Seglares católicos españoles salvan la vida a miles de niños. Ofrecemos en esta página una entrevista con la Presidenta de ADEVIDA, doña María Teresa Segura, sobre esta labor que hace posible que muchos niños se salven del aborto
Sucesivos Gobiernos de España, de uno y de otro signo, han promovido o ignorado leyes que despenalizan y, como se comprende, animan al aborto. Un homicidio en el que se dan las condiciones tipificadoras del asesinato: premeditación, alevosía, ensañamiento y, en no pocos casos, precio. Estudio previo, incapacidad de defensa de la víctima, daño colateral innecesario y, en cuanto a precio, basta mirar a algunas clínicas que lo practican.
Recogida de firmas, manifestaciones públicas y objeciones médicas, expresiones del sentir social y la ética no han logrado frenar tan singular ejemplo de verdadera violencia doméstica, que tanto preocupa, sobre las más inocentes víctimas. La Asociación de Víctimas del Aborto ha hecho público, recientemente, un informe en el que denuncia la falta de apoyo y de información sobre alternativas, que han sufrido la inmensa mayoría de las mujeres ante un embarazo no deseado, lo que, para ellas, ha constituido una gran presión para acabar con la vida de sus hijos.
En defensa de tan inermes condenados, cuyas muertes alimentan negocios millonarios, surgieron ya hace años entidades y movimientos que, animados por convicciones morales o siquiera humanitarias, trataron de amparar a madres dispuestas a abortar, movidas en muchos casos por circunstancias familiares, económicas o sentimentales.
Parece oportuno insistir en este tema, citar y exaltar una de estas organizaciones por su contenido cristiano, su labor social, y la abnegación de quienes la integran. Se trata de ADEVIDA. Sus miembros, católicos firmes, ayudan por igual a creyentes, ateos, de cualquier raza, nacionalidad o tendencia. La Asociación en Defensa de la Vida nació en 1979. Las paredes de su sede en Madrid están literalmente tapizadas con fotos de bebés, y ahí es donde su Presidenta, doña María Teresa Segura de Tafur, nos recibe:
¿Podría calcular los niños nacidos, salvados por ustedes de un aborto seguro, en estos 26 años?
Al principio no llevábamos la cuenta. Desde luego, más de 21.000. Por ejemplo, el año 2003 nacieron, gracias a Dios, 1.530. En 2004 fueron 462 niñas y 495 niños. Total, 957. En 2004 se ha atendido a 2.983 gestantes. Los casos nuevos han sido 1.618 durante ese año. Los casos de seguimiento atendidos durante ese mismo año, el 2004, han sido 14.011.
¿Seguimiento?
Tres veces por semana, dos pediatras y una médico general hacen un reconocimiento a los niños, desde su nacimiento hasta los 12 meses. Han sido atendidos 6.998 niños durante el último año. Aparte de eso, contamos, para atender a las madres, con servicios de psicología, pedagogía, asesoría jurídica, y talleres de formación. Cuando una madre da a luz no se la puede dejar sola. Tratamos de ayudarla por todos los medios. Tenga en cuenta que el beneficiario no es sólo el niño, por salvar su vida, sino la mujer, porque se exalta y no se mancilla su dignidad.
¿Cuántas personas atienden este centro de ADEVIDA?
Trabajan voluntariamente 28 asesoras en turno de mañana y tarde, y 12 colaboradores. Pero no se puede usted figurar la cantidad de gastos que hay: alimento materno-infantil, medicinas, residencias, ropa infantil y, en ocasiones, hasta cochecitos, cunas, sillas… Además de asociados y donantes, nos ayudan Cruz Roja, la Soberana Orden de Malta, congregaciones religiosas, parroquias, asociaciones, la Corte de Honor de la Almudena, la Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid, la Dirección General de la Juventud de la Consejería de Educación… Y también, cómo no, el Ayuntamiento de Madrid. ¡Toda ayuda es poca!
Recuerdo una película hecha por un médico americano, en la que se confiesa autor arrepentido de algo así como siete mil abortos. Su difusión pública podría ser un disuasor social.
Sí. Se titula El grito silencioso, y es escalofriante. Su autor, el doctor Nathanson, la hizo pidiendo que nadie repita su pasado, que aborrece públicamente. Intentamos que la exhibiera TVE y se negaron. Como sólo dura 10 minutos, solicitamos que la difundieran, pagando nosotros su tiempo como publicidad, y se negaron también. Confieso que no nos ha sorprendido.
¿No temen que aumente el número de mujeres que acude a ustedes?
¡Dios lo quiera! ¡Que vengan todas las madres que tengan dudas o miedos ante su embarazo! Nunca nos faltarán medios. El Señor de la Vida y María, nuestra Madre, están con nosotros.
Juan Mayor de la Torre
Adopción espiritual
Sucesivos Gobiernos de España, de uno y de otro signo, han promovido o ignorado leyes que despenalizan y, como se comprende, animan al aborto. Un homicidio en el que se dan las condiciones tipificadoras del asesinato: premeditación, alevosía, ensañamiento y, en no pocos casos, precio. Estudio previo, incapacidad de defensa de la víctima, daño colateral innecesario y, en cuanto a precio, basta mirar a algunas clínicas que lo practican.
Recogida de firmas, manifestaciones públicas y objeciones médicas, expresiones del sentir social y la ética no han logrado frenar tan singular ejemplo de verdadera violencia doméstica, que tanto preocupa, sobre las más inocentes víctimas. La Asociación de Víctimas del Aborto ha hecho público, recientemente, un informe en el que denuncia la falta de apoyo y de información sobre alternativas, que han sufrido la inmensa mayoría de las mujeres ante un embarazo no deseado, lo que, para ellas, ha constituido una gran presión para acabar con la vida de sus hijos.
En defensa de tan inermes condenados, cuyas muertes alimentan negocios millonarios, surgieron ya hace años entidades y movimientos que, animados por convicciones morales o siquiera humanitarias, trataron de amparar a madres dispuestas a abortar, movidas en muchos casos por circunstancias familiares, económicas o sentimentales.
Parece oportuno insistir en este tema, citar y exaltar una de estas organizaciones por su contenido cristiano, su labor social, y la abnegación de quienes la integran. Se trata de ADEVIDA. Sus miembros, católicos firmes, ayudan por igual a creyentes, ateos, de cualquier raza, nacionalidad o tendencia. La Asociación en Defensa de la Vida nació en 1979. Las paredes de su sede en Madrid están literalmente tapizadas con fotos de bebés, y ahí es donde su Presidenta, doña María Teresa Segura de Tafur, nos recibe:
¿Podría calcular los niños nacidos, salvados por ustedes de un aborto seguro, en estos 26 años?
Al principio no llevábamos la cuenta. Desde luego, más de 21.000. Por ejemplo, el año 2003 nacieron, gracias a Dios, 1.530. En 2004 fueron 462 niñas y 495 niños. Total, 957. En 2004 se ha atendido a 2.983 gestantes. Los casos nuevos han sido 1.618 durante ese año. Los casos de seguimiento atendidos durante ese mismo año, el 2004, han sido 14.011.
¿Seguimiento?
Tres veces por semana, dos pediatras y una médico general hacen un reconocimiento a los niños, desde su nacimiento hasta los 12 meses. Han sido atendidos 6.998 niños durante el último año. Aparte de eso, contamos, para atender a las madres, con servicios de psicología, pedagogía, asesoría jurídica, y talleres de formación. Cuando una madre da a luz no se la puede dejar sola. Tratamos de ayudarla por todos los medios. Tenga en cuenta que el beneficiario no es sólo el niño, por salvar su vida, sino la mujer, porque se exalta y no se mancilla su dignidad.
¿Cuántas personas atienden este centro de ADEVIDA?
Trabajan voluntariamente 28 asesoras en turno de mañana y tarde, y 12 colaboradores. Pero no se puede usted figurar la cantidad de gastos que hay: alimento materno-infantil, medicinas, residencias, ropa infantil y, en ocasiones, hasta cochecitos, cunas, sillas… Además de asociados y donantes, nos ayudan Cruz Roja, la Soberana Orden de Malta, congregaciones religiosas, parroquias, asociaciones, la Corte de Honor de la Almudena, la Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid, la Dirección General de la Juventud de la Consejería de Educación… Y también, cómo no, el Ayuntamiento de Madrid. ¡Toda ayuda es poca!
Recuerdo una película hecha por un médico americano, en la que se confiesa autor arrepentido de algo así como siete mil abortos. Su difusión pública podría ser un disuasor social.
Sí. Se titula El grito silencioso, y es escalofriante. Su autor, el doctor Nathanson, la hizo pidiendo que nadie repita su pasado, que aborrece públicamente. Intentamos que la exhibiera TVE y se negaron. Como sólo dura 10 minutos, solicitamos que la difundieran, pagando nosotros su tiempo como publicidad, y se negaron también. Confieso que no nos ha sorprendido.
¿No temen que aumente el número de mujeres que acude a ustedes?
¡Dios lo quiera! ¡Que vengan todas las madres que tengan dudas o miedos ante su embarazo! Nunca nos faltarán medios. El Señor de la Vida y María, nuestra Madre, están con nosotros.
Juan Mayor de la Torre
Adopción espiritual
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