4 falsedades sobre la inexistente política familiar española ... y un pasatiempo.
También desde una óptica puramente economicista, la familia es la principal fuente de capital humano, los niños son potenciales productores y consumidores de bienes y servicios (1); es la escuela ética donde se forman los futuros empresarios y trabajadores (2); un país cuya natalidad crece es, por añadidura, un país joven, dinámico y con empuje (3); y, finalmente, el futuro del Estado del Bienestar, de sus pensiones y su sistema sanitario, descansa enteramente en el nacimiento, manutención y educación de los hijos (4).
Sin embargo, mientras en Europa las familias en edad de procrear están bien consideradas por la inestimable contribución que realizan y reciben contraprestaciones que datan incluso de 1932 (Francia), en España, con una de las más bajas natalidades del mundo, lejos de estar protegidas se encuentran penalizadas por un sistema fiscal injusto y discriminadas frente a otras familias en materias tales como vivienda, educación, servicios sociales, municipales, etc.
A continuación expondré 4 de las falsedades que circulan sobre la política familiar española, por llamarla de alguna manera,...
1ª (falsedad) En España no se hace política familiar porque tenemos otros retrasos que requieren más atención presupuestaria: falso. En los 2 Pactos de Toledo (1995 y 2003), donde se plasman las políticas que realizar para garantizar las pensiones, se eludió deliberadamente hablar de políticas natalistas, auténticas garantes del futuro del Estado del Bienestar. El fondo de reserva establecido en el primero de esos pactos, más conocido como “hucha de las pensiones”, ha acumulado en sólo 5 años un patrimonio de 4 billones de pesetas que sólo equivale a 5 mensualidades en pensiones, y que mejor habían estado empleadas en compensar la manutención y crianza de hijos, a modo de estímulo de la natalidad.
2ª (falsedad) En España la protección familiar se realiza a través del IRPF mediante las deducciones por hijo: falso. En España está fiscalmente penalizado tener hijos. Por un hijo puedes deducir 1.400 euros, pero las deducciones son de hasta 8.000 euros si no lo tienes y el ahorro lo depositas en un plan de pensiones. Estar casado también se penaliza, ya que si te separas, deduces entera la pensión al ex-cónyuge. Además, si en la familia hay un ama de casa, un parado o alguien con una excedencia, las deducciones son la mitad que en el resto (hay deducción doble en las familias en que ambos trabajan fuera de casa) y la progresividad del impuesto es mayor, ya que recae sobre el único perceptor de rentas. Para solucionar esta gravísima injusticia en otros países se suman todos los ingresos y se parten por la mitad: es el llamado “splitting”.
3ª (falsedad) La clave está en aumentar los permisos y las excedencias por maternidad para poder compatibilizar mejor trabajo y familia: falso. Es una forma que tienen los políticos de “echarle el muerto a los empresarios” y de que con bajos costes parezca que se hace algo por la familia. Desde el punto de vista laboral, la clave está en cambiar los horarios españoles –nefastos para la convivencia familiar– hechos en el pasado por hombres que llegaban a casa con la mesa puesta. Inexplicablemente, siguen existiendo hoy en día con las españolas incorporadas al mercado laboral: mientras llevar un niño al médico o una cita con su profesor suponga un quebradero de cabeza para los padres, los españoles no querremos tener más hijos.
4ª (falsedad) La inmigración es la solución a la crisis demográfica española: falso. Ciertamente la inmigración está incrementando el número de afiliados a la Seguridad Social y los hijos de inmigrantes suponen el 12 % de los 440.000 niños que actualmente nacen en España, pero las familias extranjeras no son tontas y en un país donde tener hijos no está reconocido, adoptan las pautas nacionales de natalidad. Un millón de inmigrantes sólo han servido para subir la fecundidad de 1,2 hijos por mujer fértil, a 1,3 en 4 años; sólo una décima, cuando deberíamos estar en 2,1 hijos por mujer fértil para el crecimiento cero. Con ello se agrava el problema futuro, ya que en un gráfico poblacional en forma de peligrosa hucha como el nuestro (antesala de la pirámide invertida), la inmigración está engrosando esa hucha más por el centro que por la base.
Los expertos coinciden en que podremos sufragar las pensiones con las cotizaciones hasta el 2015. Pasaríamos en ese año a consumir el fondo de reserva, que duraría hasta el 2020, entrando entonces en una espiral de déficit irremediable como consecuencia de la relación óptima afiliados/pensiones, todo ello en el supuesto de que mantengamos la actual bonanza económica y de afiliaciones a la Seguridad Social, que ya es ser optimista.
Un informe del Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la CE fechado en el 2003 advertía que España no ha previsto las medidas adecuadas para contrarrestar el envejecimiento de la población, cosa preocupante, dada la curva demográfica particularmente desfavorable en España y las hondas consecuencias presupuestarias.
Por: Francisco Carro Núñez-Cortez, 2005-07-08 http://www.revistalacaja.com/
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