SUECIA/Dejó atrás el estatismo monopolista de los servicios y optó por una sociedad del bienestar abierta y pluralista
Los estudiantes pudientes tendrían que pagarse los estudios universitarios
-Al ser la educación el activo productivo más importante en la sociedad del conocimiento, ¿cómo se podría lograr una mayor calidad de la enseñanza de modo que nivele los resultados hacia arriba?
-Para alcanzar esa meta tiene que existir competencia en la educación, donde ofrecer un producto sin calidad represente una amenaza de pérdida de clientes para cada productor de servicios de enseñanza. En ese sentido, el sistema de vouchers o cheques de educación, implantado en Suecia en 1992 y que hoy rige para toda la educación primaria y secundaria de ese país, es un ejemplo emblemático ya que ha generado un cambio realmente revolucionario a nivel de la demanda y oferta educativa.
-¿Se logra así una redistribución de recursos básicos para la educación?
-Sí. Ese sistema le da a padres e hijos el derecho de elegir la escuela con mucha libertad. Para que puedan ejercerlo en la práctica se les otorga un bono para que paguen la educación que consideren de mejor calidad dentro del sector público o entre escuelas privadas. Esta libertad de elección ha dado origen a una ola impresionante de creación de escuelas independientes, que son gestionadas por el sector privado con o sin fines de lucro y que gozan de una libertad pedagógica bastante amplia. Estas instituciones no pueden realizar prácticas discriminatorias en la elección de sus alumnos ni pueden cobrar suplementos al cheque escolar que reciben de las municipalidades, lo cual crea una enorme presión competitiva y una posibilidad social igualitaria muy buena.
-¿No ha operado este sistema en detrimento de la escuela pública?
-No. Esta desmonopolización del sistema educativo ha influenciado positivamente a la escuela pública. Por eso las autoridades de cada escuela, pública o privada, tratan de aplicar nuevos métodos de enseñanza basados en las orientaciones internacionales más avanzadas al igual que cualquier empresario decente trata de atraer clientes. Este cambio es fundamental porque cuando el Estado benefactor pierde el poder sobre los ciudadanos que se convierten en consumidores, se crea un respeto mutuo que es fundamental en la sociedad.
-¿Cree que esa experiencia educativa sea trasladable a la realidad de América Latina?
-Este esquema de vouchers es posible en una sociedad con un alto nivel de ingreso per capita como es Suecia. Es factible que los gobiernos en las sociedades pobres se vean obligados a otorgar un cheque escolar de menor valor. Si no se permitiese cobrar un suplemento, se crearía un problema porque indirectamente la falta de recursos tendería a nivelar hacia abajo a la oferta educativa.
-¿Es aplicable el sistema de vouchers a la educación terciaria?
-No es posible darle educación universitaria gratis a las clases media y alta mientras se tienen escuelas primarias pobres. Eso es un escándalo. Por ejemplo, en Suecia los estudios universitarios no sólo son gratuitos, sino que también se le otorga a los estudiantes un préstamo estatal para que puedan financiar sus gastos durante la carrera. Esa política no representa un concepto igualitario sino una forma de incorporar a las clases medias al Estado benefactor, lo que fue muy importante para la Socialdemocracia de los años cincuenta cuando veía que la clase obrera se reducía rápidamente y las clases medias aumentaban. Hay que obligar a las clases pudientes a pagar los estudios universitarios a efectos de que el Estado disponga de más recursos para financiar las escuelas públicas. Eso es lo que un Estado inteligente y solidario tiene que hacer. Cuando los jóvenes puedan instruirse en escuelas primarias y secundarias decentes, luego van a poder participar creativamente en la economía de mercado. La retórica igualitaria y solidaria del Estado benefactor ha sido la retórica de las clases medias para sacar grandes tajadas de los fondos públicos.
FICHA TECNICA: El economista Mauricio Rojas, chileno, 54 años, reside en Suecia desde 1974. Es miembro del Parlamento sueco por el Partido Liberal, profesor titular de Historia Económica de la Universidad de Lund, vicepresidente de Timbro, un think-tank del empresariado de aquel país, y director del Centro de la Reforma del Estado del Bienestar. Recientemente visitó Uruguay para presentar su nuevo libro titulado "Mitos del Milenio: El fin del trabajo y los nuevos profetas del Apocalipsis".
Fuente: Diario El Pais (Montevideo) 28/6/2004 Uruguay
JUNIO 24 DE 2004
Adopcion Espiritual
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