SEÚL, viernes, 7 julio 2006 (ZENIT.org).- El cardenal Nicholas Cheong Jin-Suk, arzobispo de la capital surcoreana, Seúl, y todos sus sacerdotes han prometido donar, a su muerte, sus órganos, y han invitado a la población coreana a hacer lo mismo.
Se hace eco este viernes de la iniciativa la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews», según la cual esta invitación se produjo durante la celebración de la Jornada Mundial de Oración por la santificación de los sacerdotes –el 23 de junio--.
La iniciativa forma parte de uno de los proyectos pro-vida que la archidiócesis coreana desea respaldar con ocasión del Congreso Eucarístico diocesano, abierto el pasado 18 de junio –durará tres meses-- con el tema «Cristo nuestra vida – Elige la vida».
Tal encuentro contempla problemas que afectan a la sociedad coreana, como la caída de los nacimientos, el aborto, la eutanasia, la violencia, la destrucción de la familia y la manipulación de la vida con técnicas de bio-ingeniería genética, amplía el dicasterio misionero.
Como explicó el purpurado, «la donación de órganos es una forma suprema de amor y felicidad, pues participando en este gesto, se participa en la vida, el don más precioso que hemos recibido de Dios», cita «AsiaNews».
Con esta forma de compartir, «tanto donantes como receptores de órganos pueden ser felices», reconoció.
E hizo hincapié en la difícil situación en la que se encuentran cuantos esperan un trasplante. Recuerda la agencia del PIME que en Oriente la donación de órganos es una práctica poco difundida.
«Hay miles de pacientes que esperan que se les done un órgano, pero el número de donantes es insuficiente», advirtió el purpurado coreano; sin embargo, «la donación de órganos después de la muerte es un buen método para poner en práctica el amor sin gran esfuerzo».
«Exhorto a todos, de manera especial a los católicos, a poner por obra esta forma de amor, experimentando la felicidad que se deriva» de ello, concluyó.
Acogiendo esta invitación, el presidente del Consejo del Apostolado Laico de Corea, Thomas Han Hong-sun, apuntó: «El Consejo hará pronto una propuesta concreta para que también los laicos católicos puedan tomar parte activa en la campaña de donaciones, siguiendo el buen ejemplo de los sacerdotes».
Recuerda la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, a través de su órgano informativo «Fides», que la Iglesia en Corea, en los últimos años, ha multiplicado sus esfuerzos en defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, con grandes campañas de sensibilización, encuentros de estudio y manifestaciones.
ZS06070704
Adopcion Espiritual
Se hace eco este viernes de la iniciativa la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews», según la cual esta invitación se produjo durante la celebración de la Jornada Mundial de Oración por la santificación de los sacerdotes –el 23 de junio--.
La iniciativa forma parte de uno de los proyectos pro-vida que la archidiócesis coreana desea respaldar con ocasión del Congreso Eucarístico diocesano, abierto el pasado 18 de junio –durará tres meses-- con el tema «Cristo nuestra vida – Elige la vida».
Tal encuentro contempla problemas que afectan a la sociedad coreana, como la caída de los nacimientos, el aborto, la eutanasia, la violencia, la destrucción de la familia y la manipulación de la vida con técnicas de bio-ingeniería genética, amplía el dicasterio misionero.
Como explicó el purpurado, «la donación de órganos es una forma suprema de amor y felicidad, pues participando en este gesto, se participa en la vida, el don más precioso que hemos recibido de Dios», cita «AsiaNews».
Con esta forma de compartir, «tanto donantes como receptores de órganos pueden ser felices», reconoció.
E hizo hincapié en la difícil situación en la que se encuentran cuantos esperan un trasplante. Recuerda la agencia del PIME que en Oriente la donación de órganos es una práctica poco difundida.
«Hay miles de pacientes que esperan que se les done un órgano, pero el número de donantes es insuficiente», advirtió el purpurado coreano; sin embargo, «la donación de órganos después de la muerte es un buen método para poner en práctica el amor sin gran esfuerzo».
«Exhorto a todos, de manera especial a los católicos, a poner por obra esta forma de amor, experimentando la felicidad que se deriva» de ello, concluyó.
Acogiendo esta invitación, el presidente del Consejo del Apostolado Laico de Corea, Thomas Han Hong-sun, apuntó: «El Consejo hará pronto una propuesta concreta para que también los laicos católicos puedan tomar parte activa en la campaña de donaciones, siguiendo el buen ejemplo de los sacerdotes».
Recuerda la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, a través de su órgano informativo «Fides», que la Iglesia en Corea, en los últimos años, ha multiplicado sus esfuerzos en defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, con grandes campañas de sensibilización, encuentros de estudio y manifestaciones.
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