Por Juan C. Sanahuja.
El 23 de septiembre pasado comenzó otra edición de la Campaña de los 40 días por la Vida (NG 939, 959), que se extenderá hasta el 1 de noviembre. Esta vez, la Campaña abarcará 212 ciudades de 45 estados norteamericanos, cinco provincias de Canadá, y Dinamarca.
La Campaña, que ha movilizado en tres años a 215.000 personas, consiste en ininterrumpidas vigilias de oración frente a establecimientos en los que se hacen abortos, y en la distribución de material impreso que muestra gráficamente lo que significa el crimen del aborto.
En los primeros días de la edición de este otoño de la campaña, 38 niños no nacidos fueron salvados de la muerte (Life News, 28-09-09; Life Site, 28-09-09), éstos se suman a los 1.561 abortos que fueron evitados en los anteriores capítulos del evento.
Mons. Samuel J. Aquila, obispo de Fargo -uno de los 20 que han apoyado explícitamente la convocatoria- el 25 de septiembre llevó al Santísimo Sacramento en procesión hasta la clínica abortista Red River Women, concretando así su deseo de “llevar a Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento al lugar donde mueren sus hijos”, y anunció que hará lo mismo el Domingo del Respeto a la Vida. En Red River Women son asesinados por sus madres, 25 niños por semana.
Además, Mons. Aquila, que permaneció una hora en oración frente al abortorio, escribió a los sacerdotes de su diócesis: "Os pido que reservéis al menos una hora en vuestra agenda para acercaros a orar delante del centro abortista en los próximos 40 días. Sé que esto requerirá un gran esfuerzo para alguno de vosotros debido a que tendréis que recorrer muchos kilómetros y a que deberéis sacar tiempo del resto de vuestras actividades pastorales. Sin embargo, estoy seguro de que el tiempo que dediquéis a hablar con Dios en ese lugar para que nos proteja de este Holocausto, producirá un gran fruto. Os pido que exhortéis a vuestros fieles a que lleven la Cruz de Cristo por los más vulnerables entre nosotros".
El obispo de Fargo añadió que "dentro del Año Sacerdotal, estamos llamados al sacrificio en medio del frío, la lluvia y la nieve, delante de los ojos de quienes nos odian por no entender lo que hacemos. Tenemos esperanza de que algunos corazones sean transformados de forma que algunos niños puedan nacer y escapar de la muerte".
Mons. Edward Slattery, obispo de Tulsa, intervino ya en varias vigilias de oración. Además, entre otros actos presididos por obispos, en Canadá, Mons. Terrence Prendergast, arzobispo de Ottawa, el 13 de octubre, encabezará una procesión que terminará con una misa en la Basílica de San Patricio, pidiendo el fin de la plaga del aborto. FIN, 01-10-09
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