudiantes de medicina en relación al aborto y otros temas de bioética", según comenta Enrique Jaureguizar, estudiante de 6º de medicina y presidente de la asociación.

Esta agrupación está formada por médicos y estudiantes. Su objetivo es conseguir que el aborto "no sea la única salida, y sea visto como lo que es, un problema, nunca una solución", afirma Enrique. Para ello realizan conferencias en la Facultad y organizan concentraciones y manifestaciones. En la última organizada, el 11 de diciembre de 2004, frente al Ministerio de Sanidad, asistieron dos mil personas.

La Asociación Víctimas del Aborto surgió en 2004 porque "conocíamos mujeres que habían abortado a las que les había faltado apoyo, información y alternativas", según afirma Victoria Uroz, licenciada en Medicina y secretaria de la asociación. En el año 2004 asistieron a cincuenta mujeres y sus parejas.

Esta asociación está formada por médicos, padres y madres que han sufrido un aborto, economistas, profesores universitarios, abogados, psiquiatras y psicólogos, que ofrecen gratuitamente su ayuda. Su portavoz, María Esperanza Puente Moreno, fue víctima de un aborto. Les apoyan las asociaciones Profesionales por la ética y Mujer Nueva, la plataforma ciudadana Hazteoir.org, y los partidos políticos Familia y Vida, Social Europeo y Demócrata Español.

Uno de sus fines es ayudar y compensar a las familias víctimas del aborto provocado. También piden que se ofrezcan otras alternativas antes que el aborto en los centros de planificación familiar, hospitales y clínicas. Su tercer objetivo es dar voz y medios a las personas que han abortado, "ya que a muchas las echan de casa o del trabajo si siguen con el embarazo", afirma Victoria Uroz.

Quieren hacer público los nombres de investigadores que utilizan fetos abortados para usos científicos, pues "viola la ética médica y científica", según los médicos que pertenecen a esta asociación. Actualmente, han editado el libro Yo aborté, con testimonios de mujeres que han pasado por esta decisión. Editorial "Voz de papel" transcrito por Sara Martín García.

Ayuda a las mujeres embarazadas
Adevida (Asociación en defensa de la vida humana), se formó en 1979. Se dedica a "apoyar a las mujeres embarazadas que se encuentran en situación de desamparo o de necesidad económica, psicológica o social", según Beatriz Rodríguez, psicóloga y directora de la asociación. Está formada por psicólogas, pedagogas, abogadas y trabajadoras sociales.

Cuando una futura madre llega a su sede en la calle Campomanes de Madrid, la trabajadora social realiza un informe sobre su situación. A partir de ahí la asociación le asigna una asistente que le ayudará durante la gestación y el primer año de vida del bebé, si decide seguir con el embarazo. Le ofrecen asesoramiento legal y cursos de formación, cuidados del bebé y planificación familiar. Si sus ingresos son bajos le regalan la canastilla y le pagan parte de la ropa y la alimentación del bebé durante el primer año. Después de este periodo, pueden seguir asistiendo a los cursos y talleres. Si no tiene lugar donde vivir y carece de trabajo, se le busca una residencia maternal y un empleo.

Beatriz Rodríguez lleva 18 años trabajando en las asociación porque vio la situación de riesgo que vivían muchas mujeres embarazadas "y porque tengo muy claro que la vida comienza en el momento de la concepción. Desde el momento en que el óvulo y el espermatozoide se unen, es una vida distinta de la madre". Afirma que se le encoge el corazón cuando una mujer a la que ha ayudado les escribe una carta dándoles las gracias. Para Beatriz, si todo su trabajo y todos sus desvelos sirven para salvar una vida humana, muchas veces dos (la de la madre y la de su hijo) entonces vale la pena. Uno de los momentos más bellos que recuerda de su trabajo fue cuando una madre dio a luz a su hija en la sede de la asociación.

Vidas entregadas a la defensa de la vida. Distintas asociaciones y un solo fin: ver nacer a niños que, sin su apoyo, no habrían nacido, ayudar a mujeres que no saben que hacer con una situación que les cambia la vida, un bebé entre sus brazos.

Como éstas, hay cientos de asociaciones por toda España luchando por la defensa de la vida y ayudando a estas madres marginadas de la sociedad y a sus hijos.


ABORTO

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