Nick Silverio
La larga noche en la estación de bomberos había transcurrido sin ningún sobresalto y la guardia nocturna estaba por concluir. La luz de la aurora comenzaba a suavizar la oscuridad del cielo. El bombero David C. estaba ocupado con el inventario de los suministros cuando oyó el débil ruido de unos pasos que se acercaban. Se volvió y vio delante de él a una joven en pie, sola, exhausta y atemorizada. Su cabello era largo y estaba despeinado. Su rostro estaba lleno de lágrimas. Tenía en los brazos una especie de bulto, envuelto en lo que parecía ser una toalla.
“Señor,” preguntó la muchacha con voz temblorosa, “¿es este un lugar seguro?” “Sí,” respondió él.
El bombero extendió sus brazos hacia ella. La joven levantó el bultito que llevaba y lo colocó en los fornidos brazos de David. “Gracias”, susurró ella. “Por favor, cuídela mucho”, añadió. Luego, giró sobre sus talones y se fue.
“Un Lugar Seguro”. Ello es lo que se les ofrece a las jovencitas a lo largo y ancho del Estado de la Florida, EEUU. De lo contrario, muchas de ellas abandonarían a sus recién nacidos. Se trata de un acto inimaginable para la mayoría de las personas, pero que en estos casos es fruto de la desperación y el pánico de algunas madres jóvenes, que quizás creen que han sido abandonadas y que no cuentan con ningún apoyo ni con ningún recurso.
Ya se han salvado a más de 30 recién nacidos por medio del programa “Un Lugar Seguro”. Este programa tiene 4 años de existencia y ha sido posible gracias a esfuerzos extraordinarios y eficaces. Se trata de recién nacidos cuyas mamás los hubieran abandonado en basureros o cerca de las entradas de las iglesias, y que probablemente hubieran muerto de hipotermia.
Soy el fundador y director ejecutivo de la Fundación Gloria M. Silverio – Un Lugar Seguro para los Recién Nacidos. Fundé esta organización en memoria de mi querida esposa Gloria, quien en 1999 murió en un accidente automovilístico causado por una persona que conducía con exceso de velocidad. Estuvimos casados 31 años y, aunque nunca pudimos tener hijos, siempre nos encantaron los niños y fuimos padrinos de 14 pequeñuelos.
Mi esposa era una bella persona que se dedicó a ayudar a los niños y a los ancianos. Esta fundación es una forma de mantener vivo el espíritu que la animaba. Cuando murió sentí que había perdido mi vida. Entonces me pregunté porqué estamos en este mundo. Supe que era para servir a los demás.
No tenía ninguna experiencia con la realización de servicios sociales ni tampoco ayudando a mamás y recién nacidos. Sí había tenido éxito en los negocios y con la compañía de servicios de computación e internet de la cual soy dueño. La idea se me ocurrió una noche durante la cual no podía dormir e intenté leer un poco para relajarme. Vi un pequeño artículo en la revista Readers Digest acerca de un recién nacido que había sido abandonado y comencé una búsqueda en la internet que eventualmente me llevó a la creación de Un Lugar Seguro.
Desde sus humildes orígenes, la Fundación ha florecido y hoy en día está presente en 41 de los 67 condados [especie de distritos] que componen el Estado de la Florida. Un Lugar Seguro ha informado a bomberos, socorristas, trabajadores sociales, profesionales de la salud, educadores, políticos y al público en general acerca del abandono de recién nacidos y acerca de cómo rescatarlos. Reuní a una directiva de asesores compuesta por gente influyente. Estas personas han logrado lo que muchos creían que era imposible: un programa eficaz que les permite a las mamás identificar con facilidad las estaciones de bomberos de la comunidad, donde pueden dejar a sus recién nacidos con seguridad, sin temor a ser castigadas por ello y sabiendo que estos niños van a ser entregados a una familia que los ame y los cuide. El Gobernador de la Florida, Jeb Bush, es un firme defensor de este proyecto.
No comprendemos cómo es posible que alguien pueda abandonar a un recién nacido. Sin embargo, yo no juzgo a las mamás que lo hacen. Estas jovencitas se encuentran en un estado de desesperación inimaginable para la mayoría de las personas. Se encuentran en lo más profundo de un hoyo. Nuestra línea de ayuda nos ha hecho capaces de comprender esa situación y de conocer lo que ellas están experimentando. Nos preocupamos por ellas también y por ello queremos protegerlas de la culpa que por toda la vida sufrirían, si dejaran que sus recién nacidos llegaran a morir. Les damos a estas mamás y a sus hijos un futuro más promisorio. Consideramos que este es un problema humano y no político, de esta manera logramos que la gente se una.
Sé lo que es estar en un hoyo profundo, oscuro y lleno de soledad, porque experimenté un dolor muy agudo después de la muerte de mi esposa. Un día, bastante después de haber comenzado el programa, recibí una llamada por medio de la cual se me informó que la primera recién nacida que había sido salvada había recibido el nombre de Carol Gloria. Luego me enteré de que otra niña, que había sido entregada en una estación de bomberos de este programa y a quien los bomberos habían llamado Hope [“Esperanza”], había sido adoptada por una familia que le había puesto el nombre de Gloria Hope.
Estas coincidencias me aseguraron y me convencieron de que esta labor había sido bendecida. Sentí como que había sido un mensaje de Gloria, diciéndonos que estaba complacida con lo que estábamos haciendo en su nombre. Me alivió mi dolor y mi sentimiento de pérdida. Ahora estoy ayudando a otras personas para que encuentren alivio debido al dolor que sufren por otro tipo de pérdida.
Recientemente, un Lugar Seguro recibió una llamada acerca de una niña que había nacido sin brazos, con una sola pierna y con sólo parte de su barbilla. Las personas de este Lugar Seguro utilizaron la red que hemos creado y llamaron a Magaly Llaguno, la directora ejecutiva de Vida Humana Internacional. Magaly me remitió a la American Life League (“Liga Provida de EEUU”). Empezaron a entrar llamadas. Al poco tiempo, recibimos más de 250 llamadas y más de 100 mensajes electrónicos de familias dispuestas a adoptar a esta niña. La recién nacida está ahora en proceso de ser adoptada por una maravillosa familia del Estado de Alabama. Dios puso a esta niña en la tierra para un propósito. La compasión de tantas personas es mayor de lo que puedo expresar.
Y la misión de Un Lugar Seguro continúa.
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