Solo hay tres formas identificadas de transmisión del VIH-SIDA:
por sangre contaminada,
relaciones sexuales
y por vía perinatal
está comprobado que el VIH-Sida se transmite directamente de persona a persona mediante el intercambio de fluidos del cuerpo, que son la sangre, el semen, los líquidos preeyaculatorios, los flujos vaginales, y la leche materna
.
Técnicamente se puede decir que esta enfermedad no se contagia, porque el virus no pasa de una persona infectada a una sana por medio del aire, el agua o los alimentos, tampoco por tener contacto con la piel o con los utensilios o ropa de las personas enfermas como sucede con otras enfermedades infecciosas.
Esto es importante porque el contagio de algunas enfermedades a veces no es fácil evitarlo, sin embargo la transmisión del VIH, es totalmente prevenible por lo que se puede evitar fácilmente.
Hasta ahora se han identificado solo tres vías de transmisión del VIH: la sanguínea o parenteral, la sexual y la perinatal o vertical.
1. La sexual se produce a través de secreciones genitales del hombre y la mujer, como son los líquidos preeyaculatorios, el semen, las secreciones vaginales y el sangrado menstrual, por lo que las personas infectadas, pueden trasmitir el virus fácilmente a sus parejas sexuales.
2. La sanguínea o parenteral, que es por la mezcla de sangre infectada con el virus y la sangre de una persona sana. Esto se da a través de agujas usadas, jeringas, objetos punzocortantes, como navajas de rasurar y por transfusiones de sangre o trasplante de algún órgano, que no hayan sido previamente controlados por los servicios de salud.
Es importante destacar que aunque la manipulación de sangre por parte de trabajadores de laboratorios médicos, paramédicos o personas que ayudan en una emergencia, debe ser muy cuidadosa, el virus no puede penetrar la piel por sí solo, se requiere de una lesión abierta en las manos de una persona sana o por un canal directo de entrada al cuerpo para que el virus penetre.
3. La otra forma de transmisión es la llamada vertical o perinatal, cuando una mamá infectada o seropositiva transmite el virus su hijo durante el embarazo, parto o amamantamiento. Se considera que alrededor de 33% de los niños de madres portadoras nacen infectados.
Actualmente existen métodos para que aplicados oportunamente en las madres embarazadas portadoras y en el niño, disminuyan considerablemente la probabilidad de transmisión.
Por eso es muy importante que cuando la madre considere que está en riesgo, se practique un análisis antes de embarazarse para poder prevenir daños al hijo o hija.
Como la transmisión a través de la lactancia materna también es posible, la mamá infectada no debe dar el pecho a su hijo, porque si bien está comprobado que en el adulto, la boca no es una vía de entrada del VIH, a menos que se tenga una eyaculación en ella, en el caso del bebé sí lo es.
Existen dos factores de riesgo importantes para la transmisión del virus al bebé durante la lactancia, uno que su sistema inmunológico no está suficientemente maduro y otro es que el bebé mama varias veces al día y las constantes exposiciones al virus aumentan el riesgo de infección por lo que la lactancia materna debe suplirse por leche suplementaria.
No son formas de infección:
• Dar la mano a un enfermo o infectado.
• Usar el mismo baño que previamente ha utilizado un enfermo.
• Picaduras de insectos o mordeduras de animales domésticos o salvajes.
• Jugar con otro niño enfermo.
• Compartir la misma aula de clase.
• Caricias o roces.
• Besos en la mejilla.
• Conversar muy cerca con una persona infectada.
• Alimentar a un enfermo.
• Usar piscinas publicas.
• Usar el mismo jabón.
• Bañar a los enfermos.
• Compartir el uso de platos.
• Toser o estornudar.
• Abrazar y dar cariño a un enfermo.
Adopcion Espiritual
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