Una joven de 28 años, dispuesta a denunciar que una clínica de Madrid le practicó una interrupción ilegal del embarazo «No tenía problemas físicos ni psíquicos que justificaran la intervención», dice
F. Velasco
Madrid- María (nombre supuesto), es una joven de 28 años, auxiliar administrativa de profesión. El año pasado se quedó embarazada. No fue un embarazo buscado y, pese a que su pareja quería tener el bebé, ella acudió a una clínica porque tenía dudas. De inmediato, el psiquiatra le aconsejó abortar y que dejara a su novio. Tras firmar unos papeles «burocráticos» (en realidad, el test psicológico ya cumplimentado), la enviaron al quirófano. Ahora asegura que le han «destrozado la vida» y está dispuesta a denunciar en el juzgado las irregularidades que en su opinión en la clínica donde fue atendida. Éste es su testimonio:
«En agosto de 2007 me quedé embarazada, pero no fue hasta septiembre cuando lo confirmé. En ese momento vivía con mi novio. Él tenía un trabajo estable porque había aprobado una oposición. No fue un embarazo buscado. Él, desde un principio, quería que tuviésemos el niño, pero yo tenía mis dudas porque tenía también mi oposición pendiente y acabábamos de discutir. Mis dudas le sentaron fatal y me dijo que si abortaba me dejaría.
Una clínica «conocida»
El hecho de que me dijese que si abortaba se acaba nuestra relación hizo que me enfadara, y, tras hablar con una amiga, llamé por su recomendación a la Clínica El Bosque, porque "era conocida". Quería información y me dijeron que la única información era la del precio para abortar, nada más, y que había con anestesia local y anestesia total. ‘‘Tú vienes, te lo aspiran y ya está’’, me dijeron. Me dieron cita. Me acompañó mi novio –se suponía que cuando saliese me dejaba en casa y se iba–. Al llegar di mis datos y subimos a la sala de espera, donde había otras diez personas. Al cabo de cinco o diez minutos me llamaron, vino una enfermera para decirme que me vería una doctora para hacerme un reconocimiento. Entré y mi novio también, porque había insistido mucho. Me dijo que se llamaba Claudia y que era uruguaya. Me hizo las típicas preguntas de si tenía alergia, si me habían operado de no sé qué... Me dijeron que me iban a hacer una ecografía en otra sala, donde permitieron que entrara mi novio. Vimos la ecografía y mi novio salió disparado de la sala.
Me llamaron otra vez, esta vez para hablar con el psiquiatra. Me dijo: ‘‘bueno María, vienes a abortar, ¿verdad?’’ Yo le dije que me habían entrado muchas dudas y le comenté la situación de mi novio, que no quería que lo hiciese. Le pedí consejo, como psiquiatra, y lo que me dijo fue que dejase a mi novio, que no respetaba mis decisiones y que era mi vida, mi cuerpo.
El único documento que firmé fue un papel que ya estaba cumplimentado. Me dijo que lo firmase, porque sólo era un trámite burocrático. No me explicó nada. Eran varias hojas que parecían como un test, ya cumplimentado.
Al salir de esa sala me llevaron a pagar, 410 euros, que aboné con tarjeta. No me dieron recibo alguno. Después me fui a recepción y vino un celador. Me metieron en una sala y me puse un camisón. Poco después me llevaron al quirófano. Me sujetaron las piernas con unas correas y ahí me entró un ataque de nervios, me puse a gritar y a llorar y temblar; pero no me hicieron ni caso. Allí estaba Claudia, la que me lo iba a extraer, una enfermera y otra persona más, creo que un hombre, y en vez de hacerme caso hablaban de lo que habían visto en las noticias. Yo recuerdo que estaba temblando y ahí me durmieron.
En cuanto salí del hospital, mi novio me llevó a casa, vino mi hermana para que no estuviese sola y él se fue. Al volver a la revisión me hicieron una ecografía y fue entonces cuando me dijo Claudia que tenía un coágulo y que me tenía que tomar dos pastillas (Citotec). Esa noche empecé a tener dolores muy fuertes y sangraba. El 1 de octubre fui otra vez a El Bosque. Claudia me hizo otra ecografía y me dijo que seguía ahí y que me lo tenían que sacar manualmente. Me bajaron a quirófano. Noté que me quemaban por dentro, pero me contestó que era la anestesia y me dijo que era lo mismo con lo que lo hicimos la otra vez, que era como un aspirador. Parecía que me arrancaban las entrañas.
A los seis días, el 7 de octubre, estaba en mi casa y comencé a tener unos tremendos dolores de tripa. Ese día mi novio dormía en casa porque me encontraba mal y se lo había pedido. Fui al baño y no me podía ni levantar. Comencé a gritar para que viniese. Nos fuimos al Clínico. Según llegué, me metieron en urgencias de Ginecología y me hicieron una ecografía. Me dijeron que me tenía que quedar ingresada y hacerme un legrado de urgencia. En el informe que me dieron ponía que me habían quedado restos abortivos y coágulos.
Ante el juzgado
Psicológicamente estoy muy mal, porque piensas que ya estarías de no sé cuantos meses y estaría con mi novio. Quiero denunciar en el juzgado para que no le pase a más gente o que a mí, que le destrocen la vida. Yo lo que quiero denunciar es que tuve dudas y que, prácticamente, te animan, te lo enfocan de otra manera. Quiero denunciar esas irregularidades. Te ponían el aborto como quien saca una muela.
Recuerdo que Claudia me dijo ‘‘si no es nada, es sólo una célula muy pequeñita, así que no te preocupes porque va a ser todo muy rápido’’.
El embarazo no me había provocado ningún trastorno físico ni psicológico. Era super feliz. Sólo tenía náuseas, y lo único es que el embarazo no fue buscado. Sí tenía dudas. También reconozco que el ultimátum que me dio mi novio me sentó mal, y fue entonces, como reacción, cuando le dije, ‘‘pues ahora vamos a la clínica’’, pero cuando llegas allí y lo ves más cerca, te va gustando menos».
Adopcion Espiritual
2 comentarios:
He leido tu testimonio...
No culpes a nadie de haber interrumpido el embarazo,nadie,absolutamente nadie te ha obligado a hacerlo..asi q si estas arrepentida asume tu responsabilidad,ni el psiquiatra ni nadie te ha puesto una pistola en el pecho para q lo hagas.
Mintaka, puede que no sean la causa pero sí que hay una responsabilidad muy grande en la determinación de una madre. ES de libro el que un aborto, además de matar a una niño, causa un trauma prácticamente irreversible en una mujer y eso también hay que decirlo. son muchas las madre que van por otras razones a una clínica y son empujadas a abortar, con un no es nada, solo células y esto dura muy poco'
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