jueves, junio 02, 2005

Decidí no abortar



En los últimos 20 años, Provida ha disuadido del aborto a 19.000 madres españolas. Muestra del negocio redondo en juego es el hecho de que cada aborto viene a salir por 3.200 euros. Ofrecemos el testimonio que dos jóvenes dieron recientemente en el programa de La Tarde con Cristina, en la cadena COPE. A pesar de pasar por situaciones económicas o personales difíciles, decidieron no abortar, afrontar esa nueva realidad, y sacar adelante esa vida. El sí a la vida siempre recompensa.
Marta se quedó embarazada con 16 años

Se lo comenté al padre, pero se desentendió. Al principio no tenía muy claro si tenerlo o qué hacer. Me veía con unos estudios sin terminar, en mi casa con mis hermanos, con sólo mi padre trabajando. Al final, decidí tenerlo, tanto si el padre estaba o no, y que lo iba a sacar adelante como pudiera. Era algo mío que estaba dentro, y no quería deshacerme de ello, sino seguir adelante. Muchos me decían que era una locura, que era muy joven, que no lo tuviese; pero ahora, al ver que es mayor la ganancia, dicen que he sido muy valiente. Tuve el apoyo de mi familia y de Provida, que me aporta mucha ayuda. Di con ellos gracias a una orientadora del colegio. Vamos todas las semanas y cuando tienen algo, pues nos dan lo que pueden ofrecernos -comida, ropa, etc...-, pero, sobre todo, mucha compañía, que eso es lo importante.

Vivo en casa de mis padres con mi hijo, que tiene ahora dos años y medio, y estoy orgullosísima. Además no he abandonado la trayectoria de mi vida. No se paró nada. Tenía en mente dejar de estudiar y dedicarme a mi hijo, pero gracias a mi familia, a las ayudas y a Provida, pues seguí estudiando. Ahora con 20 años he terminado mis estudios. Soy auxiliar de enfermería, busco trabajo y estoy muy contenta.

Cuando me enteré que estaba embarazada, fui al médico de cabecera para empezar las pruebas y revisiones. Cuando le dije que estaba embarazada, empezó a sacar papeles y me dijo que firmara uno. Luego me enteré que ese papel era para ir a abortar, porque me dijo que podíamos tener un problema en el hospital, ya que había gente que estaba a favor del aborto y gente que estaba en contra. Antes de firmar, le pregunté que para qué era el papel, y me dijo que para abortar, porque como era muy pequeña, pues tenía riesgo vital para mí y me podía pasar cualquier cosa. Me mandaba directamente a que abortase. Entonces le pregunté que a él quién le había dicho que yo quería abortar, que lo que quería era seguir adelante.

Marisol, ecuatoriana de 20 años, está embarazada de 6 meses

Al estar en España sola, estaba muy desesperada sin saber qué hacer o dónde acudir. Primero pensé en abortar, pero todas las noches soñaba con cómo iba a ser mi hijo. Decidí entonces, yo sola, que lo iba a tener como fuera. El padre se separo de mí. Ahora dependo de mis propias fuerzas y de Adevida. Una cocinera donde trabajaba me comentó que acudiese a ellos, porque realmente te ayudan, y no sólo dándote cosas -por ejemplo, la canastilla durante todo un año-, sino que lo más interesante es que te ayudan en lo moral y espiritual, porque te sientes tan mal y tan sola... Ahora estoy muy contenta. Aún hoy me siguen llamando de la clínica a la que llamé, cuando consideré la opción de abortar. Veo el número y les corto, porque no entienden que estoy arrepentida y que voy a seguir adelante con mi embarazo.

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