Hablar de Provida en España es hablar de Jesús Poveda. No cabe la conversación en torno al movimiento sin que su nombre aparezca en algún momento. Para bien o para mal, genera amor y odio según en que orilla del río de la vida te encuentres.
Jesús García.- Ayer domingo se celebró en todo el mundo –sólo de forma oficial en algunos países- el Día del Niño por Nacer (25-M). Con motivo de este día, el semanario Alba ha realizado un especial en el que entrevista a Jesús Poveda, el médico madrileño que inicio el movimiento provida en España antes de la despenalización del aborto.“Nací en el 57, una cosecha muy buena, que cumplimos ahora 50 años y esperamos cumplir otros cincuenta, porque se lleva mucho eso de vivir hasta los 100”. Son las primeras palabras del Dr. Jesús Poveda de Agustín, Madrid, donde en la actualidad da clases en la Universidad autónoma dirige una consulta de psicopatología del adolescente. Nadie como él sabe del movimiento provida, en el que se ha dejado media vida y ha dado la otra media.
- Pero, ¿cuando y como comenzó decidió él embarcarse en tal aventura?
-Cuando yo estaba estudiando Medicina fue cuando me empecé a plantear el tema del movimiento próvida, que fue antes de la despenalización. En torno al 82 o el 83 fue cuando se empezó a organizar la cosa. Recuerdo que parecía entonces algo como muy lejano, como que el aborto no terminaría de llegar a España, pero pronto nos dimos cuenta de que no, de que a lo mejor era uno de los precios que tenía que pagara España para entrar en la Comunidad Europea. Ha sido uno de los más penosos precios que ha pagado España en su Historia.
Empezamos entonces con las tres actividades típicas del movimiento próvida, que son las movilizaciones, el ámbito asistencial y el ámbito de la formación y la información. Para mi, y los años me lo han demostrado, dejan de abortar los que dejan de ignorar. De hecho, el ecógrafo de cuatro dimensiones, que lleva en el mercado poco tiempo, es el aparato que más vidas está señalando, porque con él se ve muy bien lo ocurre y lo que hay en el vientre de la mujer, y ver es informar. Cuando nos enfrentamos aun caso en el que una embarazada se plantea abortar, casi siempre el éxito de salvar esa vida pasa porque la madre vaya al ginecólogo y vea la ecografía de su hijo, y luego que desde las asociaciones próvida seamos capaces de solucionar esas cuestiones que llevan a la mujer a recurrir al aborto.
-¿Pero qué marca el comienzo de este jaleo en el que se metio hace ya mas de veinte años?
-Fue un poco fortuito. Yo estaba acabando Medicina y el Jefe del Servicio de Ginecología me dejó que hiciese un legrado a una mujer que había tenido un aborto espontáneo. Me resultó muy chocante el que por un lado la naturaleza tuviese sus reglas, como el de ese aborto espontáneo de aquella mujer que estaba encantada con su embarazo, que hubiera perdido a un hijo y que hubiera que hacerle un legrado para evitarle una infección, sacando de allí a ese niño que había fallecido por razones naturales, y que por otro lado, en el Congreso de los Diputados, se empezase a hablar de no dar voz a esos niños que ya venían. Realizar ese legrado fue un punto de inflexión. Ver en la bandeja los restos de un embrión que por las leyes de la naturaleza no iba a vivir más y que mientras tanto se debatiera el que otros niños que sí que venían por las leyes naturales pues pudiesen no venir por leyes humanas, me desconcertó.
Cuando vi aquello quise gritar algo así como que alguien haga algo, pero miré a mi alrededor y nadie o muy pocos hacían nada. Eso Me llevó a plantearme que en la medida de mis posibilidades yo iba a dar voz a esos niños que todavía no han nacido. De aquel aborto natural nacieron asociaciones de Jóvenes Próvida, Federaciones próvida, Fundaciones de ámbito internacional, y desde entonces estoy en esta batalla ya que una cosa que suelo decir es que el tema de próvida es de por vida, con muchos momentos dulces y algunos amargos.
-Háblenos de los dulces.
-Suelen ser esos en los que estás en el momento adecuado en el lugar adecuado y un niño que iba a morir en una clínica pues nace y vive con su madre, simplemente porque un día decidiste pasar por allí. Una cosa que me encanta y que me ha ocurrido en mas de una ocasión, es salir a correr por un parque o a dar un paseo y encontrarme con una chica que en su día atendimos porque pensaba abortar y verla con su hijo de la mano. Esas situaciones son curiosas porque luego ellas te intentan convencer de que no se plantearon abortar. Eso sucede porque hay un fenómeno de la naturaleza que te hace olvidar que tu quisiste abortar. Eso es una gozada. Recuerdo ahora una frase del Talmud, que conocía antes de ver La Lista de Schindler, que dice que “quien salva a un hombre salva a la humanidad”, y pienso que aunque las cifras en torno al aborto siguen siendo terribles, cada caso de estos en los que se ha podido ayudar a una mujer en un momento dado, justifica muchos esfuerzos.
Luego hay otra cosa y es que muchas veces no sabes a la cantidad de gente que estás llegando. Por ejemplo, me ha pasado de atender a una mujer que finalmente llegó a abortar, pero años después te enteras de que se volvió a quedar embarazada y esa segunda vez ya no abortó, o casos en los que has echado el resto y pierdes la pista de la mujer, crees que ha abortado, y meses o años después la ves con su hijo. Así que, como de esos de los que te enteras años después, habrá más de los que no te enteras nunca y nunca te enterarás, pero yo creo que eso forma parte de la vida misma y de este juego y pasa de un momento dulce a uno amargo en un segundo.
-El mundo próvida es un mundo de fuertes contrastes.
-La semana pasada tuve dos casos. Una de ellas finalmente se sometió al aborto el viernes, y la otra me invitó a merendar el sábado para enseñarme las fotos de la ecografía de la niña que está esperando. Esos son los contrastes que te ofrecen esta batalla, porque, al contrario que mucha gente que piensa que vivimos en un país avanzado, en paz, progresista y que respeta los derechos humanos, yo tengo la percepción de que estamos en guerra. Hay muchos muertos, mucha gente que por ignorancia o por pasividad ejecutan abortos, se someten a abortos o aconsejan y apoyan abortos.
-Pues en toda guerra hay malos, ¿en esta también los hay?
-Muy pocos, pero los hay. Recuerdo a uno de los que trabajan en un abortorio de estos que me dijo en cierta ocasión: “Poveda, a veces me llama la atención lo que soy capaz de hacer por dinero”. No se para otros, para mi ese es un hombre malo. Pero son muy pocos y lo que me da miedo no son tanto los malos como el resto de la gente que en realidad sufre de cierto aburguesamiento, y en palabras de Julian Marías, “aburguesamiento social”, esa actitud de “bueno, qué le vamos a hacer, no está en nuestra mano, es un tema más, un precio que tenemos que pagar por progresar”. Yo creo que no, que no es necesario pagar este precio, y que hay que dejar de pagarlo cuanto antes mejor.
-De todas las movilizaciones que ha organizado, ¿recuerda cual fue la primera?
-Sí, fue un encierro por la vida. Fue una cosa graciosa porque fue un encierro a la japonesa, porque lejos de no ir a la Facultad, lo que hicimos fue encerrarnos toda una noche para estudiar más. Vimos videos, leímos documentos, nos formamos. Recuerdo como cuando le comenté al decano que nos íbamos a encerrar en la biblioteca toda una noche para estudiar sobre la vida, él me dijo: “como decano no te puedo autorizar, pero como ginecólogo me parece muy bien todo lo que hagáis en defensa de la vida”. Fue una primera movilización que llamó mucho la atención, que ocurrió en un tiempo de relativa calma en el ambiente universitario. Recuerdo como yo mismo me encargué de candar la puerta de la biblioteca. Eso llamó mucho la atención, porque fuimos la raíz del problema y quisimos señalar que se nos venía a España un riesgo que ya era una realidad en Europa, que era la ley del aborto, y conseguimos no solo una llamada de atención en el ámbito universitario, sino también en el ámbito mediático y en el político.
-En aquellos años 80 la oposición al aborto en la calle era mucho mas visible que ahora, ¿no?
-Si, hubo un momento en el que había una oposición social muy fuerte. Yo creo que también había un frescor democrático, llevábamos muy pocos años de democracia y muchos nos la creíamos. Pensábamos que si tu salías a la calle con cientos de miles de personas, o con un grupo de cien ginecólogos o juristas de máximo prestigio, había una sensación de que eso iba a ser útil porque en democracia se te iba a escuchar. Sin embargo fueron años de auténtico rodillo socialista. Por ejemplo, en Portugal se acaba de aprobar la ley del aborto, pero por lo menos se han hecho dos referéndum, pero en España fue una imposición estrictamente política. Nosotros, como sociedad civil, creíamos en éstas movilizaciones, y mucha gente se nos unía y tenían mucha repercusión. Con el paso del tiempo ese movimiento ha tendido sobre todo a hacer asistencia, porque hay que darse cuenta de que mientras los políticos no nos escuchaban en la calle, muchas mujeres sufrían abortos, y nadie se ocupaba de ellas. Nos encontrábamos en un dilema que era que cuando las asociaciones próvida teníamos dinero, no sabíamos si invertirlo en difusión, carteles, movilizaciones, etc, o en mujeres que tenían problemas derivados del embarazo. Entonces la tendencia ha sido más a centrar esfuerzos en ayudar directa, mas que en agitación, concienciación y crítica al sistema. Yo creo que ahora se ha conseguido un equilibrio, las Asociaciones Provida tenemos mas autonomía económica y funcional, y podemos estar por un lado haciendo el trabajo asistencial de miles de casos al año y por otro desarrollando esa función de denuncia.
-Ahora están surgiendo más denuncias que nunca sobre estos negocios abortistas
-Lo que está pasando ahora con los abortorios me recuerda bastante a los que pasó con la mafia americana de los años 30, eso de que de pronto a Al Capone le detienen porque no pagaba a hacienda. Pues sería llamativo que cerrasen una clínica abortista porque se han tirado a la basura unas fichas y unas facturas con datos personales de sus clientes, y en cambio no se le ha dado importancia a los embriones y fetos que se han encontrado en la basura junto con esa documentación. Pero a veces son así de curiosas las cosas.
-Luego llegaron los 90 y el movimiento se desinfla un poco.
-En los años 90 se pensó que con el Partido Popular en el Gobierno, iba a haber un cambio importante con el tema del aborto, pero no fue así. Al mismo tiempo se dio una paradoja dentro del movimiento provida, y es que, antes de que se legalice el aborto, eres el máximo opositor a dicha ley, pero un vez que llega, lo que quieres es que por lo menos, esa ley se cumpla. Y eso pensamos que iba a suceder con el PP en el Gobierno, ya que si la ley española se cumpliese, no habría mas de 300 abortos al año y los 100.000 en los que estamos. Pero el PP nunca hizo una apuesta firme, ni no firme, la verdad. Pensábamos que desde el Tribunal Constitucional, desde el Poder Judicial, y desde los Ministerios pertinentes se iba a hacer una investigación rigurosa sobre qué estaba pasando en las clínicas abortistas. Tuvieron una visión tímida y tibia; yo creo que el problema del aborto en España se puede reorientar, como se ha hecho por ejemplo en Polonia, sin cambiar la ley pero cambiando la aplicación de la ley, pero no se hizo. Lástima, pero fue así.
-¿Por qué van a abortar las chicas y las mujeres embarazadas?
Fundamentalmente se recurre al aborto por tres razones: el primero de ellos es que muchas veces el camino hacia un abortorio es más conocido y más facilitado que el camino hacia los ginecólogos que defienden y respetan la vida. Ya sen han encargado los abortistas de hacer mucha publicidad en el metro, periódicos, etc. Hay que tener en cuenta de que esta gente tiene mucho, mucho dinero, y reinvierten una parte en publicidad. El segundo motivo es el tema de la soledad. Vivimos en una sociedad en la que todo va bien cuando todo va bien, pero una mujer se queda embarazada y es abandonada a su suerte con “su problema”, que es su hijo. Por parte de la familia, los amigos, comienza una presión de abandono con el “si te has metido en este lío, tú sabrás lo que haces”. Así que se ven solas muchas veces. Un tercer aspecto es que se conozcan las alternativas al aborto, que todavía no se conocen. Hace falta mas publicidad, mas implicación de las administraciones en esa oferta de alternativas, como ya se hace en otros países de Europa. En este tema del aborto, nuestros vecinos europeos están un poco de vuelta, reconociendo la burrada que se ha hecho, pero en España todavía estamos en ese viaje de ida.
-Antes habló usted de que a más ignorancia, más abortos.
-La ignorancia se paga con vidas humanas en el tema del aborto. Lo digo porque muchas veces algunas personas que aconsejan abortar no saben lo que es abortar, o muchas veces dicen que es la solución y no saben donde están metiendo a la chica en cuestión.
-¿Pero en los abortorios no informan de eso?
Me consta que en los abortorios de España no les muestran las ecografías de su embarazo, ni les informan de alternativas distintas a abortar. No deja de ser paradójico que en España haya miles de personas en las listas de espera para adoptar y no exista una conexión con las que se plantean abortar desde las clínicas.
-En todos estos años, no siendo tu faceta mas importante, sí puede que la mas conocida ha sido la de organizar grande manifestaciones. Pero otras no han sido tan grandes, de hecho, alguna vez te has manifestado tú solo.
-Si, eso pasa alguna vez, sobre todo cuando las montas mal. Fue una ocasión en la que uno se encargaba de convocar a los medios, otro de llevar la publicidad, otro de coordinar a la gente y yo me encargaba de llevar los folletos. Era frente al Congreso de los Diputados. Lo cierto fue que no hubo muy buena coordinación y llegué yo con una mochila y los folletos y cuando me presento yo solo allí había un despliegue policial espectacular, con seis furgones de agentes de Intervención Inmediata repletos de polis dispuestos a contener a la enfurecida turba de los fanáticos próvida. Entonces saqué mis folletos y los empecé a repartir entre los diputados, y como no estaban más que los polis, se los empecé a repartir a ellos. Entonces uno de los jefes del dispositivo me preguntó si estaba esperando a más gente. Yo contesté: “Sí, pero no van a venir”. Me preguntó entonces que qué iba a hacer yo, y le dije: “Pues lo que tengo que hacer: manifestarme”. Así que se el dispositivo policial se quedó en la acera de enfrente controlando la manifestación de una persona. En un momento dado llegó el relevo, y el poli que llegaba al mando le preguntó al que vigilaba la manifestación de un manifestante: “¿Quién es ese tío?”. Y el agente le informó: “Es el Doctor Poveda, un tío al que le encantan las manifestaciones”, y concluyó su informe con: “si hace una huelga de hambre, erupta de felicidad”.
Bueno, bromas aparte, y aunque la anécdota es cierta, es la única vez que me he manifestado yo solo. En otras ocasiones hemos sido solo un puñado, otras miles, y en alguna ocasión cientos de miles. Lo importante es seguir en esa batalla. La lucha por la vida es de por vida. Y para mi es tremendamente importante, también desde el punto de vista de la ecología humana que llamo yo. Yo soy aficionado a la espeleología, al alpinismo, a la montaña, y me encanta la naturaleza y el respeto por la naturaleza, pero me parece muy hipócrita que cuando se ve a un ecologista jugarse la vida por salvar el huevo de un águila se vea en él a un héroe y cuando se ve a un tío de próvida en la puerta de un abortorio, se vea a un fanático. Eso me dice que algo falla en esta sociedad.
-Alguna veces tu ímpetu por defender la vida te ha llevado a comisaría, y no de visita precisamente.
Algunas veces me han detenido, muchas a decir verdad. Conozco varias comisarías de Madrid por este asunto. Pero yo he tenido la suerte de tener un abogado que me enseñó cual es la estrecha línea que separa lo que es un delito de una falta. Yo he faltado todo lo que he podido y todavía no he delinquido. Las faltas se pagan con unas horas en la comisaría y los delitos con un tiempo en la cárcel. Pues sabiendo esto, me encanta visitar comisarías por este motivo y en los veinte años no he estado nunca encarcelado y espero no estarlo.
-Y cual es su vitamina para no haberse quemado de tanta manifestación, detención, de tanto aborto, de tanta muerte…
-No hay mucho mas truco que una cierta congruencia entre las maneras de pensar, vivir sentir y actuar. Para mi este tema es un tema importante. Para emtender que no me haya quemado, pues hay claves en lo humano, donde me he formado en la Medicina, en los Paliativos, donde la línea entre la vida y la muerte es muy tenue, y sé lo que es una pérdida, un duelo, cual y como es ese proceso de morirse y de ver morir a un ser querido. Luego hay una cierta formación social, porque aunque en alguna manifestación haya estado solo, en realidad nunca he estado solo. siempre he tenido personas alrededor que me apoyan en esto: la familia, los amigos, los profesionales, y es muy llamativo atravesar el atlántico o ir a Tailandia y que la gente no te conozca por tu trabajo, sino por tu defensa de la vida.
Y para mi ha sido fundamental también un recurso sobrenatural. Yo tengo mis secretos sobrenaturales y los aplico. Creo que el hombre es un ser trascendente, religiosamente trascendente, no solo en el sentido de la bondad, sino que creo aquí estamos solo una temporada y que tras esta pequeña temporada luego habrá otra gran temporada. Y mientras vivimos esta de aquí lo que tenemos que hacer es utilizar las capacidades, porque yo creo que ya que Dios te da unas capacidades, pues utilízalas.
También habrá ayudado a no quemarme el tener un gran sentido del humor y usarlo para hacerle quiebros a la razón. No tomarme demasiado en serio, aunque este tema lo sea, y luego esa visión sobrenatural que espero no perder nunca, que me sirve para encajar el que Dios permita éstas cosas, que Él sabrá por qué. Yo desde luego no las entiendo, pero Él sabrá.
Y luego, pues sigo organizando cosas que van dando sus frutos y eso anima. Es una buena manera de invertir la vida, más que en el ladrillo o en la bolsa.
-Hablando de Dios y de no comprenderle ¿si tuviese la oportunidad de hacerle cara a cara una pregunta, cual sería?
-Cómo adquirir un corazón misericordioso. Sí, creo que eso, porque el tema del aborto pasa mucho por el corazón, por la misericordia, porque no solamente es solo un tema racional, o de acción, y la misericordia tiene mucho que ver con el corazón.
-Bueno, y para 2007 en adelante, ¿qué planes hay?
Seguir peleando la batalla a favor de la mujer embarazada y aumentar la sensibilidad de los políticos ante los problemas reales. Mire, en las ciudades puede haber muy buenas infraestructuras de telecomunicación, pero hay que aumentar las estructuras de la comunicación humana, de la convivencia humana, y cada aborto es un fracaso de la sociedad. Algo ha pasado cuando la sociedad no sabe dar una alternativa a una vida que viene. Y luego, pues cosas muy concretas, como por ejemplo cerrar clínicas donde se hacen abortos, está muy bien, la verdad. Y generar una cultura de respeto a la vida. Dos síntomas claros de falta de respeto que están estrechamente unidos son aborto y eutanasia.
-Muchas gracias dar tanta vida.
-No me de las gracias, mire: a mi me gustan mucho los deportes de riesgo, la escalada, el paracaidismo, y además me gusta mucho la filosofía, y reconozco que muchas veces el pensamiento débil es el ‘bondadosísimo’ éste que hay ahora que acepta todas las cosas como válidas, y hay cosas que no se deben aceptar y hay que rechazar. A lo mejor es que lo aprendí de pequeño, cuando con doce años me presenté en comisaría pidiendo un certificado de buena conducta que era necesario para salir del país, y el poli de la puerta me dijo que si era buena o mala mi conducta, ya me lo dirían ellos. Pues esto es así de simple: hay cosas que están bien y cosas que están mal, y el aborto, está mal. Yo prefiero las que están bien, y se que a veces publicar estas cosas puede ser incorrecto y atrevido, pero me parece que está bien, así que, les agradezco la entrevista.
10 abril 2007
Adopcion Espiritual
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