Tras la aprobación de la famosa Ley y la manifestación de intolerancia gay del Sábado 2 de Julio, creo que tenemos que tener clara una cosa: los ciudadanos hemos de ser iguales en los derechos fundamentales, pero en todo lo demás ¡¡viva la diversidad!! "Porque ahora quienes no tienen derecho a ser diferentes son los matrimonios de hombre y mujer. Para el Estado todo va a ser lo mismo. Y va a obligar a todos, a los ayuntamientos, a las parejas y a los educadores, a comulgar con esta rueda de molino.
A un niño no se le podrá explicar en el colegio que un matrimonio de hombre y mujer es diferente que la unión de dos personas del mismo sexo. No se va a poder tratar de distinta manera ni decir que es distinto lo que obviamente es distinto. Como en el cuento de la tela invisible y el rey desnudo."
Sigan leyendo el artículo publicado por Juan Luis Lorda, en el Diario de Navarra, que no tiene desperdicio y justifica nuestro derecho a que se reconozca la verdadera identidad del matrimonio natural: la ceremonia de la confusión matrimonial
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