La Fundación Madrina nació en 2000 para ayudar a las jóvenes que quieren llegar a ser madres.
El perfil de embarazas que acuden es de 18 a 25 años. FUNDACIÓN MADRINA. |
Javier Táuler.
Su objetivo consiste en crear una nueva “cultura de la maternidad”. Para llegar a esa meta, Fundación Madrina (www.madrina.org), realiza actividades asistenciales y de dignificación de la mujer, así como de acogida a las jóvenes en su maternidad. Todas las iniciativas están encaminadas a la potenciación de la dignidad humana propia de la mujer y en particular de las madres. El pilar sobre el que se asientan es la ayuda integral a las mujeres necesitadas.
'Programa Madre'
El nombre de 'Programa Madre' compendia el conjunto de acciones que emprende la Fundación Madrina. Bajo él se enmarcan los proyectos Carla, Lucía y Sandra. En los tres se realiza un trabajo personalizado en el que se establece un cauce comunicativo entre la fundación y las embarazadas, con el que se pretende dar una respuesta eficaz y eficiente a cada una de las madres que acuden a Madrina.
Conrado Giménez explica en detalle a LA GACETA las claves de los tres proyectos sobre los que se asienta el programa Madre. Indica que "Clara pivota en torno a la prevención y la orientación". Una vez conocida la situación específica de la embarazada, la Fundación orienta a la mujer sobre los recursos de que dispone la propia organización. Es un método de consulta de las embarazadas a través de un call center que funciona 24 horas al día y de consultas a través del correo electrónico. El proyecto Lucía "se cimienta sobre el acogimiento y el apoyo asistencial. A través de nuestros hogares madrina y del piso de acogida con el que contamos, se facilita que las mujeres puedan tener el niño y llevar a buen puerto su embarazo", dice Giménez. A este último alojamiento acuden mujeres que son atendidas por una trabajadora social y una psicóloga hasta que la embarazada cuente con un trabajo y servicios de guardería tras el parto.
Los hogares madrina son aquellos en los que un matrimonio acoge a la embarazada o a ésta y a su bebé y donde reciben el cariño y amor que les han sido negados desde que decidieron tener al niño y fueron abandonadas por su pareja. "A este servicio lo denominamos también abuelos por segunda vez", informa el portavoz. Por último está el proyecto Sandra, que va encaminado a la formación y empleo de las embarazadas. "A través de distintos acuerdos hemos conseguido que estas embarazadas lleguen a tener un puesto de trabajo. Un caso significativo ha sido el de Nails Bar. La cadena de salud y belleza les ha dado cursos y después del parto ha incorporado en plantilla a varias de las embarazadas”, comenta.
En cuanto al perfil de las mujeres que acuden a la Fundación Madrina, Giménez explica que “son chicas de 18 a 25 años. En su mayoría, alrededor del 60%, son inmigrantes. El resto son españolas. Las primeras, que no tienen ni recursos económicos y que han sido abandonadas por su pareja, suelen acudir cuando llevan ya dos o tres meses de embarazo. Las españolas, entre las que hay un buen número de estudiantes, provienen habitualmente de familias desestructuradas o del abandono de su pareja”.
La maternidad: un bien para la sociedad
Entre los objetivos de la fundación se encuentra el establecimiento de una nueva ‘cultura de la maternidad’. “Hoy en día”, señala Conrado Giménez a LA GACETA, “la maternidad es un factor de desigualdad social y de persecución en el mundo moderno. El embarazo se percibe como un problema o una mala noticia. Junto a esto, una mala política de apoyo a la maternidad está creando bolsas de pobreza. Hace falta crear una cultura en la que se perciba el papel de las embarazas en la empresa como un factor positivo. Generan creatividad y talento. Por eso hay que potenciar la maternidad y concienciar a la sociedad de que es un bien para el país”.
Adopcion Espiritual
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